El día antes de encontrar un hada que me encandile. Ronak ha levantado a todo el mundo al amanecer. Estoy callada y tensa, incapaz de reírme de los chistes de Evert o de fingir que no estoy completamente asustada. Estoy tan nerviosa por salir de mi pequeña burbuja segura con los chicos que me siento como si fuera a vomitar cada vez que pienso en ello. Todos estamos fuera repasando el plan. Otra vez. En este momento, los chicos están discutiendo sobre qué fae debo visitar. —Las sirenas podrían hacerlo fácilmente—, sugiere Evert. —Las sirenas odian a los forasteros incluso más que los genfins—, señala Sylred. —Los elfos son poderosos. Son los mejores en glamour además de los fae altos—. —Y también son los más leales a los altos fae—, contraataca Evert. —No podemos arriesgarnos. ¿Y las arp