Traté de encontrarte en las tinieblas de mi mente, pero al final bajé los brazos para darme cuenta de que mis manos quedaron vacías.
Stuart
Hace más de dos días que no he consumido ni una sola gota de alcohol, el suero me ha ayudado a no caer en la tentación de probarlo. Cada vez me siento mejor y el control de mi cuerpo vuelve completo y se hace mucho más firme a cada segundo que pasa.
He empezado por investigar todo nuevamente, tengo las grabaciones de ese día ya en mi poder, pero por más que intento identificar algo que me haga descubrir de quiénes se trataba, todo parece haberse efectuado con total perfección.
Sin embargo, sé por experiencia que no existe lo perfecto en este mundo.
Encuentro el origen de los autos, pero el resultado es el mismo, hasta que me doy cuenta de que, en uno de los vehículos, el hombre que conduce trae el rostro descubierto antes de interceptarnos. Busco el ángulo correcto para poder obtener una visual más completa de su rostro, pero a medida que lo consigo me voy llenando de intriga al no reconocer al sujeto.
Observo un par de segundos la imagen de un hombre que, definitivamente no es de este país, ingreso a la base de datos de la INTERPOL y del FBI para usar su sistema de reconocimiento facial, es posible que allí encuentre algo que pueda ayudarme.
Veo pasar a gran velocidad las fotos cargadas en ambos sistemas, sin obtener coincidencia en alguna, provocando que mi ansiedad se empiece a disparar, hasta que finalmente se detiene con un cien por ciento de coincidencia en la foto de un hombre.
Observo detenidamente, asegurándome de que no hay error, y efectivamente es el tipo del ataque. Abro el expediente y descubro quién es: Alexey Sokolov. De origen ruso, buscado por el contrabando de sustancias químicas altamente peligrosas, se le adjudican más de cincuenta asesinatos alrededor del mundo, además se le asocia con Víctor Petrov.
Por más que intento recodar si en algún momento de mi vida me he cruzado con él o con otro que se mencione en el expediente, no lo consigo, estos tipos son totalmente desconocidos para mí.
―¿Qué querrán unos rusos conmigo? ―cuestiono, deseando poder tener una respuesta que me ayude a aclarar mis dudas, pero por ahora creo que lo único que puede ayudarme es viajar hacia ese país que hace tanto no visito.
Cuando la vida que conocía se terminó para mí, decidí no volver a poner un pie en la tierra que me vio nacer. Por mucho tiempo luché por cambiar mi acento tan grueso y tosco, del mismo modo se lo exigí a mi hermana, antes de tener que separarnos, era lo mejor para los dos en ese entonces, alejarnos del lugar en el que nunca tendríamos un futuro.
Por esa razón adoptamos nombres de origen inglés y cambiamos nuestra apariencia demasiado rusa por una más inglesa, y cuando ya nuestro acento era casi nulo, comenzamos a pasar desapercibidos.
Tendré que hacer un viaje en modo incógnito para que Max no se dé cuenta de a dónde me ha llevado el jet y no pueda rastrearlo de ningún modo posible. No sé qué me espera en Rusia, pero antes de involucrarlos necesito tener más información sobre quiénes son esos tipos, y para eso tengo que adentrarme en la misma sociedad en la que estos rastreros circulan.
Antes de partir, descargo cualquier información que me pueda ser de utilidad sobre el tal Petrov y la envío a mi servidor personal para verla con calma una vez este en mi tierra natal.
Max se dará cuenta de que sus trucos no funcionan del todo conmigo, solo sabrá lo que le permitiré saber, y ahora mismo no me apetece que sepa a dónde voy, con que sepa que no pienso volver a tomar, al menos no por ahora, es más que suficiente para que se sienta tranquilo y me deje en paz.
Una vez listo me subo de nuevo a mi vehículo y llevo conmigo los explosivos y armas que Max no dejó que Tom usara cuando se trató de salvar a su mujer, algo me dice que estoy cerca de tener que usarlas y es mejor llevarlas muy cerca para no perder la oportunidad de hacerlo.
