Capitulo Cuatro

1422 Words
Aun sin ser acariciada, mi piel se niega a olvidarte. Siento tus manos sobre mi cuerpo, que se estremece bajo el recuerdo vacío de tu voz cuando al caer la noche anhelo sentir tus manos entre las mías y tu piel sobre mi piel. Víctor Observo detenidamente a la mujer delante de mí, no es ni la cuarta parte de la sombra que recogimos cuando el asesino de mi hermano logró escapar y la dejó a ella atrás, a su suerte. Después de todo, la noviecita de Stuart James resultó ser una perra muy obediente, fría en la cama, pero obediente. Todavía siento en mi boca lo desagradable que fue besarla sin que ella reaccionara de ninguna manera, solo se tiró sobre la cama en espera de que yo hiciera todo, y encima, la maldita tuvo que llorar. El doctor me aseguró que no recuerda nada de su pasado y que con lo jodido que le dejaron el cerebro es posible que nunca recuerde nada sobre quién fue, sin embargo, que haya derramado esas lágrimas mientras yo buscaba la manera de excitarla, me preocupa, no puedo permitir ni un solo error. Ella será quien me ponga en bandeja de plata al asesino de mi hermano. Me he encargado de crearle un pasado y una vida nueva, ya está lista para salir en su búsqueda, sabe perfectamente cómo seducir a cualquier hombre, a pesar de que a la hora de la acción simplemente se enfría todo, pero eso es lo de menos, si logra manipular y traerlo a él y sus amigos hasta mí, es más que suficiente. Una vez que los tenga en mis manos, los acabaré, del mismo modo en que acabaron con Frank; disfrutaré ver cómo se llena de odio mientras la mujer que ama me prefiere a mí. —Irina, ya estás lista para lo que llevas preparándote durante meses, es hora de que vengues la muerte de tus padres —cuestiono mientras la rodeo. Irina Tolstói es la identidad que creé para ella, de padre ruso y madre americana. Según la historia que inventé, sus padres murieron cuando Stuart James los atacó con el fin de sacarles información sobre un nuevo proyecto de defensa, y al no conseguir lo que quería los torturó hasta la muerte. Cuando el auto en el que iban los tres se volcó, la dieron por muerta, por lo que la dejaron en medio de la carretera para que los animales salvajes se la comieran. Mis hombres la encontraron y desde entonces he estado cuidando de ella. Sembré en su corazón un deseo de venganza desmedido, logré hacer que lo odie tanto como lo llegó a amar una vez. —Juro por la memoria de mis padres que lo veré rogando por su vida —dice en ruso. —Estoy seguro de que lo harás, y cuentas con todo mi apoyo para conseguirlo —reafirmo, al tiempo que dejo que mis manos se deslicen hacia sus pechos. Su cuerpo se pone tenso enseguida, es como si su piel tuviera memoria y rechazara cualquier contacto. Es imposible que continúe deseando serle fiel cuando ni siquiera recuerda lo que significa realmente ese hombre en su vida, cuando el odio que siente por él debería controlar todo en ella y llevarla a cumplir con su cometido: traerme la cabeza de ese mal nacido. —Eres muy buena seduciendo, pero necesitas desempeñarte mejor en la cama, querida Irina, sabes que estoy dispuesto a que aprendas conmigo, solo tienes que relajarte —susurro en su oído, antes de pasar mi lengua por su piel. De nuevo la misma reacción de rechazo, por lo que desisto en continuar provocándola. No lo voy a conseguir y tener sexo con una muerta en vida no me complace en lo absoluto. Me aparto con brusquedad de ella, me asquea su frigidez. —Espero que hagas todo bien si de verdad quieres que tus padres se sientan orgullosos de ti —advierto antes de darle la espalda de para ir por una de las putas disponibles para complacerme como merezco. —Lo haré, Stuart James firmará su propia sentencia de muerte en cuanto me vea —reitera, deteniendo mis pasos por unos segundos. Su ignorancia me hace sonreír. Continúo mi camino