Sábado por la tarde Ignacio, cierra él negocio de productos artesanales, un poco más temprano, la idea era de salir junto a Elizabeth.
Mauricio pasa a buscar a Ignacio.
— Hola, ¿Cómo estás amigo?, vamos en busca de mi novia y seguro, se encuentra Elizabeth.
Mauricio estaciona él auto, de alta gama, color rojo frente a la casa de Paula.Esta Elizabeth, Paula charla con su abuela, le hace varias preguntas.
—¿Abuela a qué edad te casaste?
—Me casé muy joven, mi padre era muy exigente tuve cinco hijos.
Al rato tocan a la puerta es Mauricio; Elizabeth le avisa a Paula.
— ¡Los chicos ya llegaron!
Ellas suben al carro de Mauricio y salen a dar una vuelta por él parque, está lleno de adolescentes, jóvenes adultos, bien iluminado lleno de verde hermosísimo, con fuentes de agua, qué se puede largar una moneda y pedir un deseo, Elizabeth saca una moneda se pone frente a la fuente de agua, pide un deseo aprieta fuerte la moneda con su mano, cierra los ojos. "Deseo qué me extrañes Germán", ella lanzó aquella moneda al agua con él deseo más grande y la fé qué todo lo qué ella pedía así fuera, luego subió al auto, aún estaba muy enamorada aunque estuviera con Ignacio, ella pensaba en Germán, luego pasaron por un carrito bar, pidieron hamburguesa con papas fritas y gaseosa, a Paula se le ocurrió la idea de ir al lago era redondo, alrededor del agua habían Rosales y enredaderas. Ignacio le pidió a Elizabeth qué fueran novios, ella lo miró a los ojos eran azules cómo él cielo, bajó la cabeza y dijo:
— Sigo enamorada de Germán, lo siento.
Estaban sentados justo alrededor del lago, ella se levantó, se acercó hacia él agua, su corazón estaba herido, por tanta ausencia de Germán.
Ignacio se levantó, se acercó hacia Elizabeth.
— Está bien podemos seguir siendo amigos, de acuerdo.
Luego estuvieron los cuatro juntos, haciendo chiste, dialogando, contando anécdotas, lo pasaron bien.
Paula pregunto a Elizabeth
— Amiga ¿Qué pasó con Ignacio?
— Nada amiga, sigo enamorada de Germán.