La acción impulsiva del beso de agradecimiento para Michael tardó unos segundos, Melissa reaccionó y se quiso alejar, pero Michael no se lo permitió. —¡Suéltame que ahora estoy avergonzada! —dijo Melissa intentando zafarse. —¿Avergonzada? ¡No lo creo! Deja de fingir y sigue besándome, me encanta lo que estoy sintiendo y juro que no quiero que acabe tan rápido —dijo Michael y con una mano acercó su cabeza para seguirla besando. Melissa le dio un corto beso que sonó en la habitación y sonrió. —¿Por qué crees que estoy fingiendo? ¿Por lo que viste hace algún rato? Pues te explico, eso solo fue una mala jugada de Rebeca. Me trajo la caja y yo estaba sorprendida de ver tantos objetos juntos. Déjame romperte la ilusión, pero, ¡no son míos! No quiero imaginar que cosas perturbadoras estarían