Elizabeth, sentía un peso enorme, estaba decidida a olvidar para siempre a Germán, arrancarlo de su alma y de su corazón, en ese año lo había visto solamente dos veces, su ausencia la hacía pensar muchas cosas, en su mente siempre se preguntaba a sí misma, "¡ ¿Tendrá otra?!¿Porqué nunca está cuándo lo llamo?, o siempre está en otro país, lo mejor sería qué me olvidara de él para siempre.".Se había despedido de sus compañeras, ellas se abrazaron y lloraron, dentro de dos meses se volverían a encontrar.
Había llegado él momento de regresar, todas dejaron aquel cuarto de estudio.
Elizabeth se encuentra en él aeropuerto, esperando él vuelo qué sale en una hora, recorre él lugar de un lado hacia otro.
Al fin salió su vuelo, demoró quince horas su viaje llegó al lugar dónde la esperaba Lucía, su madre junto al chofer y sus hermanos.
Danilo salió corriendo a su encuentro, en cuánto vió a Elizabeth.
Todos se abrazaron y lloraron de emocion, Lucia su madre había adelgazado demasiado,
Elizabeth saludó al chófer, de su madre.
—Hola Gerardo, ¿Cómo estás?
—¡Qué alegría de verte!
Recorrieron un largo camino, hasta llegar a casa.