Me aseguro de tener conmigo todo lo que necesito, llevo una de las portátiles de reserva que tengo en la guarida porque, aunque Max se ocupó de traerme la mía, no confío, estoy seguro de que le instaló algo para poder espiarme. Salgo disparado de la guarida con rumbo al hangar en el que guardamos varios de nuestros juguetes aéreos bajo tierra, un conocido nuestro es quien se ocupa de protegerlos, usando la fachada de dar clases de vuelo sin motor a personas que lo requieran o simplemente de permitir que personas con conocimiento disfruten de un rato planeando en el cielo; espero que no haya nadie en el lugar porque necesito salir lo antes posible.
Llego en poco tiempo y por suerte no tiene clientes, por ahora, porque espera a alguien en unas tres horas, por lo que me voy directo al jet y le pido que me ayude a preparar todo para salir.
Prometo dejar una buena cantidad en su cuenta si jura cerrar la boca cuando Max venga, en respuesta recibo un apretón de manos. Cesar perdió una de sus piernas en combate y lo dieron de baja luego de la recuperación, ahora sobrevive de la pensión del gobierno y de su negocio, claro que entre Max y yo le aportamos grandes entradas económicas de las que me encargo para que ningún ente gubernamental se dé cuenta.
En dos días habrá una gala en el Swissôtel Krasnye Holmy y Víctor Petrov estará presente, necesito acercarme de algún modo para descubrir por qué tiene interés en mí.
Es posible que también esté presente Alexey Sokolov, a uno de los dos le quedé a deber algo, pero entiendo que uno es el jefe y el otro el perro que le lame las botas; supongo que mi deuda es con Petrov y no con Sokolov. Me aseguré de tener mi entrada al evento, en esta oportunidad haré uso de una excelente piel sintética que se adhiere al rostro perfectamente, cambiando por completo la apariencia, también usaré el mismo material en mis manos para cambiar mis huellas digitales, no quiero dejar rastro de mi presencia en ninguna parte.
Nunca imaginé que fuera tan aburrido viajar solo, pero al menos me sirve para trabajar mientras aterrizo. Coloco las coordenadas que me suministró Cesar en el sistema de navegación automática con respecto a un contacto que se ocupa de cuidar, al igual que él, aceptando una gratificación considerable. Por suerte, al contar con el modo sigiloso, ni siquiera el sistema de rastreo aéreo de ningún país logra detectar la presencia del jet al pasar por sus espacios aéreos, así que me evito las amenazas y los ataques defensivos.
Me dedico a estudiar más a fondo al tal Petrov, muchas veces ha sido fotografiado con una mujer, que por casualidad o alguna razón, oculta su rostro de una u otra manera.
Sin importar que, su rostro no se puede ver, siento que la conozco, tal vez me estoy volviendo loco o es que mucho alcohol de verdad me jodió el puto cerebro. Me olvido de la mujer para concentrarme en la información que obtuve de Petrov, entonces descubro datos interesantes sobre su origen y entiendo el motivo que tuvo para aparecer frente a mí y quitarme a la mujer que amo.
Es obvio que no puedes darle un golpe a la vida sin pretender que esta no te responderá con mucha más fuerza.
Es hermano de Frank Greco, por parte de madre, el padre de uno era una mezcla de italiano con cerdo y el del otro de ruso con porquería, engendraron a sus retoños de una mujer que era constantemente abusada y cuando nacieron sus hermosos pequeños, como si hubiesen estados predestinados, obtuvieron la misma calidad de vida.
Mientras uno crecía en medio de la mafia italiana, el otro daba sus pasos dentro de la mafia rusa, siempre sabiéndose hermanos, destinados a unir un imperio de podredumbre, en el que por mala suerte una vez cayó mi hermana, pero si ya una vez saqué del camino a uno con ayuda de mis amigos, perfectamente puedo sacar al otro sin ayuda de nadie. Víctor Petrov es mío, yo destruiré todo lo que representa y terminaré por borrar de la faz de la tierra cualquier indicio de lo que haya sido su imperio.
No tiene ni idea del infierno que desató.