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Advertencia: Se les recuerda que el contenido es +18, contenido s****l altamente sugerente, relaciones familiares insanas. Todo es ficticio y no fomenta de ninguna manera el incesto ni la promiscuidad adolescente.
Esta obra es solo con fines de entretenimiento para personas de mente abierta.
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P.O.V. HENRY
Después de haber sucumbido a la tentación de besarla, traté de dormir sin éxito. Molly se movía mucho en la cama, daba vueltas como si no encontrara acomodo, pero por más que le susurraba, no me contestaba.
Su respiración era lenta, profunda y acompasada y su rostro se veía sereno.
Estaba dormida, pero no se quedaba quieta y la mayoría de las almohadas que servían para delimitar el espacio de cada uno ya habían ido a parar al suelo.
Bufé molesto y me paré de la cama, agarrando todas las almohadas y colocándolas en el piso formando una improvisada colchoneta.
Era inútil, no estaba para nada cómodo, así que me volví a acostar en mi lugar.
Me coloque de lado, dándole la espalda a Molly. Lo más pegado a la orilla posible.
Estaba comenzando a sentir sueño cuando empecé a sentir mucho calor en mi espalda. Intenté girarme pero no pude.
Molly se había pegado a mi espalda.
Como pude la empuje hasta moverla de regreso a su lado de la cama mientras ella solo se quejaba dormida.
Su pijama consistía en unos shorts y una blusa de tirantes de satén rosa con encaje n***o.
Nunca la había visto dormir tan descubierta, siempre usaba pantaloncillos de franela e incluso camisa larga para dormir de muñequitos.
Aunque bueno, la mayoría del tiempo hace frío en las noches en Seattle.
Pero Florida era otra cosa.
Habíamos dejado la ventana con mosquitero abierta para que entrara aire, pero hacía tanto calor que ni siquiera había viento.
Quizá por eso Molly se movía incómoda.
Me senté y la observé dormir. Su expresión estaba cambiando, tenía el ceño fruncido y su respiración era un poco rápida.
¿Estará teniendo una pesadilla?
Con la luz de la luna que se colaba a través de las cortinas pude ver su cara perlada por el sudor, el cual también bajaba por su cuello y se metía en medio de sus senos.
Trague saliva al obviar esa parte. No había notado últimamente que su cuerpo también estaba cambiando y sus pechos parecían más grandes que la última vez que la vi.
Miré en otra dirección al percatarme que mi boxer comenzaba a apretarse alrededor de mi erección.
Fijé mi vista entonces en el aire acondicionado.
Como donde vivimos normalmente no hace tanto calor, no estamos acostumbrados a usar el aire acondicionado en casa.
Me levanté a cerrar la ventana y prendí el aparato y lo ajusté a una temperatura que refrescara el cuarto sin que pareciera un refrigerador.
El cuarto estaba volviéndose fresco y oí a Molly quejarse dormida de nuevo.
Con la luz del aire acondicionado logré ver que la piel de sus brazos estaba erizada por el cambio de temperatura y noté también sus pezones duros bajo la tela de satén. Tragué saliva.
Molly estaba provocando en mí, muchas reacciones que eran prohibidas.
Me obligue a apartar la mirada, cogí el edredón y la tapé con ella, después volví a acomodar las almohadas y me acosté dándole la espalda.
Ya había logrado conciliar el sueño, eran las 2 de la mañana, si acaso había dormido un par de horas. El sonido de una respiración agitada cerca de mi oído me despertó nuevamente.
Parpadeé un par de veces para acostumbrar mis ojos a la oscuridad, creí que quizá era mi imaginación, pero volví a escuchar un jadeo ahogado.
Abrí los ojos como platos al sentir un peculiar movimiento en la cama, pero estaba de espaldas a Molly, así que no podía mirar.
¿Realmente estaba pasando lo que creía que estaba pasando?
Mi curiosidad era más grande, así que seguí fingiendo estar dormido y me giré para quedar frente a Molly.
Sentí como ella se tensó y se mantuvo quieta, solo escuchaba su respiración agitada.
