20.- A LA ORILLA DE CARAGO.

1974 Words
Pensar en tocar con sus nudillos, en cambio eso causaría que caería afuera en el mismo lugar de donde se encontraba antes, piensa por unos momentos Emma al analizar recordando y abriendo de nuevo su bolso, al buscar y mirando las diferentes amúrias que tiene guardas y a la mano, al ver que algunas de ellas que encuentra en el interior es una bellota, que en su interior de cristal contiene hojas grandes y verdes dentro de esa trasparencia de la misma bellota, sigue buscando al ver también algunas botellas no muy grandes similares al del señor Mortí que el mismo se las dio, al llevar en su interior con solo mirar diferentes tipos de hojas, plantas y flores  naturales mezcladas y deshidratadas, algunas monedas grises entre dobladas con marcas, son las misma que utilizo la vez que fueron al campamento, entre otras viejas monedas, que han sido muy útiles para ella, que continúan guardadas en su bolsa y algunas amúrias terrestres que tomo de la bóveda de Nicolás, al igual que también unas de color gris que para ella pareciera tener atrapado a la luna, otra en un color entre un naranja brillante con n***o que cada que la mueve se mezclan, como apareciendo llamas y truenos, como en esas esferas de navidad sin olvidar que trae alguna bolas pequeñas de boliche y de billar del número tradicional 8 en color n***o, se da cuenta que lleva al igual un llavero amúria que cuando la agita ambos colores el blanco y el n***o cada uno se queda en su lugar sin mezclarse, no sabe porque tomo tantas de esas, ella solo sigue buscando y mirando cada diferente amúria que lleva. Mientras su mano toma cada una de ellas, es cuando encuentra unos tipos colmillo de madera que no supo ni por qué los tomo campanas, botecitos con relojes de arena en su interior como también llaves, cinceles diminutos y casi un juego de accesorios de pintura en diminutivo, solo pensar lo que lleva su amigo Alejandro guardado en su mochila imaginando que es cierto que una gran variedad de cosas tomaron de aquella bóveda, ríe por un momento al tomar en sus manos una amúria en forma de triángulo, algo largo y trasparente con detalles y un líquido en su interior entre verde y azul, y como que algo atrapado como una especie de pequeñas canicas, a lo que busca de nuevo en el interior del bolso si acaso tiene más de esas, aunque no recuerda muy bien cómo se usa ese tipo de amúria, pero solo lleva tres de ellas, piensa Emma al estar segura que Alejandro debe llevar más, solo pide que por favor lo que piensa hacer funcione, pero si piensa en hacerlo debe ser ya. Entonces está muy decidida al tomar una pequeña distancia que le permite el interior del árbol y solo mira su mano, viendo la amúria que sostiene, piensa y mantiene aquellas palabras retenidas en la mente causando que ese amuleto lo atrape y lo haga, solo lo lanza lo más fuerte, pero aun chocando contra ese muro del árbol no se rompe y solo lo ve en el suelo de madera, lo levanta y revisa al ver que ninguna g****a tiene, entonces solo cambia un poco su plan al decidir no lazarlo sino que se acerca al área que ella quiere que se abra, para salir entonces aun teniendo en su misma mano esa amúria, la pega a esa parte, cierra los ojos concentrándose y con todas su fuerzas extiende su mano, al chocar y hacer añicos la amúria triangular. Emma se siente atrapada dentro de un remolino en el aire hasta que medio abre los ojos, pero la tierra en el aire borra su vista, aunque intenta parpadear y rasca con los dedos de sus manos los ojos, pero continua sintiéndose igual, hasta que en una de esas solo cae de boca, decide girarse quedando boca arriba, abre ya mejor los ojos, mira al cielo, siente la tierra mojada y aún está lloviendo, pero solo es una llovizna, se levanta rápidamente al ver donde ella se encuentra, al ver que está en los límites del bosque Carago y de ahí no continua más, prefirió acercarse a una de las orillas, al estar ahí a la orilla mira hacia abajo al ver un inmenso vacío sin agua ni nada, ella suspira al ver y reconocer que si hasta ahí llega el bosque Carago y que solo esta es la única ruta para llegar hasta Kisla, pero antes debe ir por cada uno de sus amigos que se encuentran aún atrapados, en eso se dice así misma. —No debo olvidar traer mi guía de amúrias. En eso vuelve a abrir su bolsa de su piernera al sacar las dos amúrias más que tiene libre, solo vuelve a guardar sacando de nuevo su gis y volviendo a dibujar en el mismo árbol de donde vino una puerta, la cual de nuevo se abre, Emma se alegra de ver que de nuevo tuvo éxito, sonríe, se sacude un poco, se hace una coleta en el cabello. Solo entra al interior del hueco, se cierra la puerta, voltea cierra nuevamente los ojos al volver a pegar su mano con la amúria que tiene sosteniendo y vuelve a romper destrozándola de nuevo, sintiendo que algo la impulsa a solo caer. —Emma ¿Estas bien? Ya puedes abrir los ojos. La joven los abre al ver que se encuentra en los brazos de Alejandro, ella solo se levanta al ver que lo hizo fue también exitoso. Emma pregunta de repente. —Has encontrado ¿Acaso salir de aquí? —Intente trepar los árboles, pero solo me muestra el mismo camino. —Si me lo esperaba. —Dime ¿Cómo fue que llegaste hasta aquí que fue lo hiciste? Emma. —dijo Alejandro. —Era cierto lo que me habías dicho y lo hice a través de esta amúria, — le enseña al traerla en su mano. —Me