Padre Gael Moya — Padre Gael... – ¿me escucha? – una voz suave se cuela por mis oídos. "¿Estaré soñando?" — Mmmxmmmnmsssm.... – y vuelvo rendido a los brazos de Morfeo. — Padre Gael... ¡Despierte! Por favor... – repite. – ¿Se siente bien?. — Anxnnnaammmmmxnmm... – repito una vez más. "¿Por qué es tan insistente?" —¡Señor Moya! – su voz se oye firme ahora y muy cerca de mi cara. Abro los ojos de repente y unos ojos celestes me miran fijamente. Me siento de manera brusca en la cama y la miro con los ojos bien abiertos. — ¿Qué... qué pasó? – me siento totalmente descolocado y con la mente en blanco. – ¿Que... Y me llevo las manos a los ojos, frotandolo una y otra vez. De repente sus dedos en mi barbilla me obligan a levantar la cabeza hacia ella. Me toma de la cabeza y con una li