Los chicos no han dormido mucho, reconociendo el cambio de horario que maneja el bosque tomando control tanto del día y noche, algo que a veces causa cansancio, fastidio o solo causando a que se debiliten las criaturas o personas que se encuentran en el habitad que no pertenecen, pero los cinco se encuentran bien, en forma. En el punto que Emma sabia por a ver leído, hablado y visitado, de vez en cuando alguna área que pertenece al mismo bosque, en cambio Tamara es una trotamundos, tiene la rapidez de adaptarse a cualquier habitad de cualquier bosque, algo que es similar para Emma y ella, pero para Alejandro y Julio, la vez que abandonaron la torre Kisla y a ver pasado Plean fue breve y con rapidez, pero en si al ser lobos de algún modo en cualquier bosque se adaptan, en cambio el vampiro de ojos verdes amigo de Emma Alejandro se sentía normal, parecía adaptarse en al mismo bosque, pero en este instante. Continúan caminando guiados por Emma al ir por un camino que ha dejado de ser desnivelado, al ser un sendero plano y normal, solo con uno que otro hueco de agua, aunque continuaban evitando pisar, porque era común que en ese bosque existieran arenas movedizas, pero se dan cuenta de las diferentes formas y colores de las hojas caídas en aquel piso de tierra y hierba, parecieran que todos ellos fueran exploradores de esa parte del bosque. Continúan entre sus conversaciones hablando de todo un poco, siendo que en todo en ese trayendo de estar en Plean no ha sucedido nada, al ser que no hay ninguna novedad, menos peligro, pero el primero en darse cuenta fue Julio, al ver que por el territorio al que iban estaba cambiando al decir Tamara.
—Emma esa es la vereda.
En eso todos voltea hacia la dirección que indica su amiga, es como todos se dirigen hacia haya, encontrándose en una nueva ruta que pertenece al mismo bosque de Plean, pero también se dan cuenta de la diferencia del clima, temperatura y como se muestre ante ellos es muy diferente, al ser un repleto color blanco de musgo, plantas, arbusto y tierra, que por momentos parecía nieve, todo ese bosque a los ojos de ellos les causaba una especie de tranquilidad.
—Es mejor que sigamos antes de perdernos. —sugiere Emma.
A lo que aceptan y continúan, mientras hablan entre risas diciendo pequeñas anécdotas al decir Tamara.
—Emma recuerda cuando estuvimos en Claren.
—Claro, mientras nos seguía esa bandada de vampiros de Simon todo por a verle robado esa brújula.
—Es mía, el muy imbécil me la había robado y solo le quite lo que me pertenecía.
—Eso causo que cayéramos al mar y quedándonos atrapadas tuvimos que soportar caer por la cascada.
—Lo sé. —dice Tamara de forma no muy agradable, al recordar que esa vez algunas cosas que ellas traían se dañaron con el agua.
—Pero no, por aquí hay una especie de lago. —dice Alejandro (ojos verdes)
—Cierto. —responde el otro Alejandro.
—Si chicos, me parece que ya estamos cerca verdad Emma, — a lo que ella asiente. —Sino mal recuerdo estamos cerca, solo debemos ser astutos de ver la lámpara que alumbra a los escépticos. —dijo Tamara.
Asienten, a lo que ella dice, quedando confundido el amigo de Emma, a lo que ella voltea a verlo diciéndole de forma breve y rápida.
—Alejandro la puerta de piedra es antigua igual que la lámpara que cuelga y parece estar en el aire flotando, lo veras cuando estemos ahí, la cosa es que muchas personas y criaturas desconfían de que no es posible que alumbre, al ser muy vieja y más encontrándose en el bosque de Plean, aquí lo que sucede es que su luz es tenue, difícil de ver, al ser que se torna su luz de colores y formas diferentes, confundiéndose con el bosque, es por eso que debemos ser astutos de observar y captarlo, al ser que a veces se desvanece.