sin decir nada más, pero seguro de que va a lograr hacer lo que deseo. Si tan solo supiera la verdad de todo, si supiera que le ha declarado la guerra al único hombre que está dispuesto a dar su vida por ella, pero para ella no existe otra versión ni otra realidad que no sea la que yo le he dado. Irina No sé por qué un sentimiento de nostalgia me invade cada vez que escucho pronunciar el nombre del hombre que arruinó mi vida y me dejó sola en este mundo, el hombre que me quitó a mis padres y sigue por ahí, como si nada de esto hubiese pasado. Fue tan imbécil y tan confiado al dejarme con vida, y ahora voy a hacer que se arrepienta de haber nacido, haré que me pida piedad, que me suplique que lo deje morir rápidamente; y si para eso tengo que terminar de sacarme el corazón del pecho, lo haré sin mirar atrás. Por su culpa no tengo ni un solo recuerdo de mis padres, no recuerdo cómo eran sus rostros o el timbre de sus voces. Anhelo al menos rememorar el calor de sus brazos a mí alrededor, pero mi mente está tan vacía como mi corazón lleno de odio. No importa cuánto me esfuerce la impotencia de no saber quién soy me asfixia, no sé qué habría sido de mí si Víctor no me hubiese encontrado, una pobre chica casi muerta sin saber quién era. Gracias a él recuperé parte de mi identidad, le debo la vida y la oportunidad de cobrar venganza, sin embargo, mi cuerpo se niega a darle lo único que me ha pedido a cambio de todo lo ha hecho por mí. Es algo que tampoco consigo comprender, porque se me hace tan difícil tener sexo con el hombre que me protege, es obvio que jamás llegaré a sentir amor por él, ni por nadie, pero al menos debería poder entregarle mi cuerpo en muestra de agradecimiento. Todo lo que está mal en mí es culpa de Stuart. —La venganza es un plato que se come frío, y en mi caso pienso acompañarlo con sangre, su sangre —decreto en voz alta para mí misma en mi idioma natal. No entiendo si siempre he vivido en Rusia, porque el idioma se me dificulta tanto, el doctor de Víctor me ha dicho que se debe al golpe en mi cabeza, es posible que haya atrofiado la parte encargada del habla, pero me parece ilógico porque puedo hablar perfectamente en otro idioma. Voy al cuarto de entrenamiento. En pocos días tendré mi primer encuentro con Stuart, es muy difícil seguirle la pista, pero ya hemos armado una estrategia. Será él quien se acerque a mí, lo dejaré que entre a mi cama si es preciso, haré que me devele sus secretos y que él mismo me muestre el modo más eficaz para destruir a todo su grupito, junto a sus mujeres e hijos, voy a quitarle todo y luego cuando ya no le quede nada porque luchar, entonces acabaré con su vida lenta y dolorosamente. Pido al hombre más fuerte para practicar combate cuerpo a cuerpo y le exijo que no sea condescendiente conmigo, necesito hacerme fuerte, soportar cualquier golpe y seguir en pie, demostrar que puedo acabar con el hijo de perra que asesinó a mis padres. Por ellos, por su memoria, haré que se arrepienta de lo que hizo. No importa las veces que caigo al suelo, siempre me levanto y contraataco empleando más fuerza de la que soy capaz, hasta que finalmente consigo derribar a mi oponente. Víctor se ha ocupado de que aprenda todo lo que necesito saber para qué pueda acercarme a Stuart sin que sospeche de mí y poder destruirlo en el momento más oportuno. Me ha enseñado desde seducción hasta disparar el arma más letal, todo está dentro de mi arsenal. Antes de que lleve a cabo mi venganza es necesario recabar toda la información posible sobre todos sus amigos, descubrir y robar las armas que tengan en su poder para entregárselas a Víctor, y por último, acabar con todos sin contemplaciones de ningún tipo. Convertiré nuestro encuentro en una peligrosa seducción en la que él será la única víctima.
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