El demonio de mis sueñosActualizado el Aug 27, 2023, 02:41
Mil días y catorce horas han transcurrido desde que quedé confinada en esta cárcel de sombras. En las tinieblas nocturnas, han sido mis fieles compañeros. Los demonios de mis sueños se deleitan en la danza perversa que desatan sobre mi cuerpo. Cada despertar, anhelo más de su insaciable oscuridad, pero siempre se esfuman, esquivos, evitando completar su lúgubre obra.
El Dr. insiste en que la salida del manicomio está al alcance si solo acepto ingerir las medicinas que aborrezco. Me debato en el abismo de mi mente, preguntándome si verdaderamente soy merecedora de este encierro. ¿Acaso los sueños pueden ser los culpables de mi supuesta locura? La incertidumbre me aguijonea, pero la necesidad de comenzar a vivir por fin me arrastra, y así, obedezco.
Las pesadillas se desvanecen, y los demonios que me asediaban se retiran, como sombras al primer destello del alba. Inicio una vida nueva, con la promesa de un amanecer sin temores. Mas, en ese instante, él emerge de las sombras, el monarca de los demonios, el señor de mi lujuria.
Mis ensueños no eran meros devaneos; eran portales a la realidad. El Rey Demonio, con sus ojos ardientes y afilados colmillos, se alza ante mí en toda su majestuosidad. Ahora comprendo que mis sueños eran más que visiones, eran la antesala de una pesadilla viviente. El Rey Demonio ansía mi regreso, anhela que sucumba ante su oscuro abrazo.