Capítulo cuatro: Involucrarse trae balas.

2220 Words
Joshua. No le iba a decir que esa rutina tenía que ver con ir con la familia de la chica con la que discutí hace un momento. Me preparé, le di comida a mi perro y abrí la puerta en el momento exacto que Aarón estaba por tocar. — Bien, no vas a huir —sonreí. — Claro que no, no siempre se tiene asiento en las primeras filas —guiñe un ojo y observé que estaba solo —¿El resto? — Ya bajo —afirmé. Caminamos hasta el ascensor, sus manos se movieron para tocar un artefacto. Observó todo y toco algunos lugares, encontró una de mis cámaras y negué. — Es mío. — Esto no. Saco otra más chica en otro de los sectores. Tenía razón no era mía, lo que implicaba que estábamos siendo controlados. — ¿Qué haces aquí? — Drogas, creo que hay un proveedor, pero no sé quién, he entrado en la casa de todos —movió el rostro. — Tienes que cuidar a mi familia, Michael —sonreí. — Vamos, soy el programador, si veo algo raro te aviso —suspiro. — ¿Nadie sabe tu nombre? — No. — Perfecto. Cuando llegamos abajo toda su familia nos esperaba, me sorprendió un poco ver que tenían varios autos, observé a todos pasando superficialmente por Pilar. — ¿Listo? —consultaron. — Listo —me observaron —¿Tienes auto? — Sí, por allá —señale. — Entonces nos vemos allí. Comenzaron a dispersarse, Pilar clavo un momento sus ojos en mí antes de negar y dar la vuelta. No dije nada, tampoco la observé tanto. Me subí en mi auto para seguir los suyos, mis ojos se mantuvieron en el camino hasta llegar al gran estadio, baje tranquilo y observé a todos que me esperaban reunidos. — Bien, entras con nosotros. Me quede cerca de Aarón y Denis, la rubia sonrió antes de comenzar a charlar, no me pasó desapercibida las miradas de todos, porque acá no fingían. — ¿Cómo has estado? — Bien, trabajando mucho —tomé aire —, usando los conocimientos que me dio Aarón —lo miré. — ¿Sigues tardando una eternidad? — Media. Los tres nos reímos y mis ojos se encontraron con los de Pilar que sacudió la cabeza antes de volver a ver a una de las chicas rubias que se hallaba a su lado. La observo por un segundo más, lo suficiente para que ella se gire y me vea. Nuestras miradas se cruzan y, por un instante, algo pasa. No sé qué, pero era como si el aire se volviera más denso. Ella frunce el ceño, como si intentara averiguar algo, pero antes de que pueda hacer algún gesto, se da vuelta y desaparece. Respiro hondo, intentando ignorar la ligera incomodidad que me ha dejado ese encuentro visual. No estoy aquí para hacer amigos, y mucho menos para dejar que alguien me distraiga. No tendría que haber venido, no debía estar acá, pero quería saber que pasaba con todos ellos y significaban un problema para mí. Sabía que tendría que haber ido, porque solo la escuchaba y más interesante se me hacía, lo que claramente era un problema. No debía entrar en ese lugar con ella, no me correspondía, pero era verla mandar al demonio a alguien para que me tuviera babeando en silencio. — Ahí está el chico del momento, mi amigo ahora tendré que salir contigo, tú harás que las mujeres se acerquen más —Galo hablo y Pilar hizo una arcada que hizo reir a la rubia —, muchas noches para la anaconda —lo miramos. — Eres asqueroso, súper asqueroso Galo —sacudió la cabeza. — Oh vamos Pili —se acercó a ella —. No seas mala —pasó su brazo por su hombro —somos amigos. No eran amigos, él quería meterse en sus bragas y yo poner una bala entre sus cejas. ¿Traje el arma? — Será mejor…. —otro de los hermanos de Bran habló y ella levantó la mano. — Sabes qué, te entiendo —sonrió con falsedad —, hasta me da un poquito de pena, se nota que el único lugar donde la puedes meter en una conversación —subí mis cejas —. Así que, si quieres seguir conservando tu mano intacta para