3.- LA REUNIÓN.

1908 Words
Emma entro rápidamente al salón donde ve a todos reunidos ahí en sus vestidos y trajes en un color n***o y mirarse ella misma en su vestido color morado de flores pequeñas estampadas, que entre tantos vampiros de color oscuro ella sobresalía un poco, en cambio a esta hora la noche ya había caído en Zarquiria y parte del clima templado que se sentía del lado norte, donde se encontraba la propiedad de un matrimonio vampiro los Díaz, que generalmente todas la reuniones anuales eran presentadas y situadas en la gran mansión de la familia Díaz, y reconocer que Emma desde muy pequeña se adaptó y acostumbro al propio clima frio de su hogar, y que estar en ese vestido cálido de algún modo ella misma sentía calor en ese clima. En ese momento siente que alguien la toma de la mano al ver a su madre que la aleja de ahí llevando la al pasillo la mira a los ojos que se tornan de un color azabache mostrando una oscuridad más deslumbrante, reconociendo la joven Emma que su madre Silvia está molesta al preguntar y mirar a su hija. —¿Porque llegas hasta ahora? —Lo siento olvide la hora. Silvia mira que su hija continúa vestida igual que desde la mañana. —No te pusiste el vestido n***o que te deje colgando en la puerta de tu armario. —No fui a casa, vine directo hacia acá mamá. Emma vuelve a mirarse con su vestido Morado con sus tenis y cargando su bolso que lleva cargando. —Solo no llames la atención. —¿Todo está bien? Escuchan al padre que se encuentra ahí con ellas. —Si todo bien amor. —Volvamos adentro. —dice el padre de Emma, Christian. Sigue a sus padres que van de la mano y están de nuevo en el salón donde se encuentran los demás ancianos, jóvenes como dice Emma, de repente se da cuenta que Keren amiga de Emma está repartiendo copas con vino, siendo que no es vino, cada anciano toma el suyo escucha al mayor dar la bienvenida, alzan sus copas, no puede creer lo que dice el mayor, es en serio se dice ella, al preguntarse en sus adentros ¿Fue un éxito? —Ha renacido una autentica hibrida. Todos brindan y toman de sus copas, pero la mente y cuerpo de Emma celebra sonriendo lo que tanto esperaba, ahora era posible, desde antes ella sabía sobre Nimue una chica que no tenía su definición de qué clase de vampiro seria ella, en cambio supo por su buena amiga Tamara que había ido a visitar Volité, al igual que vio a su novio Esteban y conocer a Nimue, de quien le hablo hace algunos días antes en un video chat, al saber y descubrir que ella tenía demasiadas amúria, al comentarle que y proponerle a ella que le seria de ayuda si buscaba en un momento al errante que la convirtió, algo que Emma acepto enviarle en esos días un libro por correo. Mientras lo tiene recordando en su mente en eso ve pasar a Nicolás, nota su bolsillo de su saco, brilla su llavero que cuelga una bolita negra que destella un color azul brillante, pasa entre las personas alcanzándolo y en ese instante sin que nadie lo note ella lo toma, da la vuelta calmadamente sin atraer las miradas, pero Nicolás la detiene tomándola de la muñeca. —Devuélvemelo. —Le pide al verla. Respira cerrando sus ojos y molesta sonríe al voltear a mirarlo en su traje oscuro, con ese rubio oscuro y sus ojos azules que lo mira. —¿Perdón? Nicolás se supone que no debemos hablarnos, — le muestra la mano derecha. —Tu dejaste claro que si no llevo el anillo no nos dirigiéramos la palabra. —No importa eso sé que lo tomaste. —No importa ¿Por qué? —No existe ningún porque, solo devuélvelo. —Que no tengo nada. —dice frunciendo el ceño desconcertada. —Sé que lo tienes, sabes que es peligroso, solo dámelo. Emma mira a un lado al poner los ojos en blanco y después pestañea. —Bien. — dice fastidiada, abre su bolsillo lo toma y se lo devuelve. —Contento, ahora suéltame por favor. —Creí que ya no lo harías, sabes lo peligroso que es. —Suéltame Nicolás ya no necesito que me protejas menos... —Está bien. —dijo Nicolás malhumorado al interrumpirla. —Esas palabras en ti suenan agrias. Están tan cerca el uno del otro, él tiene su mano al nivel de la cintura de Emma, pero ella intenta dar un paso atrás. —No te atrevas a volver a entrar a la bóveda. —dice como objeción sujetándola. Ella ríe rodando los ojos al medio sonreír, que desde que descubrió la variedad de objetos de joyería y cosas que son usadas por mujeres, hombres y niños desde muy chica, que casualmente era en un juego muy común para los humanos, las escondidillas y que no solo tienen la común utilidad habitual, sino que sirven como trasporte, si sabes la utilidad de cada una de las amúria. —Sé que mientes. —dijo murmurando Emma a su oído. —Peleando de nuevo. Nicolás la suelta y los dos voltean a ver al mayor en su elegante traje singular que, aunque se muestra algo joven, representa a un encantador abuelo con cabello canoso bien peinado, ambos están negándolo. —Te buscan tus padres Emma. —dice el mayor a mirar el vestido de Emma, algo que hace a el medio sonreír —Está bien gracias, quería preguntarle algo en privado. —Muy bien gusto en verte Nicolás, señorita