Al sentir el cambio del clima con un invierno frio y ver en las hojas nieve, siguen recorriendo el bosque, ella aun en la espalda de Alejandro subidos desde un alto árbol continúan entre ellos hasta que Emma decide al decir:
—Es mejor que bajemos.
Se separan del árbol al ir cayendo a una breve velocidad encontrándose cayendo a una breve velocidad hasta caer manteniéndose parado Alejandro, aun cargando a la joven.
—Bienvenido al bosque Culm. —dice Emma.
Aún se encuentra sujetando a Emma al voltear a un lado para mirarla y ella a él.
—Algo más cálido para mí.
La joven al verlo y escucharlo medio sonríe, ella tiene su mano sobre el pecho de él que palmea, al escucharlo y responde:
—Claro eres de clima frío.
Emma baja de la espalda al estar pisando el piso de piedra del pequeño puente que se encuentra en Culm, con el bosque a su alrededor se quedan por unos instantes, en eso ven ambos las hojas, caduca todo el trayecto del bosque de Lujea hasta llegar al bosque vecino que los divide un hermoso puente en el que ahora se encuentran al estar en territorio Culm, entendía Alejandro que el mapa que se encuentra dentro del reloj de bolsillo de ella indicaba para el que era el lugar más profundo y secreto, que no cualquier criatura era afortunada de encontrar ellos, aunque solo paso unos días de conocerse existía aquella confianza que termino por unirlos más.
—Estás segura que debemos pasar este bosque. —dijo Alejandro.
—¿Tienes miedo? —pregunta al mirarlo.
—No, pero existen osos.
—Lo sé, no te alimentas de ellos no me molesta si quieres ir a cazar.
—No.
—Alejandro acaso ¿Tienes hambre?
—Si no te preocupes.
—Traigo unas botellitas de sangre un amigo me las dio.
Ve que está rebuscando al sacar de su bolsa una botella mediana, Alejandro la toma abriendo el tapón y bebiéndola simplemente, en eso continúan.
Comienzan a charlar, prosigue al decir Alejandro.
—Emma no me digas que porque fuiste encontrada en esa propiedad debes casarte con él.
—Sí y no quiero contarte antes que no es la primera vez que estoy en Culm, la vez que vine fue cuando que escape de mi hogar, no sé cómo es que pude llegar aquí ni yo misma, hasta que descubrí que había tomado. — Mientras él la escucha observa al ver el collar de cadena que trae ella puesto, que cuelga una piedra trasparente que reluce el color morado a lo que le muestra mientras la escucha. —Esta pequeña piedra la halle en un estuche que una vez muy pequeña, aunque no sé cómo puedo a verlo recordado si solo tenía cuatro años, pero estoy segura que me encontraba en el castillo Walker y de este estuche tome esto, la vez que escape lo llevaba puesto, no sabía cómo es que cuando escuche unas voces de dos vampiros es como supe que comenzaron a buscarme y en ese instante no sé cómo, pero ya me encontraba en el hueco del interior de uno de estos árboles, no sé cuánto me mantuve dentro lo que sé es que desde bebe me he acostumbrado a estar en áreas pequeñas, ya a los 13 años antes de volver a Zarquiria descubrí que ese estuche que no solo traía esta pieza amatista, sino también una gargantilla igual de piedra de color azul con toques púrpuras y borgoña y un anillo de boda chapados en oro n***o y diamantes color morado, todo un juego el cual usaría al anunciar nuestro compromiso al clan a la orden y a la sociedad de Goem y Walker, y deja que te hable del vestido también. —dice Emma al reír.
Los dos continúan caminando a pie, Alejandro la mira confundido también a sus ojos quiere tomarla de la mano, está por hacerlo, pero en ese instante ambos se encuentran frente a dos veredas hacia diferente camino.
—Elige. —dijo Alejandro.
Cree él por un momento que ella vera el reloj, pero ella no lo consulta y le extraña su concentración como si tuviera una corazonada al igual que su olfato, percibe a alguien o quizás a sus pensamientos son interrumpidos al escuchar a su amiga.
—Mmm, — ella pide. —Ale sube arriba.
—¿Por qué? —pregunta al estar cerca de ella.
—Para ver mejor. —sugiere al intentar escucharse tranquila sin que el note su inquietud.
—Vamos.
Emma lo mira al responder:
—Te espero aquí, será más fácil.
Se miran, aunque él no confía mucho a lo que ella dice, pero Emma al ver que el acepta lo ve desaparecer al subir por el árbol, sabe que él está aquí no quiere gritar es más simple esperar sosteniendo en el fondo su grito porque preocuparía a su amigo y el vendría a ella, pero solo quedarse quieta le ayudara a actuar.
—A ¿Dónde llevas a mi prima?
Al escuchar y girar para descubrir de quien venía aquella voz dulce observa a la chica de cuerpo delgado, tez blanca, ojos rojos, alta, hermosa mostrando sus colmillos recargada en el árbol vecino de hojas con los brazos cruzados.
—Puedes tu preguntárselo.
La chica rueda los ojos al dirigir su mirada hacia él.
—Sabes no me agradas solo obedece y dímelo ahora.
—No.
Desvía la mirada para después decirle a él.
—Me estás haciendo perder mi tiempo.
Fija su mirada en él, Alejandro siente que se extiende el temor, pero lo resiste nuevamente como antes, al ser el primero en actuar lanzando un golpe, comienzan a pelear en el aire.
