A ver estado hablando con el señor Mortí fue agradable al saber el apoyo que tiene de él como el de Margaret y sus amigos, aunque algunos pidieron permiso para ir con Emma, claro que Mortí no les dio permiso, ahora Alejandro y Emma se encuentra en ese momento ante los lobos que se le hizo extraño solo ver a ellos, sin Alejandro y Julio, solo puede pensar que estén molestos por lo que estuvieron hablando con madam Moss, aparte Alicia, también Morgan y Elizabeth se encuentran ahí, pero al igual un chico llamado Gary que ya conocía, al ver su aspecto de verse con la piel de una salamandra como también sus ojos, en eso las chicas se dan cuenta que Emma lleva ya puesta su piernera, pero ahora en color rojo oscuro y el bolso de forma hexagonal sujeta al nivel de su cintura, que pareciera un grueso cinturón que se ajusta muy bien a ella. Se encontraban algo lejos del campamento entre algunos árboles, solo se encuentran ahí Pablo, Miguel, Jonathan y Salomón que está hablando.
—Nos gustaría ir a todos, pero no podremos ir, tenemos compromisos que debemos cumplir, entonces Emma solo Julio y mi hermano Alejandro los acompañara, al ser ya que nos dijo Margaret que si quieres encontrar a ese tal Adulció debes primero encontrar a Coraline, lo que debo decirte ella fue a buscar al carroñero Sil Cocher con mi hermano Gustavo, Billy, Cecilia, Norman e Ian.
—Crees que ya hayan encontrado a Cocher. —dice Emma.
—No lo sé Emma, desde que ellos se fueron al castillo de Edmund y después salieron de allí ni Edmund, el señor Morti, ni nosotros hemos sabido de ellos, menos madam Moss, es la causa que decidieron que los buscadores fueran a encontrarla.
—Pero ustedes porque no, son sus lobos protectores.
—Coraline nos pidió que no la buscáramos para nada, menos si tardaban todos ellos en volver en varios días, menos no quería ser buscada, pero tú más que nadie sabe cómo son tanto la orden como el concejo.
—Entiendo.
Emma lo sabía bien, perder a una heredera era preocupante, más aún ser una heredera de un vampiro tan importante como el señor Watson, lo poco que supo de su muerte que el día que se leyó el testamento, algunos vampiros quedaron inconformes con la decisión del mismísimo señor Watson.
—¿Cómo es que se van a ir? —pregunta Morgan.
A lo que Emma sonríe al ver a los novatos que están mirando al sacar ella la piedra que le entrego Margaret, al ser una amúria que hace mucho no había utilizado y que cada que la usa le encanta hacerlo.
—Esta amúria.
—Espera Emma creo que veo que Julio y Alejandro vienen. —dice Jonathan.
En eso todos se dan cuenta que ellos vienen caminando de lado izquierdo hacia donde están todos, hablando entre ellos, preparados los dos con el tipo de ropa cuando se trata de viajar y acampar en lugares rurales, al solo vestir pantalones, camisa a cuadros y con botas, sin olvidar su equipaje que se ve ordenada, grande y que cargan a la espalda, al llegar ahí Emma continua al volver y decir:
—Bueno, esta amúria nos llevara al bosque Plean para después ir hasta Carago que.
—Sí que queda más cerca de Kisla. —dijo Pablo.
—Porque no van directo al bosque Carago. —sugiere Elizabeth.
A lo que voltean todos a verla.
—No es bueno Elizabeth, los bosques Plean y Carago son caminos muy engañosos y si quisiéramos ir por el camino más fácil tomando el bosque de Carago, no imagino lo que sucedería, es mejor obedecer yendo por el camino más largo. —dijo Salomón, algo que todos estuvieron de acuerdo.
—Ok pero no me regañes.
Algo que hizo reír a todos, pero en eso Emma pide que se pongan en círculo a lo que hacen y ella pone la amúria en medio de ese círculo, pidió que cerraran todos sus ojos y que los que viajarían dijeran sus nombres, quien comienza es Emma, después su amigo Alejandro de ahí.
—Julio.
En seguida.
—Alejandro.
Al pronunciar él las ultimas letras de su nombre Alicia, Morgan, Pablo, Gary, Miguel, Salomón y Jonathan escuchan solamente el silencio y sintiendo que aquel aire que había venido y pasado fuerte se había tranquilizado, ellas y ellos abren sus ojos, miran a sus lados al ver que ya no se encuentran ninguno de sus amigos, en eso se miran entre sí, pero inconscientemente todos ellos dirigen sus miradas hacia abajo viendo al piso de hojas caduca y ver que ni sus amigos, ni la piedra están a lo que Morgan pregunta:
—Crees Salomón que Emma realmente sea descendiente de esa chica de ojos grises.
—No lo sé amor, no puedo asegurar nada, es como a ella se lo dije que es por eso que mis hermanos deben averiguarlo y aclarar la causa de estar utilizando la profecía, porque debe a ver más de lo que le han contado a Emma.
—Solo espero lo descubran con su madre, porque Emma confía en ella. —dice Alicia.
Emma ya había pronunciado unas simples y rápidas palabras para poder despertar y activar la amúria morada, algo que a obtener respuesta y que todos los presentes ahí con los ojos cerrados no admiraran que intenso brillo que surgía en color purpura su pequeño interior que manifestaba la propia piedra, al expandirse hacia todos ellos, jugueteando como si la amúria tuviera vida propia y el interior pareciera millones de diamantes diminutos, que en grupo se extendía y brilla con ayuda de las palabras que la joven pronunciaba, terminando de decir:
—Emma.