sígame. Caminan por el salón hasta el balcón dejando atrás a Nicolás. —Habla te escucho. —La chica hibrida que llama Nimue ¿Vendrá? —pregunta Emma. —No por ahora. —Puedo ir a Volité donde ella vive. —No Emma. —¿Por qué? Mayor. —Es clasificado. Emma sabía que el mayor un vampiro muy serio, sabio y que no puedes engañarlo tan fácil, prefirió no preguntar más al escuchar la palabra que ella odia, clasificado. —Gracias. —agradece algo desanimada para enseguida retirarse para buscar a sus padres. —Tus padres me contaron que tu novio Héctor se encuentra en el hospital. —Así es Mayor, pero ahora se encuentra estable. —Es bueno saber que se está recuperando. Emma solo mueve la cabeza al sonreír. —Tu madre me conto que imaginas que tu prometido Lord Nicolás Walker tuvo que ver en algo. —Mayor, — Emma lo mira al ver esos ojos claros como el agua azul. —Nicolás intento matar a mi novio. —También sé que pediste la ayuda del joven Alejandro. —Así es, pero usted sabe bien que desde que descubrí mi compromiso con el Lord he buscado la manera de… —Lo sé, — interrumpe el mayor Rolando. —Emma, pero te convertirás en una grandiosa vampira Walker. —Señor eso sucedería si realmente aceptaría casarme con Nicolás, en cambio ningún anillo de compromiso llevo en mi dedo, si el solo hubiera aceptado mis condiciones no odiaría todo esto, pero en cambio el rotundamente me ha dado sus negativas solo interviniendo en mi vida, intentando arruinar lo bueno que he tenido y por favor no me venga con que él me ama y lo hace por mi bien solo para llevarme a la fuerza hasta su castillo. —Solo te diré, sería bueno ir a ver a tu madre. Emma escucha al Mayor Rolando quedando desconcertada, aunque no lo entendía por qué mencionaba a su madre Adaline, hacía mucho tiempo que no la ha visto porque desde un principio si Emma quería ir a visitarla la única forma de verla era ir sin usar sus amuletos, ni joyas he ir acompañada por Nicolás, algo que la misma Emma prefirió no pensar evitando a pedirlo, al ser que un día antes de partir de Goem se despidieron madre e hija, al decir aquellas palabras que aun pertenecen en los pensamientos más profundos de Emma. —Emma no te preocupes por mí, disfruta tu vida, tu misma sabrás en que momento deberás volver y yo te recibiré. —Gracias mamá. —Gracias mayor. —Sé que eres una joven humana te pido por favor Emma que debes respetar la vestimenta. —Lo se disculpe no volverá a pasar. —Mayor, — son interrumpidos por un joven de traje elegante y corbatín. —Piden que de termino a la reunión. —Gracias Gus. Él solo se retira. Emma como el mayor solo volvieron adentro. Antes de terminar el mayor hablo. —Ya a unos días se acerca una fecha que nos divierte y nos gusta a la mayoría de nosotros, es por eso les deseo un feliz día de muertos. Todos brindan con alegría y cada uno de ellos se despiden entre sí, al solo volver a sus casas. Emma se encuentra dentro del auto en el asiento de atrás mirando por la ventana la oscuridad, como algunas luces que aparecen mientras su padre se encuentra manejando y su madre en el asiento del copiloto, mientras hablan de la reunión, Emma solo los escucha al estar pensando en cosas. —Emma lo tienes listo verdad. Ella voltea al escuchar y ver a su madre. —Perdón mamá no te escuche. —Tu disfraz. —Si he iré con Josefina a la comparsa. Continuaban hablando y el solo las escuchaba hasta que llegaron a casa, se estaciono en el garaje, bajan del auto al mismo tiempo. Emma se encuentra en la cocina preparando en un tazón, al vaciar la caja de cereal cayendo en el hasta llenarlo para continuar con la leche, se encuentra comiéndolo mirando cómo van y vienen sus padres al prepararse cada uno con sus respectivas cosas, para salir y volver al hospital. Cuando Emma era más chicas tenía a su nana Gloria, la cual duro en la familia más de dos años,  los padres adoptivos de Emma la habían contratado para no dejarla tan, sola en casa como Gloria una vampira alta, ojos oscuros y cabello y que llego a amar a Emma, después descubrió Emma que Gloria pertenece a la descendencia de la familia Walker, en cambio no se molestó al ser que aunque lo sabe quiere mucho a su nana, pero eso le mostro a la propia Emma que todo su alrededor como en lo más profundo ha sido vigila siempre por la propia familia Walker. —Te encuentras bien Emma ¿Qué piensas? Al escuchar a su madre y ver que esta por acabarse su cereal voltea a mirar a su madre. —Bien mamá hoy iré a dormir temprano. —No tienes programa ¿Hoy? —No hoy le toco a Ricardo.  A lo que asiente su madre. Emma se despide de ambos volviendo adentro, decide volver a la cocina a recoger y lavar los pocos trastes para ir a su habitación y tomar un delicioso baño que solo dura algunos minutos, al salir y ponerse el pijama solo se acuesta a su cama, tiene a su mesita de noche un libro que comienza a leer nuevamente donde se quedó, pero de algún modo las palabras del mayor están retenidas en su mente, no solo que debe visitar a su madre sino al decir: —No serás una simple vampira.
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