Emma se mantenía esperando ver bajar a Alejandro mientras alza su cara para mirar hacia arriba, en ese instante el sujeto dice:
—Hola bebe.
—Hola rorro, — saluda al mirarlo dándose cuenta que es él chico que conoció desde niña con aquel cabello oscuro, su piel pálida como el mármol delgado y con esa mirada inconfundible al verlo conocido, desde hace mucho convirtiéndose en buenos amigos tanto de juego y travesuras para después descubrir que su hermana y el sirven y continúan sirviendo a la familia real Walker. En ese instante, es él quien mira directamente a Emma al ser que se encuentran a poca distancia el uno hacia el otro, ella solo cruza sus brazos. —Imagino que Dafne está arriba.
—Con tu novio. —termina diciendo el chico.
Piensa por un momento Emma al decidir y sonreír en sus adentros al solo decir:
—No lo voy a negar, aunque quisiera decir que no lo es.
—Sé que mientes.
—Tu siempre piensas que miento, ya no me importa. —dice Emma al meter sus manos a los bolsillos delanteros de su pantalón.
—Sé que es tu novio ¿Qué haces aquí? Te a aburrido tu hogar en Zarquiria, sabe muy bien que volver a Goem.
—Ya lo sé es mi problema que no es de tu interés ¿Porque tendría que decírtelo? —responde de con otra pregunta Emma.
—Sé que estas en problemas.
Emma empieza a reír al presentir lo que a continuación el responderá.
—Eso crees, nunca necesité tu ayuda, — es el momento en que sus ojos cambian de color en un intenso grisáceo azulado, al continuar mirando al vampiro. —Aunque la pedí tú la negaste protegiéndote a ti mismo, sé que él te envió, puedes decirle que no lo necesito, se cuidarme.
—Emma, sabes muy bien ser la prometida hace que nosotros te mantengamos a salvo, al ser que solo servimos a la familia Walker y que tenemos reglas que obedecer, sabes muy bien que tenía que negarme no podía ayudarte, entiende si hubiera intervenido seria conocido como.
—Un judas, de eso hablas.
—Cuando seas la esposa de Nicolás lo entenderás y no solo eso, también te serviremos a ti. —dice al mirarla con el propósito de acercarse a ella lo más cerca posible
Ella lo mira frunciendo el ceño haciendo que calle, lo interrumpe antes de que continúe hablando al dar algunos pasos hacia atrás, al estar muy segura de lo que él está intentando hacer manteniéndose tranquila, sin ser notaba por él, a lo que ella planea hacer, pero aun no era oportuno hacerlo, la única oportunidad de distracción era seguir hablando.
—Crees que sabiendo eso lo hare, te lo he dicho muchas veces solo dímelo ¿Qué debo entender? — el chico niega al mover la cabeza. —Y solo me dices que hasta estar casada, pero también siempre me das ideas que sé muy bien que son equivocadas, no mientas menos a mí solo por obedecer las malditas reglas de esa odiosa familia, si sabes bien lo que he tenido que soportar, que sabemos muy bien ambos como también Dafne de que no será agradable, una vez que sea la esposa de ese idiota solo pido no intervengas, ahora respeta mi decisión, he aceptado las consecuencias de solo hacer real mis deseos, de no ser una Walker.
El vampiro continúa moviendo la cabeza, pero, aunque él no lo acepte y siga negando sabe he imagina lo que en camino vendrá contra ella, algo que ella misma ni se imagina, al poder ser real lo que ella se propone.
—Emma solo obedece. —insiste el al mirarla con una pura sinceridad.
—Obedecer me dices a mí, yo solo pido la verdad, sé muy bien porque me comprometieron con Nicolás solo por su famosa profecía según “ustedes”, — menciona al hacer con los dedos comillas. —Creen que yo lo soy, —niega con la cabeza. —Pero yo no lo hare, después de ver que intentaron matar a mi novio Héctor, crees tú Carlos que eso está bien que acepte algo dañando a mis seres queridos.
Carlos la mira desconcertado por unos momentos.
—No lo sabía Emma, — él está por decir algo más al pensar “por una buena razón lo habrá hecho Nicolás” —Emma solo obedece lo que está ya escrito.
Emma se encuentra atenta a cualquier movimiento mientras escucha a Carlos.
—Sabes bien que no lo hare y a toda costa evitare que suceda lo que individuos terceros decidieron para mí como para el propio Nicolás, no me importa si intentaran matarme o cualquier cosa contra mí, pero hallare lo que quiero.
—No Emma no trates de ir contra ellos porque Nicolás ya no podrá protegerte.
—¿Ellos? De ¿Quiénes hablas? Carlos los ¿Walker?
Mientras hablan Emma insistiendo al pedir respuestas y el callar de repente el plan de ella, surgió al instante al sostener en su mano no era una bellota sino un llavero que de ella cuelga una bolita color verde, que al mirarla parecía mantener encerrado algún planeta que para la joven parecía la tierra. Cuando aparece su amigo, en ese instante ver también a Dafne con un corte en la mejilla que se cerraba al instante.
—¿Estás bien? —pregunta rápido Alejandro.
—Si lo siento, no hay tiempo de presentaciones, debemos irnos.
Rorro y Dafne solo ven que ellos desaparecen cuando Emma deja caer aquel llavero a la tierra pisándola con fuerza, tomando a su amigo de la mano y un remolino aparece y los succiona.
—Adiós sanguijuelas.
Es lo último que escuchan de Emma.