—Ok busquemos la lámpara de los escépticos.
Continuaban viendo el mismo panorama sin cambios, todos ahí confían en que nada extraño se encontrarían, cuando Emma se da cuenta de algo extraño.
—Tamara.
Enseguida su amiga se acerca a ella.
—Traes tu brújula afinco.
—Si claro ¿Qué sucede? Emma.
—Debemos movernos y ser más rápidos, me parece, no se la verdad si son osos los que viene detrás de nosotros, aparte presiento que Nicolás se encuentra aquí también.
—Hay que apresurarse. —le dice Tamara.
A lo que en se instante se reunieron todos escuchando a las chicas, al ver que Emma ya había vuelto a sacar su reloj de bolsillo al mostrarles a ellos, las pequeñas manchas de sombras que se veían a la vista, al ver como se movían como siluetas de persona y animal.
—Entonces chicos este es el motivo por lo que debemos movernos rápido, para no encontrarnos con los osos, menos con Nicolás y sus guaruras, debemos encontrar la lámpara que nos llevara hasta la puerta de piedra. —dijo Emma.
—Exactos chicos, evitaremos tanto a los osos como a la manada de vampiros, —Tamara tienen en su mano una brújula vintage de un oro viejo. —Esta brújula tiene la rara forma de funcionar, al contrario, — ella lo muestra a ellos al ver que esa brújula, aunque está en perfecto estado parece no muy normal, al identificar que su aguja imantada que señala el norte magnéticamente y su función es magnético terrestre, que principalmente es para orientarse se mueve por todos lados sin definición. —Ok mi brújula afinco en este momento se encuentra loquito, por que debo leerlo de una forma de espejo, entonces lo que hago es sincronizarla con el reloj de bolsillo de Emma. —dice Tamara.
Emma y Tamara se encuentran viendo sus objetos al obtener lo que desean, una ruta rápida para salir de la vista de los osos como de Nicolás y sus guardias, en eso ambas deciden mostrar a ellos que vean y observen al mostrarles tanto en su brújula de Tamara y en su reloj del bolsillo de Emma, para que los muchachos vieran memorizando la dirección que tomarán para llegar, hallar la luz y así la puerta de piedra, que indica tanto el mapa que se mira en el reloj, al igual que insiste indicando la aguja de la brújula ir por esa misma dirección, pero en si los chicos solo deciden memorizar y confiar en ellas. Continúan caminando al seguir por la misma senda encontrándose en un clima más frio, que por suerte van todos abrigados, al notar que la nieve aumenta igual que el clima, al que hace que los chicos lobos presientan algo malo al olfatear y percibir que algo no se encuentra bien, a lo que sus pensamientos de ambos lobos son interrumpidos.
—No tardaremos en llegar a Carago, le hubiera pedido al señor Mortí que me hubiera prestado a su mascota appa. —dijo Emma.
—Sí, hubiera ayudado mucho. —dijo Julio.
—Chicos ¿Qué tanto traen su equipaje? —pregunta Emma.
—Ropa.
Mira a Alejandro y a Julio algo confundida a lo que su amiga Tamara ríe.
—Te entiendo, pero generalmente cuando nos trasformamos en lobos y después en personas lo que pasa es que siempre arruinamos nuestras ropas. —dice Alejandro.
A lo que Emma asiente.
—Pero aparte de ropa traemos otras cosas personales. —dice Julio.
—Ok nada más que estemos en Kisla podemos dar un descanso antes de continuar, les parece. —sugiere Emma al pensar que como hace unos días que fueron a parís compraron algo de ropa, al ser que ella tomo algunos trajes de baños para ella y su amigo Alejandro y disfrutarían nadar en las aguas de la isla de Kisla.
Todos responden al unísono.
—Si.
—Aparte no hemos vuelto a visitar Kisla desde que salimos de la torre, verdad Alejandro.
—Así es será bueno volver a visitar Kisla.
