4.-ALIADO.
1926 Words
Emma sonrió antes de dormir al pensar que no solo era posible ser una vampira, sino ser más que eso, solo tenía un desafío, hallar al errante Adulció, así él la convertirá, quizás no como a Nimue sino a algo similar o diferente, es como comenzó Emma a prepararse y dejar sus asuntos arreglados como la escuela, trabajo, novio y padres, ella tenía una confianza firme y buena con ellos al hablarle sobre su plan de irse y volver a Goem, algo que les preocupo a ambos al igual que vieron en su hija la seguridad y el gran cambio al ya no ser aquella niña, sino una adolecente madura para su edad, al ser que ellos aun la miran como su pequeña niña. Ambos le dan su apoyo, aunque no desaparece su preocupación de lo que ella pasara, sí que en algún momento no resulte, pero deciden no decir nada y solo apoyarla.
Esa mañana de noviembre ya había ido Emma a la escuela y vuelto de ella, se encontraba en su cuarto mirándose al espejo, su rostro maquillado completamente en colores blanco, rojo y n***o con un velo oscuro y una corona de flores de cempasúchil que resaltaba, más su rostro con el color naranja del cempasúchil en la frente, tenía dibujado una cerradura en forma de abanico en su barbilla, una rosa roja, ella era toda una catrina. Sonriendo al ver y notar el color de sus ojos, desde niña existió un modo en el que expresaba generalmente sus tipos de emociones a través de los ojo, cada que tomaban un color diferente tanto su madre Adaline como la orden y el concejo nunca se pudieron explicar, solo que era posible que su descendencia pertenecía a antiguas brujas, al ser que Emma fue hallada en una cueva, era la única explicación que ella obtuvo de ellos aunque ella se adentró a cada libro de su propia biblioteca que se encontraba en su mansión, algo que ayudo muy poco, pero eso no dejo a Emma desanimada, continuo buscando y hallando algo de sus padres verdaderos, que a la fecha no ha descubierto, ni sabido nada. Vuelve a sonreír frente a su espejo, sus ojos se han vuelto en color verde oscuro brillante y tiene tocando su largo vestido de un color n***o con bordado, en eso escucha a su madre que la llama a lo que sale de su habitación y baja por las escaleras, al estar en el vestíbulo y darse cuenta que quien se encuentra con sus padres es ni más ni menos Lord Nicolás Walker, sonriendo se encuentra mirándola, Emma solo rodea los ojos al mirar hacia un lado y tener que soportar verlo en su elegante ropa casual de pantalones, camisa con jersey de manga larga con cuello en V y zapatos.
—Hola Nicolás.
—Hola amor.
Aunque Emma haya decidido no llevar para nada el anillo de compromiso eso no evitaba las visitas de Nicolás, un Lord haciendo lo que se le antojara con solo molestar y causando un dolor de cabeza para Emma, en cada visita Nicolás la trataba y le hablaba con mucho cariño como un novio y prometido enamorado, y Emma sabía bien que el disfruta hacerlo, más enfrente de sus padres adoptivos. En una ocasión fue cuando conoció al novio de su prometida, Héctor Rodríguez, Emma presento aquel día como su primo a Nicolás, algo que a él no le agrado más, aunque no quería verlos juntos no sabe cómo pudo soportar ese día, cada que miraba a ver a ellos dos los veían muy juntitos, riendo, abrazados o a veces se daban besos, hasta que ellos se iban para estar afuera y Nicolás se quedaba con los señores Gómez y fueron las oportunidades en las que no pudo disfrutar estar con ella, desde que conoció al rubio, deportista y primer novio se prometió el propio Walker que nadie más se entrometería nuevamente, solo dejaría pasar al insignificante humano del que su prometida se enamoró caprichosamente.
—Te vez hermosa. —dijo Nicolás.
Voltea verlo sonríe.
—Gracias. —responde Emma al mirar su reloj que tiene puesto en su muñeca y darse cuenta que no ha llegado su amiga Josefina por ella.
—Emma.
—¿Si? Nicolás.
—¿Cómo se encuentra Héctor?
—Bien gracias.
Nicolás estaba por decir algo más cuando es interrumpido al sonar los móviles de ambos, el primero en retirarse es Emma, sube rápidamente las escaleras hasta estar sola en su habitación con la puerta cerrada.
—Emma hola.
—Hola Jose.
—Te Llamo es que no puedo pasar por ti.
—¿Qué paso?
—debo cuidar a mi hermana va a pedir dulces.
—Pero iras al desfile.
—Si haya te veo.
—Mejor voy a tu casa y así te acompaño con tu hermanita.
—Genial entonces te veo acá.
Habla al teléfono un poco más hasta despedirse, solo decide salir y bajar por las escaleras al estar en su sala, aún no se iba Nicolás, espero un poco Emma cuando una plática se formó entre ellos dos, al tocar el tema sobre Héctor.
—Él está muy bien gracias ya se encuentra sin ningún riesgo. —dijo Emma.
En un momento los padres de Emma escuchan la conversación, aunque de repente se cruzan las mirandas esperando a que se acalore la plática para intervenir, porque ambos entienden que desde un principio Lord Nicolás Walker ha intentado llevar bien las cosas con Emma, en cambio ella solo quiere lo mismo, pero de alguna forma él no actúa como debe ser y Emma solo se ha defendido desde al principio, de una forma que solo quiere que el confié y la respete, pero como iban pasando los años ambos han cambiado aquellas discusiones, causando odio de ella hacia él y de Nicolás tomar como un capricho cada actitud de Emma, al negarse a comprenderla, al ser que Emma siempre lo escucha y en parte él no lo hace, al solo actuar de forma desagradable y abruptamente.
