La vida parecía no querer hacérselo fácil, eso siempre lo había sabido desde el momento en que sus padres habían fallecido y todo su mundo se había venido abajo.
Emily, a pesar de saber que no sería nada fácil, tenía una idea en mente. La idea de conseguir lo que siempre había querido. Terminar la carrera que había comenzado, aún si no fuera fácil. Conseguiría lo que siempre había ansiado y había prometido a sus padres; su título universitario. El primero en generaciones. Y lo haría, costara lo que le costara, incluso si tenía que fingir ser la novia de un multimillonario que no quería heredar el negocio familiar y se había encargado de hacer su propio camino. El tan conocido Jackson Park.
Blackville siempre había sido un lugar extraño, lleno de leyendas y mitos que algunos lo creían y otro no.
Vladimir y Wesley viven en ese mundo que pocos creen, pues ambos pertenecen a linajes antiguos y enemistados que, gracias a un acuerdo entre ambas familias, ellos, se deben unir en matrimonio para mantener la armonía y la paz entre vampiros y hombres lobo. ¿El problema? Nadie les consultó si lo querían.
Daniel nunca había creído que las criaturas de la noche, vampiros, licantropos y otros seres, podían llegar a existir, pero todo cambiará un día cuando se tope con un vampiro que lo hará cambiar... ¿Será para bien o para mal?
Correr ya no es una opción. Están cerca. Los siento y tengo miedo, porque sé, que apenas me encuentren seré mordido o asesinado por otras personas.
¿Cuál puede ser peor? ¿Perder la cabeza y solo vagar por las calles sin consciencia y con solo un objetivo; alimentarme, o perecer en el suelo de un abandonado edificio desde hace más de dos años?
Solo espero que los demás estén a salvo, o que por lo menos hayan podido escapar. Aunque escapar de ellos es como intentar escapar de un predador. Si no te alcanza, lo hará más tarde.
Día tras día, noche tras noche, lo unico que importaba en la vida de Eithan era él mismo y nadie más. Saciar sus propios deseos, sin importar lo que le costaran, sin darse cuenta que poco a poco se hundía en un agujero del que no podría salir. Pero no solo se estaba hundiendo él, sino que arrastraba, sin siquiera darse cuenta a toda su familia.
¿Tendría que llegar hasta el final de aquel agujero para darse cuenta que tendría que cambiar su estilo de vida para que todo no terminara como estaba escrito? Y cuando una nueva persona entre en su vida ¿la aceptará?
Porque después de todo el gran Eithan Lenoire es temido por cada uno de su instituto, hasta que se topa con alguien que es capaz de no temerle por sus miradas asesinar, ni por su mal carácter. Alguien que le hará ver la vida de una distinta manera y lo ayudará a salir, aun cuando ya todo se le fuera de las manos.
Porque esa nueva persona está allí para ayudarlo. Para cambiarlo… pero no para amarlo.
Porque el bien y el mal, van de la mano.
Porque es como la luz y la oscuridad.
Donde hay luz, hay oscuridad.
Y donde hay oscuridad, siempre hay luz.
Como el tigre y el dragón.
Como el Ying y el Yang.
Porque uno siempre se encuentra, entre el bien y el mal.
Creer en el amor y mucho menos en el amor a primera vista no formaba parte de su vida y estaba convencido de que nunca lo sentiría, menos aún con la vida que llevaba.
Nunca intentó encontrar su otra mitad, pues siempre creyó que para él no existía, no se lo merecía. Pero lo que no sabía era que él estaba cerca y con él, una nueva oportunidad de rehacer su vida.
O ¿sería capaz de dejarlo ir sabiendo lo que aquello significaría?
Porque no solo, no creía en el amor, sino que tampoco en depender de alguien.
El final. Eso era lo que desde hacía tiempo quería ver. Pero sabía que aquel final nunca llegaría, pues su vida, a diferencia de la mayoría que lo rodeaban, nunca terminaría. Nunca tendría un fin. Nunca acabaría. Porque después de todo él era… Un inmortal. Y los inmortales viven por toda la eternidad. Condenados a una vida sin ataduras, sin un amor eterno, vacíos y carentes de todo lo que él quería. Una vida humana y querida.