Intente mantener mis ojos cerrados y mi respiración pausada, como si estuviera durmiendo de verdad.
Con lo que no contaba, era que tenía una erección, provocada por escucharla y al parecer se notaba el bulto aun debajo del edredón.
Contuve las ganas de abrir los ojos y pegar un brinco en el momento en el que suavemente sentí un toque sobre mi bulto.
Movió su mano arriba y abajo sobre la protuberancia, haciendo que este reaccionara más a ese contacto hinchándose dolorosamente.
No pude evitar soltar un quejido, pero intenté parecer dormido.
Ella detuvo un poco el movimiento, supongo que para comprobar si iba a despertarme o no.
Luego de unos segundos en los que yo seguí sereno, volvió a tocarme, pero ahora debajo del edredón, mordí mi labio inferior con fuerza para no gemir.
Mi pijama consistía en unos shorts
Holgados, ella atrevidamente metió su mano por una de las piernas del short, logrando tocar mi erección que solo era cubierta por mi boxer. La sensación era enloquecedora, sabía que tenía que detenerla aunque una parte de mi quería más de eso hasta acabar en su mano.
Abrí los ojos de golpe y me mostré confundido y sorprendido.
— Molly, ¿Qué haces?
ella solo se encogió de hombros.
— Lo siento, me dio curiosidad. Las chicas más grandes, se enseñan videos de p***s en el baño de la escuela y tuve curiosidad de tocar uno.
— Deberías reportarlas, no hacerles segunda.— Intenté mostrarme molesto.— Además, eres muy joven para estar pensando en estas cosas. Prometo no decir nada a mis tías, pero no lo hagas de nuevo.
Me giré nuevamente dándole la espalda y ella de igual manera se acomodó de lado en sentido contrario.
Después de un rato, escuche de nuevo su respiración acompasada, por lo que intuí que se había dormido de nuevo.
Tuve que pararme e ir al baño a masturbarme, o de lo contrario, tendría un fuerte dolor testicular por la mañana.
Cerré los ojos mientras acariciaba mi erección y la imagen que tuve fue la de las gotas de sudor cayendo de manera sensual entre sus pechos.
¡Carajo! No debería estar pensando en estas cosas y menos con ella…¿En quien debería pensar?¿En Melissa?
Trate de pensar en Melisa, en la forma en que ondea su cabello rojo, en lo linda que se ve cuando se sonroja y resaltan sus pecas, en sus lindas piernas largas, pero no.
No era lo mismo. Por Melissa tenía un cariño sincero y de amigos, y por Molly ...ni siquiera sabía cómo describirlo.
Mientras cerraba los ojos de nuevo, me asaltan imágenes de la rubia que estaba durmiendo conmigo, mi cuerpo reacciona solo con ella. ¡maldición!
Siento que estoy a punto de llegar, cuando ella abre la puerta del baño sin tocar, error mío. Debí echar el cerrojo.
Justo cuando ella se quedó parada en el umbral de la puerta, yo volteé abruptamente, pero era tarde. Mi pene había comenzado a eyacular y el gran chorro salpicó su ropa, justo en medio de sus senos, manchando su pijama.
Ella se quedó sorprendida, con su boca abierta en una gran O y los ojos abiertos como platos.
Antes de que pudiera decir algo, le tapé la boca con la mano.
Ella gritaba silenciosamente bajo mi mano. Le dije que no hiciera ruido y le destape la boca.
— Carajo Henry…!¡Qué demonios!
—Shhhh, nos van a escuchar.
— Manchaste mi pijama.
— Tu tienes la culpa, sabías que el baño estaba ocupado aunque no pusiera el cerrojo.
— Imaginé que estarías haciendo justo esto y quería venir a espiar.
— Pues por fisgona mira lo que te pasó. Se le llama karma.
Molly bufó molesta mientras se sacaba la blusa de tirantes justo frente a mi.
Ahora era yo quien abría los ojos con asombro y abría la boca con una O de sorpresa.
A un metro de distancia quedó frente a mí con sus pequeños pechos crecientes expuestos.