—Alejandro.
—Julio.
—Alejandro.
Cada uno dijo sus nombres y como iban pronunciándolo que claro para Emma ya era costumbre sentir como era atrapada y sumergida dentro de aquella purpurina, al sentir un cosquilleo que pasa por todo su cuerpo quedando solo un poco en su garganta, continuando con los ojos cerrados, sintiendo su cuerpo ligero como pluma, en cambio para los muchachos era muy diferente como lo sentían, al ser que era su primera vez viajando atreves de una de las amúrias de Emma, el primero en sentir fue su amigo Alejandro, pues aunque continuaba con los ojos cerrados la niebla purpurina se mantenía alrededor de cada uno de los que habían dicho su nombre, a lo que primero el chico de ojos verdes sentía un tipo de ahogo que revolvía su estómago y un breve dolor de cabeza, al ser que la amúria estaba arrastrando a cada uno de ellos a su interior, llevándolos hacia donde, la palabra de Emma había ordenado, en cambio al pronunciar su nombre el chico rubio de ojos azules.
—Julio.
El, aunque también sintió ser arrastrado despacio sintiendo estar atrapado en un remolino, que centraba en su garganta y sintiendo también que su lobo interior lo sentía de una forma que el pelaje se erizaba, como también la piel del joven, al cambiar el ritmo que la propia niebla lo arrastraba con más velocidad, al ser atrapado en su interior, en cambio con Alejandro fue algo diferente como, lo siente similar a lo que su hermano Julio, sintió la neblina que lo envolvía a él, hizo en parte que tanto su lobo interior como el también gruñeran y Alejandro sienta como se eriza su piel y el remolino que se centra en él, al sentir revuelto el estómago, al pensar que no debió comer y que no sintió un dolor de cabeza, sino que al sentirse que es arrastrado aun continua con los ojos cerrados, al ser succionado hacia aquella amúria que majestuosamente aun adquiría tanto de su poder protegiendo y teniendo ahora en su interior, a aquellos cuatro chicos que ahora son invisibles entre un pozo de memorias, algunas coloridas, oscuras o huecas, al solo decidir y actuar desapareciendo la misma piedra trasportándose hacia Plean, dejando atrás a los demás jóvenes solos en ese campamento.
En aquel interior entre voces desconocidas y algunas se reconocen, al ser ellos solo seres que no tienen permitido hablar, solo mantenerse callados, con aun los ojos cerrados y que el equipaje tenga movimiento sin separase de sus propios dueños, que en instantes sin previo aviso son lanzados cayendo formando un pequeño cuadro quedando en el centro aquella piedra de cuarzo morado, dejando salir a cada uno al instante, que caen tirados al suelos, que es en el momento que abren los cuatro sus ojos al mismo tiempo y se sientan enseguida, mirando su alrededor y dándose cuenta que el equipaje está a sus lados como formando, no solo un cuatro sino siendo trasformado en un círculo.
—Se encuentran ¿Bien? —pregunta Emma.
Los tres la miran, ella pareciera tan normal y natural como si no hubiera sentido nada en todo ese trayecto, al ser que ella se encontraba sonriendo al igual que medio riendo de ver las caras de ellos, que Emma noto que se sentían fatales. En eso sugirió que descansaran unos minutos, para después continuar el viaje para llegar a Carago, ellos agradecieron mientras ella les contaba.
—No se preocupen, son viajeros primerizos, yo también sentí algo similar en mi primera vez que viaje, — Emma se levanta para tomar y recoger la piedra de ese piso del bosque, tierra de musgo y una leve luz pareciendo que es de día y que ella mire su reloj que tiene en su muñeca, indicando que son cerca de las doce. —Con este tipo de amúria amatista. — que muestra al sostenerla con la mano. —Es tan potente su poder que hace causar algo de dolor de cabeza, dolor estomacal, en ocasiones eriza la piel, pero solo se sienten por algunas horas o minutos, depende de cada cuerpo.
A lo que los tres asienten mientras sienten como se relajan tanto su cuerpo como ellos, en cambio ella se encuentra muy bien.
—Descansen, ya vuelvo, iré a dar una vuelta rápida.
—Espera iré contigo.
—No Alejandro estaré bien, es mejor que continúes descansando, —Al mirar sus ojos verdes que aún se ven cansados. —No te preocupes volveré pronto. —dijo Emma.
En eso ella se va caminando hacia una dirección con algunos desniveles de musco color verde, mientras Emma se aleja de ellos.
—¿Por qué abra querido ir a inspeccionar el bosque sola? —pregunta Alejandro mientras sus palabras y su voz se iban acomodando a él.
—No sales mucho amigo, debes entender que Plean como Carago son bosques tan viejos que tienen sus propios misterios y con sus propios peligros. —dice el otro Alejandro.
—Más que nada por los animales que habitan, será mejor recorrer el bosque con agilidad y rapidez para no mantenernos mucho aquí, Emma debe tener algún plan, es por eso que prefirió ir sola al ser que este bosque es muy confuso. —termina diciendo Julio.
Mientras ellos la esperan al encontrarse ya mejor, después de esa sacudida de cuerpo y cabeza, se levantan y deciden recoger cada quien sus diferentes equipajes llevando a la espalda, al hablar entre los tres si era mejor ir y buscar a Emma o esperarla. En eso escuchan la voz de ella y de alguien más que parece venir con ella.