—Lo malo es que no hayan venido todos. —dice Emma al dedicar a los dos chicos una sonrisa, pero ambos son algo altos para abrazarlos, porque si lo hace quedaría colgada de los hombros de ellos y aparte los dos debían agacharse un poco.
En eso Tamara se acerca a su amiga al preguntar:
—Emma, olvide preguntarte sobre Héctor, él ¿Cómo está?
—Héctor está bien, la última vez que hable con él fue cuando Alejandro y yo estuvimos en parís y me habló por teléfono.
—Fueron a parís.
—Sí, solo fue de entrada por salida, no hubiera usado la amúria terrestre si no se hubieran entrometido Carlos y Dafne.
—Y no has vuelto a hablar con él.
—No, porque le dije que esperara hasta que lo llamara, porque no tendría el celular a la mano, Tamara acaso sabes algo.
—No nada, si supiera algo te lo diría niña.
Continúan hablando mientras los muchachos van detrás de ellas también hablando entre ellos, es en el momento en que son emboscados por la guardia cenital propiedad de Lord Nicolás Walker, que al ver a la joven Emma acompañada por sus amigos que la rodean quedando ella enfrente y que toda esa guardia de vampiros se encuentra rodeándolos, mirándolo fijamente en eso trajes azulados oscuros, que parecieran cazadores con flechas y todo sus ropas pareciera una armadura a simple vista de pies a cabeza, con capucha y con mascara. Tamara y Emma se miran de reojo y después a los de su alrededor, cuando de repente las chicas se dan cuenta que Alejandro y Julio tiene un brillante color que notan en sus ojos y como ambos están cerca de ellas, a lo que Emma y Tamara se acerca un poco más sin que los demás se den cuenta, al susurrar no solo a esos dos, sino también a su amigo Alejandro.
—No es hora, solo miren.
Es cuando aparece a la vista lord Nicolás Walker con una expresión molesto y no muy feliz de ver ahí al vampiro de Zarquiria, a Alejandro y a los lobos, como también a Tamara.
—Imaginas Emma de las tonterías que estás haciendo.
—Los llamas tonterías si lo único que quiero es ver a mi madre.
—Entonces porque demonios debes traer a tu escolta contigo, solo me lo hubieras dicho, yo te llevaría a verla.
Emma ríe, en cambio Alejandro el chico lobo esta por responder, pero Tamara lo detiene al tomar su mano.
—Hay sí, el muy santito, si lo que buscas es solo casarte conmigo y dejarme encerrada en tu castillo solo dime que quieres Nicolás para poder llegar a ver a mi madre antes de ir a Walker.
Al escuchar eso a Nicolás se le dibuja una sonrisa y los demás quedan confundidos.
—Entonces nos iremos con ustedes.
—Claro, así aclaras a mis amigos lobos porque creen los Walker que yo sea descendiente de la loba de ojos grises.
Es cuando comienzan las discusiones al decir Nicolás que a ellos no les importa esa información, es en el instante que ambos se trasforman en sus propios lobos, uno blanco y el otro en un café claro al ponerse frente a Emma y Tamara, algo que ellas no esperaban de ellos, al ver que sus ropas se arruinaron y sus equipajes salieron volado, cuando el amigo de Emma los atrapo en el aire, mientras Julio protege a Tamara, Alejandro se encuentra trasformado estando entre Emma y Nicolás interviniendo al gruñirlo.
—No, — Emma no quiere que peleen. —Nicolás solo dime la verdad.
Sin darse cuenta Emma y los demás de que Tamara actúa al tener a la mano su brújula afinco, al decir de nuevo la palabra ·kauitl· que es utilizada y teniendo un buen uso en una emergencia, sin más desaparecen todos a la vista de la guardia cenital como del mismo lord, a lo que le hace pensar que las cosas han cambiado, revelando el camino de Emma, al decidir Nicolás volver a Walker.