Elizabeth extrañaba, mucho a Germán su corazón herido, su ausencia era demasiado, en cuánto llegó al cuarto de estudiante, se encontraba Natalia e Inés, ella se sentó sobre la cama, muchas lágrimas brotaron de su rostro.
—¿Qué te pasa Elizabeth? ¿Por qué estás llorando?
—Me e animé a entrar al edificio donde trabajaba German, resulta qué la puerta estaba cerrada, él ha tenido un accidente, es por eso qué no contestaba.
—¡Tranquila!, vas a saber de él cuándo te comienze a extrañar, no te hagas problema.
— No he podido hacer nada por él, talvez me necesite; estoy acá estudiando, lo necesito tanto, quisiera abrazarlo, tenerlo y no puedo.
Una vez más, Elizabeth seca sus lágrimas, comienza a preparar sus libros para estudiar, antes llama a su madre.
—Hola madre ¿ Cómo va todo por ahí? he sacado varias materias, me faltan menos, debo confesarte algo; en este momento no me atrevo, será en otra oportunidad
Estamos todos bien, hija cuídate mucho, te quiero un montón Adiós.
—Madre, también yo.
Elizabeth siente deseos de confesar a su madre, qué está enamorada; decide esperar un tiempo más. Elizabeth siente qué German le hace mucha falta, no lo ha podido olvidar, fué un amor a primera vista, aún recuerda su bello rostro, lo dulce y tierno qué era.