jugar, será mejor que la retires de mi hombro, porque estoy solo a un paso de romperte todos los huesos, amiguito. Ella era agresiva cuando quería y eso sin duda era interesante, porque conmigo no se comportó de esa manera, fue un poco más tranquila, nerviosa. Mis ojos pasaron por todos para ver a Brandon observándome. — Bueno, vuelvo a casa. Los deje solos no iba a entrar en una charla con él y algo me decía que me quería golpear, al menos eso parecía en este momento. No podía golpear al primo de Aarón, este me mataría y era bueno matando personas. Volví a casa para encontrarme a Kathy hablando con su amiga, al menos hasta que ella se fue y mi vecina grito. — ¡No estoy loca! — El hecho de grites, creo que dice que sí —me saco la lengua y comencé a reír. La seguí en silencio, sabiendo que estaba enojada. — Así que tú y Pride. Ella podía negarlo, pero ellos tenían un juego raro de interrumpir citas y molestarse. — Nada de eso —suspiro —, puedo decir que lo conozco del pasado, básicamente es eso y bueno ahora nos ves aquí a los dos, en un tipo de pelea donde él se comporta como una imbécil y yo trato de entender su idiotez, pero simplemente es eso —sonreí un poco. Ellos parecían más que eso, dejaban una descarga rara por el ambiente, pero eso no era lo importante, quería saber más de ella, por alguna razón me preocupaba. — ¿Alguna vez me vas a decir de que va todo tu secreto de vida? —negó. — No creo que mi secreto de vida sea lo importante en este momento, la verdad que no me gusta hablar de mi pasado —chasqueó la lengua un poco. Yo lo sabía, la había investigado y sentía curiosidad, estaba sola, pero tenía un padre. — No siempre huir es la solución a todo Kathy y te lo digo porque tú en realidad me caes bien —no mentía —, eres una buena chica, sufrida, pero bueno —hizo una mueca y reí. — No soy sufrida —arqueó la ceja. — Lo eres, lo más probable es que hayas perdido a alguien de la familia —esto era jugar sucio, pero no me gustaba escucharla gritar —, sé cómo se siente eso, perdí a mis padres cuando era chico y tú tienes todo aquello que dice que fue algo así lo que te pasó, y oye, te entiendo. Lo hacía, yo no pude superar la muerte de los míos, incluso ahora sabía que todavía me dolía y molestaba. — Entiendo el dolor que se siente tener que despedirse cuando tú todavía no estás listo, es horrible ver partir a quienes amamos, si es que tienes el placer de verlos —yo no pude —, en mi caso simplemente me encontré con la noticia de que ellos ya no iban a estar más en mi vida, con esa noticia y una familia que apenas toleraba a niños —sonreí con amargura —. Mi tía se negaba a la parte de maternidad y decidió que un chico solo le jodería la vida, así que me mandó a colegios de doble turno. — Eso no suena lindo —murmuró. — No, pero era preferible a estar con alguien que no me quería en su vida, porque, aunque no lo creas, hay siempre algo más jodido qué puede ser peor —sobre todo ver el desagrado en la mirada del otro —, aunque no creo que haya nadie ni nada que se compare con las pérdidas de algún padre, porque es eso lo que te pasó ¿verdad? Era su momento de hablar, de decir algo. — ¿Cómo murieron tus padres? Ella quería algo a cambio. — Accidente de auto —era la verdad –¿Tu madre o tu padre? — Mamá —susurró. — Eso es una mierda, porque por lo general las mujeres son de papá, pero necesitan a mamá para todo lo que necesitas —miré los números pasar —, siempre está acompañándote ella para todo, ya sabes, con el chico que te gusta, la primera vez que te haces “mujer”, necesitas una charla por la primera vez, están en cada pequeño detalle siempre requieres más a mamá. — Tengo una consulta —esperé a que hablara. —¿Algún día deja de doler? Me quedó en silencio mientras se abren las puertas del ascensor. No