mostro también la salida de Carago, aunque será algo no tan fácil de salir del bosque, pero eso después lo pensamos, primero muéstrame todo las amúrias que tomaste de la bóveda de Nicolás. Él se quita la mochila que llevaba cargando a la espalda, la abre al recorrer el cierre y ambos deciden mejor sentarse sobre aquella hierva, al ver que el interior de esa mochila que en parte está lleno de amúrias diferentes y variadas, al ver más tizas de colores, unos pequeños libros y otros muy pequeños que al abrir algunos, unos llevan tres botecitos o solo uno, con un poco de contenido de líquidos diferentes color y contenido de plantas, frutas o verduras pequeñas en sus interiores, al igual que si las vez muy cerca averiguas que pareciera tener atrapado una naturaleza pura o peces, también piedras que parecen cuarzos con una mezcla de colores que se sostienen, como si fueran raíces que hacen que se cuelguen de una cadena, que de alguna forma se utilizan como collares para cualquier persona humana y pequeñas llaves diminutas o algo grande. Emma mira que su amigo también tomo algunas conchas donde su interior tiene atrapadas como una pequeña tortuga y otra que es una bolita con agua color azul en su interior con otra tortuga, y algunas plumas de colores atrapadas en esa trasparencia de cristal, en cambio no encuentra que el traiga alguna mula de domino. —Alejandro no tomaste de la bóveda mulas de dominó. —No había nada de fichas de dominó. Ella solo asiente al pensar que tal vez Nicolás las tiene con él o en otro lado, lo último que vio entre tantas de esas amúrias fueron lo que tanto buscaba, más amúrias triangulares, al tomar Emma varias de ellas. —Emma ¿Cuál es tu plan? —pregunta Alejandro, la había estado mirado presenciado cada diferente expresión de ellas al buscar y mirar cada amúria que él había tomado de la bóveda, solo fingía volverlas a ver cada una de ellas, pero lo único que veían sus ojos era a Emma con su coleta sujeta, que en cada movimiento de ella se movía agitándose de un lado al otro, al verla sonreír con sus diferentes expresiones de sorpresa, confusión o alegría que hacía que de alguna forma él lo sintiera al contagiarlo ella misma. —Como veo de alguna forma entendí lógicamente que el mismo bosque debió poner a algún árbol cerca de cada uno de nosotros, entonces solo una persona puede entrar a su propio árbol, es por eso que lo que haremos es que me llevare suficientes de estas, — ella le muestra al señalar que también llevara. —Llevare este estuche de gises dando primero a ti esta tiza y está amúria triangular, yo buscare a los demás. —Le dice Emma al también explicándole sobre la misma amúria como utilizarla al estar dentro del árbol, que debe pegar la mano aun tenido el triangular y solo destruirla contra la misma pared del árbol. —En el instante que vayas a romperla debes decir llévame a la salida, que sea claro y fuerte entiendes Alejandro. —le dice y se lo repite al mirarlo a los ojos. —Si Emma no te preocupes, estaré esperándote ahí. —responde el al sonreír intentando a que ella no se preocupe demasiado. —Ok bueno ahora veamos que árbol será mí y tu conducto de ir de un lado al otro. En eso que ambos miran Emma tiene fija la mirada en un árbol escamoso similar al que utilizo anteriormente. —Ese es el elegido. Ambos se acercan al árbol y Alejandro comienza a ver como su amiga empieza a desprender cada escama del mismo árbol. —Esto no está prohibido hacer a los árboles. —Estos tipos de árboles comúnmente escamosos siempre renacen con sus nuevas pieles, entonces no hacemos nada malo, la misma naturaleza siempre florecen cada día sin temor al tener el sol, la noche y la lluvia, como también los diferentes tipos de estaciones, pero cada bosque es diferente. —le cuenta ella terminando con una sonrisa al obtener el suficiente espacio para que Emma dibujara de nuevo una nueva puerta. Al terminar ella solo abre, ve de nuevo el hueco que se encuentra dentro y Alejandro ve lo mismo. Emma decide solo entrar, despedirse y al decir al último. —Solo deja pasar cinco minutos y vuelves a dibujar la puerta y haces lo mismo que hice. Alejandro solo asiente. —A y antes de que se me olvide, en el límite de Carago si está lloviendo y cuídate donde pisas. Alejandro intenta preguntar, pero ha desaparecido, Emma al ver que la puerta que había dibujado que hace unos instantes se volvió a cerrar espera esos cinco minutos, mientras al recordar que, si en realidad el fuera un Dante, será grandioso cuando ella se dé cuenta, confía y más en lo que Tamara le había platicado. Ahora él se encuentra dibujando la puerta, da dos toques con sus nudillos, se abre, entra y hace el mismo ejercicio que le enseño Emma. Ahora la joven se encuentra con su buena amiga Tamara al hacer hablarle y decirle sobre los mismos pasos, enseñándole lo que también enseño a su amigo. Tamara solo la escucha al decir: —Entonces será difícil salir del bosque. —Eso creo Tamara, entonces iré yo por los chicos lobos porque imagino que Alejandro debe estar ya en las orillas de Carago, que entre los dos encuentren una posible salida. —Si claro, checare con las brújulas. —Buena idea solo recuerda las palabras, anda ve primero. A lo que ambas habían encontrado un buen árbol que no se necesitó quitar las escamas, sino solo dibujar de nuevo la puerta, al ver irse a su amiga Tamara. 
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