P.O.V. HENRY
Gracias a Dios la semana de vacaciones familiares terminó. Jamás me había sentido tan feliz en mi vida de volver a clases y ver a mis amigos.
Aunque una parte de mi moría de vergüenza al pensar en que debería decirle a Melisa.
Aunque Steven fue mi primer mejor amigo, no tengo la confianza de contarle ciertas cosas, como mi secreto con Molly, a pesar de que Steven también participó en el comienzo de esto, cuando nos besamos con varias niñas en cuarto grado.
Tengo miedo de que me rechace y deje de ser mi amigo, e incluso que aleje a Melisa de mi.
No encuentro la manera de parar a Molly, cada vez se vuelve más pesada. La quiero mucho, somos familia, pero por más que le digo que lo que hacemos está jodidamente mal, ella no parece entenderlo o no quiere hacerlo.
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Al fin es lunes y me levanto muy temprano para alistarme, si bien no es que sea muy estudioso, tengo ganas de volver a la rutina de la escuela. Volver al equipo de fútbol y entrar a las clases de música, quiero aprender a tocar la guitarra.
— ¡Henry, el desayuno está listo!— Gritó mi madre desde el pie de la escalera
— ¡En un segundo bajo!— Le grité
Tome mi mochila y mis auriculares y baje a toda prisa.
Me senté en el desayunador y comencé a comer con avidez mis huevos fritos con tocino y waffles. le di un rápido sorbo al jugo de naranja y salí corriendo.
— ¡Henry no corras!— Me gritó mi mamá desde la entrada de la casa.
solo voltee para despedirme con la mano. Si bien aún había tiempo de sobra para que el transporte escolar pasara a recogerme, quería pasar primero a casa de Steven, lo había extrañado mucho esta semana y quería platicar con alguien.
— Hola Henry, ¿Qué tal tus vacaciones?
Antes de llegar a casa de Stev, Melissa me había interceptado. Voltee a verla y no pude evitar quedarme mirándola como idiota. Tan solo había pasado una semana y la veía tan diferente, su cabello siempre rebelde y enmarañado, estaba perfectamente peinado en una larga trenza roja, y en vez de llevar sus típicos pantaloncillos deslavados y rotos, con su enorme playera y tenis rotos más por comodidad y gusto que por no tener recursos, como decían los demás chicos para molestarla.
Llevaba una blusa amarilla de mangas cortas y shorts tipo overol, al igual que unos converse negros altos.
Se veía increíblemente bonita.
— Tierra llamando a Henry— Decía con tono divertido mientras movía sus manos cerca de mi cara para sacarme de mi ensoñación.
— Lo siento Mel, es que te ves muy diferente y me dejaste sin palabras.— Dije de pronto
Entonces vi como sus mejillas se encendieron y agacho la cabeza para mirar la punta de sus pies.
— Estás muy bonita hoy.— Me aventure a decirle
— Gracias. Respondió con timidez
— Hola chicos, que bueno verlos. ¿Tienen mucho esperando?— Ese era Steven saliendo rápido de su casa, poniéndose apenas los tenis en la entrada de su casa, seguramente se quedó dormido y está a prisas.
— No, ambos acabamos de llegar recién.— Contesté
— Bien, estoy listo. Vámonos.— Dijo Stev, colocándose en medio de nosotros y abrazándonos cada uno a sus flancos.
Mientras caminábamos juntos hasta la próxima parada del autobús escolar, iban contándome todo lo que habían hecho en vacaciones. No era mucho, prácticamente ambos habían sido obligados a visitar a sus tíos y abuelos en Oregón y se la pasaron explorando en el bosque con sus demás primos.
Eso parecía más fascinante que tener un itinerario planeado desde el comienzo hasta el final del día con tus padres, tías y tu molesta sobrina pervertida.
Debo admitir que sí hubo momentos de diversión en la playa, pero el cansancio me mataba más que cualquier otra cosa. Porque al caer la noche, yo no podía dormir solo de pensar en que compartía habitación con Molly.
Mis padres me consiguieron mi colchón inflable y admito que se sentía mucho más cómodo que el colchón de la casa del AirbnB. Pero Molly siempre terminaba caminando a hurtadillas y metiéndose en mi colchón.
Sabía que no me dejaría en paz hasta que no fuera firme con ella, lo malo para mi, es que cuando llegue a mi punto máximo de tolerancia, ya era el último día y después volvimos aquí.