lo hacía, no es que algo así se evaporara, para nada, el dolor seguía, clavado en lo más profundo de uno. — La verdad es que no —no iba a mentir —, nunca ha deja de doler, las pérdidas son algo que se asumen y se llevan. El vacío, la sensación de que te falta algo en el pecho constantemente, permanece contigo toda tu vida, no se va —relamí mis labios —. No hay forma de que se vaya, pero lo puedes llevar, puedes intentar hacer que las cosas sean un poco mejor, que todo tenga un poco más de sentido aun cuando creas que no ninguna otra cosa te hará feliz. — No creo que pueda ser capaz de seguir como si no hubiera pasado —nos paramos frente a mi departamento. — Es que no es lo que tienes que hacer, tú tienes que seguir porque tu madre hubiera querido que fueras feliz, porque tu padre necesitaba que tú crecieras y te convirtieras en una mujer —tomé aire —, tienes que seguir porque eso significa que al menos alguna de las dos tiene algo más allá en el futuro —suspiró —. Tienes una vida entera, la capacidad de enamorarte de alguien y encontrar esas persona especial que haga que ese vacío sea más tolerable, enfrentar el pasado es una forma, ir donde todo empezó, llevarle flores en el caso que esté enterrada, demostrarle que puedes seguir hacia adelante, solamente porque la amas y sabes que ella quería que tú fueras feliz, porque tu madre quiere que tú seas feliz Kathy, ella lo único que necesita es que tú vivas por las dos, que hagas que lo que pasó sea una mala experiencia con la que aprendes a convivir, que le demuestras que hay algo más. Sonrió antes de dar unos pasos y abrazarme. Mis brazos la envolvieron y suspiro. Siempre pensé en lo que sería tener un hermano o hermana. Kathy se sentía como una, era de las pocas personas que me agradaban y con las que disfrutaba tener contacto. — Veamos, primero babeas por mi hermana —la voz de Brandon llegó —y ahora abrazas a Kathy, tú sí que no pierdes el tiempo. Bien, se había notado, lo que no era bueno, pero ignoraría la parte de su hermana. Miré a Bran que parecía tener la vena en su cuello más grande y sonreí ladino antes de levantar las manos y negar divertido. Estaba con sus familia, todos parecían divertidos, menos Pilar que me observaba curiosa. — Será mejor que corra aire o las cosas se pondrán feas —Aarón habló, era la advertencia para decir que me golpearían —. Mi prima no Joshua, no quiero partirte la cara en el proceso —levanto las manos un poco más. — No me interesa tu chica —le dije a Brandon, no hable de Pilar, era un agente, se daría cuenta que mentía —, estábamos hablando, si es lo que te preocupa. — Yo no soy su chica —lo señalo y todos arquearon una ceja. — Demonios, esto es mucho más interesante que todo lo que ha pasado entre los chicos anteriormente, mejor que lo nuestro. Un hombre tatuado los miró con una sonrisa antes de abrazar a una chica de cabello castaño. — Diez mil a que le parte la cara —murmuró y todos lo observaron para luego mirarnos. — Nadie le va a partir la cara a nadie —Kathy salió al rescate, pero yo observaba a Pilar. — Uy tiene carácter —hablo la otra hermana —. Quince a que terminan discutiendo en su departamento —sacaron billetes. Kathy subió los brazos molesta. — ¿Pero qué es esto? Pilar se acercó a ella y mis ojos se mantuvieron en Aarón que me analizaba, solo un paso en falso y terminaba con una bala, no podía terminar con una bala. — Mi familia es ludópata, apuestan por todo —la miraron mal —. Es una costumbre familiar —aclaro —, un juego, te adaptaras. Sonreí, ellos daban por hecho la relación. — ¿Por qué tendría que adaptarme? — Porque vas a terminar con él. Aclaré y la observé solo para mirar a la chica de ojos claros a su lado. — ¿Qué? No, no pasara.
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