** Elizabeth de nuevo en casa **
Elizabeth estudia en Nueva York, conoce a Germán; es mayor qué ella, además es Juez, cada vez qué lo ve su corazón comienza a palpitar rápido; para Elizabeth, llegó el momento de disfrutar su querida familia."Este año seguro será mejor."
Elizabeth de familia adinerada, vivía en Nueva York, y estaba sola, cursaba sus estudios de Ingeniera Química.Sus padres la mantenían y así ella podria terminar su carrera.
Elizabeth cansada de rendir materias, al fin puede viajar para estar con su familia.
Ella aparece después de navidad, en casa de sus padres, en él sur de Argentina, justo esta nevando. Elizabeth llega a casa, él chófer de su padre la deja justo en la puerta, corre a los brazos de su familia, sus lágrimas empiezan a correr por la dicha de tenerlos.
— !Mi familia hermosa cómo los extrañé !
Para Elizabeth él regalo más precioso en su vida era compartir con sus seres queridos, aquellos momentos simples e inolvidables.
Faltaban algunos días para él año, nuevo había tenido qué pasar la, navidad en Nueva York.
Sube a la planta alta esta su primo, mayor sentado enfrente de la computadora
—¡Primo,llegué! , ¡Qué alegría tengo de verte! —Exclamo Elizabeth.
Por sus mejillas corrieron unas cuántas lágrimas; de felicidad lo qué más anhelaba, era poder compartir con los seres qué más amaba .
Todo era armonía en aquella casa, aún estaban las luces de colores qué adornaban, parecía un palacio.
Elizabeth abraza a su primo tan fuerte, qué este le dice .
— ¡Pará loca!
Elizabeth se volteó para ver su cara, y una caricia de su manos la puso sobre ella, su primo qué tanto amaba.
—¡Mi madre !—¿Dónde estará?
De repente aparece su padre.
—Hija tu madre anda comprando, regalos para todos ustedes.
Elizabeth recordó a su hermano menor.
Estaba afuera jugando, en él patio de atrás, allí en ese lugar habían, patos sobre una laguna.
Elizabeth bajó los escalones y corrió tenía tantas ganas de ver a su hermano menor.
— ¡Danilo!—Exclamo Elizabeth.
—¡Hermanito!—,no sabes cuánto te extrañé, Te Amo.
Danilo la abrazó, le salieron lágrimas de emoción .
Allí en aquella gran mansión, todo era felicidad, su padre siempre decía, qué tanta felicidad le daba miedo.
Después de estar un rato con su hermano, a Elizabeth solo le faltaba saludar a su madre, había personal para hacer los quehaceres, y además tenían un mayordomo, él se encargaba de poner todo en orden.
Elizabeth entra al gran salón, su padre se encontraba tocando él piano, había una alfombra roja, estaba él pino de navidad, la decoración de afuera era demasiado bella, con luces de colores qué alumbraban él frente, estaba decorado con muñecos, cómo de dos metros, todo referido a las fiesta de navidad y año nuevo.
Elizabeth camina preocupada de aquí para allá, lo único qué deseaba, era poder ver a su madre, sentía ansiedad tenía tantas cosas para contar.
— ¡Mamá!, llegaste qué bueno —,este año qué comienza podré compartir con ustedes.
Elizabeth abraza a su madre, con un abrazo interminable, la había extrañado tanto.
— ¡Mamita linda! — ¡Cuánto te amo!
Allí todo era armonía entre ellos.
Desde él salón de aquella casa se siente un rico aroma a comida.
Elizabeth se acercó hacia la cocina, para espiar qué había preparado, la cocinera de la casa.
—¡Mmm qué rico humitas!, me encantan, allá en la facultad, estaba cansada de comer viandas.
Elizabeth sube las escaleras y da un suspiro de alivio.
"Que lindo qué es estar en casa".
En su habitación tenía un gran lujo, piso de parquet qué brillaba mucho,
su cama de dos plazas, toda adornada con muñecos de peluche.
Llama por teléfono a su amiga.
—¡Hola¡,¿Se encuentra Paula?
—Amiga volví!
—Ya voy a tu casa espérame — Respondió Paula,
Ella vivía solo a unos pasos de casa de Elizabeth, cuándo se vieron se abrazaron cómo la última vez qué se despidieron.
—¡Hola amiga!, solo vine por unos días, luego tendré qué volver, para estudiar.
—Mi familia la encontré contenta.
—¿Quieres pasarla con nosotros amiga?—.Pregunto Elizabeth.
—Claro me gustaría mucho pasarla con ustedes, primero preguntaré a mis padres — .Acotó Paula.
Elizabeth saludó a los padres de su gran amiga, luego pasaron a la habitación de Paula, a ella le encantaba él diseño gráfico, al lado de su cama, tenía una pizarra, le gustaba dibujar, la naturaleza, él mundo de Paula tambien parecía brillar, vivía junto a su madre y abuela.
La vida para Elizabeth y Paula parecían normales de hogares cálidos con mucho amor.
Antes de Año nuevo hacía mucho frío, había comenzado a nevar, era raro nunca nevaba en esa época, pero año tras año iba cambiando él clima, después de pasar horas con Paula, Elizabeth decidió volver a su bello hogar.
Allí era cálido, lleno de armonía, comenzaban los preparativos para año nuevo, él primer día del año, seguro lo pasaran fabuloso en compañía de sus abuelos.
Los abuelos de Elizabeth vivían cerca de allí, dónde todo brilla, por la calidez del hogar, la vida parecía sonreírle a todos.
Había demasiada tranquilidad y armonía todo bello.
Elizabeth invita a su amiga a probar, las ricas humitas, qué la cocinera había preparado, la mesa estaba decorada con un mantel rojo y verde, las copas brillaban, además había cerdo al horno.
—Pasa Paula, siéntate a la mesa.
Paula dejó su mochila de cuero brillante, sobre un estante y se sentó en aquél comedor.
En él techo de arriba había una gran lámpara, en forma de lágrimas qué colgaban.
Estaban todos sentados en la mesa, comenzaron a probar las humitas, él almuerzo estubo delicioso.
Elizabeth convenció a su amiga Paula,
para qué la acompañe al centro a ser compras.
—Primero, debo pedir permiso a mi madre,ya vengo.
Elizabeth quería comprar un vestido.