** La curiosidad y la espera **

512 Words
Elizabeth lo tiene bloqueado a Germán, ella aún sigue teniendo una ilusión hacia él, cada día qué va a la facultad pasa por él mismo lugar donde él trabaja, muy dentro de ella, y de su corazón al parecer, lo espera no ha sabido nada de él durante dos meses, se acomoda y estudia justo enfrente, junto a Inés su amiga. Es un día hermoso, hay un sol espléndido. —Amiga ¿Qué tal si mañana nos tomamos él día? nos vamos a la piscina, me han dicho qué está muy bueno, ahí podríamos invitar a Natalia qué nos acompañe. Elizabeth, Llama a Ignacio, su amigo le pregunta si puede tomarse el día, le contesta qué no puede, él negocio lo atiende de lunes a lunes. Una mañana antes de entrar a la facultad, se decide a entrar y preguntar qué es de la vida de Germán, se mantiene preocupada no ha sabido nada más de él. Elizabeth, entra al lugar dónde está la cafetería; la atiende uno de los de los mozos. —Disculpe señor, le quiero hacer una pregunta, ¿Usted sabe de Germán, quien trabaja en él primer piso? ¿ Qué será de la vida de él? — Señorita la verdad no tengo idea, si quiere pase al primer, piso o al segundo y pregunte. — ¡Bueno, muchas gracias! Elizabeth le tiemblan las piernas, camina despacio, sube por él ascensor, se detiene en él primer piso llega hasta la oficina, qué era de Germán, la puerta está cerrada, "¡¿Ahora qué hago?!" Se pregunta, sube otra vez él ascensor va hacia él tercer piso, da justo a un pasillo, hay como cinco puertas, con sus números respectivos en cada puerta, ella camina despacio su cuerpo le tiembla, se ha metido dónde no tiene qué meterse; Es hora de saber de la vida de Germán, ella golpea despacito Hay una puerta entreabierta. — Hola ¿Puedo entrar? Le responde una voz de mujer. — ¿A quien busca? — Quiero saber del señor, qué atendía abajo qué es juez, hace dos meses no se nada de él, estoy muy preocupada, siempre paso por acá, todas las mañanas ; estudio; no lo veo, ¿Tú sabes que es de la vida de él? — Sí él señor Germán, sufrió un accidente, se encontraba cuidando a su madre en España, le han tenido qué poner unos clavos en la pierna, lo tengo en mi agenda. — ¿Me harías él favor de darme él número por favor? —Tú, ¿Quién eres? — Era la novia de él, después cómo no contestó más, ni respondió mis llamados yo lo bloqueé! estoy muy preocupada por él, no lo he podido olvidar . —Okay, Te voy a dar él número de él, —¡Muchas gracias!,señorita se lo agradezco. Elizabeth sube al ascensor, baja al segundo piso, después al primero, está temblando, se queda en la cafetería; pide un café. —Oh, no mejor deme algo fresquito. Llamó, continuas veces, no tuvo respuesta alguna, necesitaba hablar con alguien, estaba desesperada.
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