Elizabeth se encontraba justo enfrente de su casa, Danilo su hermano menor la ayudó a entrar él bolso, ella se quedó un rato afuera, sentía miedo de volver a casa, la última vez que había estado allí su padre estaba vivo. Lucía su madre abrió la puerta ella entró despacio, sintió qué aquel lugar dónde se encontraba él piano ya no estaba su padre, está vacío unas cuántas lágrimas brotaron de su rostro, aún no podía aceptar qué su padre no estuviera, había sufrido tanto y ahora descansa, Elizabeth sabía qué sentiría eso, se fué al pasillo en él lugar, en él ante baño, sin qué nadie la viera comenzó a los gritos, luego entró a su habitación se sentó en él piso y lloró, sin consuelo alguno su padre ya no estaba.
Ella sacó un pañuelo descartable y secó sus hermoso rostro, a su padre lo extrañaba mucho, aún se sentía su presencia en aquella casa, Lucia toco la puerta.
—Hija, ¿Estás bien? —Pregunto su madre.
Elizabeth se levantó del piso, tenía la sensación de qué todavía se encontraba su padre, en aquella casa.
—Madre, ¿ Qué hiciste con su ropa, la donaste?
—Si, ya está en la iglesia.