—Mamá debo irme quede de verme con Josefina. —dice Emma al levantarse de su asiento del sofá.
—Muy bien cariño.
Algo que sorprendió a Nicolás al mirar a Emma en su disfraz, al solo despedirse he irse.
Emma va caminando directo a casa de su amiga, toda persona y niño que se encuentran en las calles de Zarquiria y con las que se topa ella la miran y algunos la saludan, aunque alguno de los niños con tanta curiosidad que de algún modo les parece tener un poco de miedo, en cambio se atreven a saludarla y ella solo sonríe extendiendo la mano y continuando. Cuando se encuentra con un compañero de la escuela, quien la saluda y pregunta:
—Emma otro poco y no te reconozco a ¿Dónde vas?
—Quique voy a casa de Josefina.
—Si quieres te llevo.
A lo que Emma acepta y sube de inmediato a la moto que el maneja, al abrazarlo de la cintura, aunque evita mancharlo y que ella se despinte. Van justos en aquella moto hasta llegar, Emma solo agradece y se despiden. Al tocar a la puerta al ver que su amiga Jose se encuentra vestida y maquillada espectacularmente, de una muñeca poseída y su hermanita vestida de n***o y maquillada como una autentica llorona, toda esa tarde se quedaron en casa, ya al ser mas tarde es como las tres salieron a pedir dulces a cada casa, algo que ama y disfruta Emma en esa fecha. Después más tarde dejaron en casa la hermana de Josefina para irse juntas al desfile, al cual era organizado por la escuela a la que se unieron, ya mucho más tarde Emma se encuentra corriendo entre la gente, aquella noche del desfile de día de muertos buscándolo mira por todas las calles, pero él no están, se topa con los disfrazados de zombies, brujas, calabazas, personajes de anime y de películas infantiles como también de series al igual policías, hadas, princesas, vampiros etcétera, pero aun así no lo encuentra. Se para por un momento al encontrarse cerca del quiosco, cuando mira hacia unas bancas donde Alejandro esta con una chica, le parece que besa su cuello, eso hace que a ella le desagrade, da dos pasos más hacia delante.
—¡Alejandro! —grita ella.
El voltea a verla sonríe y deja a la chica sentada ahí, corre hacia Emma al verla lo hermosa que se ve de catrina.
—Hola.
—Hola veo que te diviertes espero no la hayas matado.
—No claro que no solo tome algo de la preciosa chica, pero bueno que querías decirme.
—Quiero que vengas conmigo a Goem.
—A poco.
Lo nota escéptico como si no le creyera.
—No molestes hablo en serio.
—Bueno dime porque quieres ir haya.
—Quiero hablar con mi madre.
—Pero no tu madre está en tu casa.
—No sabes mucho de mí, pero te lo diré.
—Te escucho.
—Como sabes soy una humana que fue criada por vampiros, nunca sentí la necesidad de ser uno conociendo las causas y beneficios, pero ahora supe que puedo ser una hibrida.
—Eso no es posible.
—Lo es, una chica llamada Nimue lo logro y puedo lograrlo yo, vendrás conmigo.
—Claro, pero tus padres que dicen a esto.
—Bueno ellos no son mis padres biológicos son sustitutos, yo quería vivir una vida normal y ordinaria, la obtuve con padres que me adoptaron dándome esta vida, pero Goem es donde me crie y donde tendré lo que quiero, ya hablé con ellos lo saben y aceptaron, solo que no debía ir sola y les dije que me acompañarías.
—Ok y tu novio.
Emma sonríe al escuchar eso y saber que mucho antes hablo con él porque, aunque volviera como una hibrida abría una pregunta más, seguiría con su primer plan que decidió desde pequeña o quizás lo rechace haciendo uno nuevo, a lo que solo responde al no pensar en eso por ahora.
—A él le dije que saldré con mi familia para empezar a conocer escuelas a las que podría estudiar.
—Aún son novios.
—Si ¿Por?
—Pensé que terminarías con él, comprendes que ir a Goem es un largo camino más si es a pie.
—Ok amigo mío, — ella solo ríe un poco al reconocer que clase de aventura les espera. —Recuerdas, los tiempos son diferente aquí es normal, pero cuando estemos haya es más lento, podrían decir que como si solo hubiéramos disfrutado nuestro fin de semana.
No está contento, aunque no se lo muestra viene a él al pensar aquella noche que quiso llevarla a casa, pero es cuando vio a ella en brazos de Héctor entendiendo cuál es su papel, pero nota que al mirarla a ella feliz se siente cohibido, pues Emma solo contagia su agradable sentimiento.
—Bueno Alejandro mañana te veo en tu bosque.
—Está bien.
—Deberías llevar a la chica a su casa.
—Lo voy hacer.
—Ale necesito que me encuentres el árbol más grande y viejo.
—Entendido.
Se despidieron, al verla irse su instinto siempre intento decir que conocerla no fue lo mejor, pero debe admitir que tal vez quiera matar su curiosidad solo para verla de nuevo, ignorando su instinto y olvidando sus presentimientos solo por volver la a ver.
—Cada día contigo saben mejor. —dice Alejandro al sonreír.
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