Podía ver sus pezones rosados.
Era hermosa a pesar de no estar desarrollada todavía y por increíble que pareciera, mi pene estaba despertando de nuevo.
Necesitaba con urgencia un baño de agua fría y conseguir no una cama diferente, sino otra habitación.
Definitivamente Molly y yo no podíamos compartir el mismo espacio, ya no.
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La luz del sol se colaba en la habitación.
Me removí bajo el edredón y lo subí hasta mi cabeza. Abrí un ojo y ví que Molly también estaba totalmente bajo este.
Anoche no pude pegar un ojo, hasta apenas hace un par de horas.
Antes de que las cosas se salieran mas de control, tomé a Molly de las manos y la jalé conmigo a la regadera e hice que el agua fría cayera sobre nuestros cuerpos, así tuviera que lavar la ropa mojada de ambos.
Molly chilló al sentir el agua fría, pero no deje que saliera de la ducha hasta pasados unos minutos.
La dejé salir primero, iba tiritando y refunfuñando de regreso a la habitación.
No volvimos a dirigirnos la palabra el resto de la noche, pero ninguno de los dos podía dormir.
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— Henry, Molly, levántense. Ya es tarde, hace un bello día afuera.— Era la voz de mi mamá entrando a la habitación, apagando el aire acondicionado y abriendo las cortinas para que el sol entrara de lleno a la habitación.
— ¿Qué hora es mamá?
— Son las 9:00, ya tus tías y tu padre están listos, solo estamos esperándolos a ustedes.
— ¿Tan temprano?.— Esa era Molly, dando su primer queja del día
— ¿Acaso se desvelaron anoche? Esta noche los dos me entregan sus celulares para que no se desvelen hasta tarde.
— Mamá, son vacaciones...todos los chicos duermen hasta tarde.
— Si tía, apoyo la moción— Decía Molly enrollándose más en las sabanas
— Nada de peros, tienen 15 minutos los dos para vestirse. El tour hacia la playa está programado para las 10:00, apurense.
— Mamá, la playa está justo enfrente.— Refunfuñe
— No me refería esta playa Henry.
Una vez que mamá salió de la habitación, me levanté arrastrando los pies y me encamine al baño. Me lavo la cara, los dientes y me peino.
Me puse unos shorts y una playera azul marino para que combinen con mis sandalias y en menos de 5 minutos salgo.
Molly se había puesto un traje de baño de una pieza, y se estaba colocando unos shorts cortos de mezclilla y una playera negra.
Mientras su cabello lo tenía recogido en una coleta.
— ¿Iras con ese short tan corto?— Pregunté
— ¿Qué tiene de malo? Mi mamá Sam me lo acaba de comprar.— Contestó
Bien, si mi tía Samantha la dejaba vestirse así, ¿Quién era yo para decidir lo contrario?
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Al llegar a la sala de estar, nuestros padres estaban listos.
— Vamos niños, suban a la camioneta.- decía mi papá
Obedecemos y subimos al auto, viajamos alrededor de 40 minutos hasta llegar al mentado lugar donde empezaría el tour, mientras mis padres y tías iban hablando sobre lo hermoso del paisaje, Molly y yo íbamos con las gafas de sol puestas y con los ojos cerrados tratando de dormir.
Al llegar a donde se supone iniciaría el tour, nos acomodamos juntos en unos asientos.
Según el folleto del autobús, haríamos un recorrido por 5 ciudades playeras y visitaremos los lugares más icónicos de cada uno.
Debo decir que para mi, todo fue bastante aburrido y por la expresión de Molly, ella también lo estaba.
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Luego de un tour nada disfrutable para Molly y para mí, llegamos a la casa en la playa para descansar.
Habíamos llegado un poco tarde. Nunca pensamos que ese viaje demoraría tanto y por lo tanto, no habíamos ido al centro comercial por mi propia cama inflable.
Lo que significaba pasar una noche más con Molly.
Tendré que amarrarla de ser necesario, para que me deje dormir sin estar manoseandome