El sábado, que fue nuestra última noche en Florida, nuestros padres habían salido a una fiesta en la playa donde los habían invitado y nosotros no podíamos asistir, así que nos quedamos solos en la casa de playa. No pidieron no desvelarnos y acostarnos temprano, ya que a la mañana siguiente volveríamos muy temprano al aeropuerto.
Yo había ido a acostarme primero, ella seguía jugando en su teléfono, apague las luces y me dormí.
La erección apretada en mis boxers, me hizo despertarme, para encontrarme a Molly al lado mío acariciando mi entrepierna.
Así que me incorporé de golpe y la sujeté por la muñeca con fuerza mientras encendía la luz de la habitación.
— !Auch, Henry, me estas lastimando¡— Chilló
— ¡Es suficiente Molly!— Grité exasperado y sus ojos se abrieron como platos y se puso pálida.—
¡Estoy harto de este juego que traes conmigo, ya no lo soporto!
¡Me he callado porque se que tengo tanta culpa como tu!, pero ya no más.
Vamos a dejar en claro algunas reglas entre nosotros de ahora en adelante…
En primera, no quiero que vuelvas a tocarme. Si lo haces esta vez no tendré ningún reparo en decirle a nuestros padres.—La vi tragar en seco.— En segunda, se que tendremos que convivir porque somos parientes, pero fuera de asuntos familiares, será mejor que nos demos un tiempo. No quiero verte cerca de mi, ni en la escuela ni en casa.
No quiero que me visites más.
En este punto sus ojos azules estaban cristalizados y sus labios temblaban. Conocía muy bien esa reacción en ella, estaba a punto de ponerse a llorar.
Pero esta vez, no me ablandaron sus lágrimas, porque de lo contrario, terminaría cediendo nuevamente ante sus caprichos.
La ignoré, me giré y apague la luz de nuevo.
— Que descanses Moly.— Dicho esto, me tapé con mi colcha y le dí la espalda. Apreté fuertemente los ojos e incluso contuve la respiración. Me dolía, claro que me dolía haberla tratado así, pero también sabía que si no marcaba un alto, ella continuaría haciendo esto y siento que está acabando con mi estabilidad emocional, me vuelve loco y me asfixia.
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Al llegar a la escuela me despedí de Melisa, ya que ella tenía otra clase diferente a la nuestra, al menos Steven compartía 5 de 8 clases diarias conmigo y tratábamos de estar juntos siempre que podíamos, así como hacer las tareas en equipo.
Ya para la cuarta clase, logré ver a Molly a lo lejos, su semblante parecía bastante serio. Ella se caracterizaba por ser muy sonriente, y sin embargo estaba con su cara inexpresiva.
Sabía que tal vez la razón de estar así, era mi culpa.
Pero no me retractaré de lo que le dije.
Seguí mi camino como si no la hubiera visto.
Para la hora del almuerzo, Steven se sentó con otros chicos porque quería preguntarles algo acerca de un proyecto que debían realizar, a mi me había tocado con otro equipo y de hecho, también debería ponerme de acuerdo con ellos sobre como hacer el trabajo, pero lo haría más tarde.
Melissa se sentó frente a mí en el comedor.
— Al parecer esta vez sólo somos tu y yo Henry.— Me dijo Mel con un poco de sonrojo en sus mejillas, desde la mañana no había vuelto a mirarme a los ojos desde que le había dicho que se veía bonita hoy.
— Eso parece. Stev debe quedarse con esos chicos por lo de una tarea.
— Vale.— Fue su respuesta
Estábamos comiendo, pero noté que ella estaba incómoda con algo, como si quisiera preguntarme algo.
— ¿Melissa estas bien? te noto extraña desde hace un rato.— Pregunté
Me observó un momento y después miró en todas direcciones, para asegurarse de que nadie más fuera a escucharnos.
— Me topé con Molly en el baño de chicas y parecía que estaba llorando. Intenté acercarme a ella para preguntarle como estaba, aunque sabía que me mandaría al carajo porque no le caigo bien. Pero en efecto, en cuanto me vio, frunció el ceño y salió ofuscada del baño...te juro que yo no le hice nada.
— Está molesta conmigo. Porque al fin le puse un alto. Le dije que no me busque, que no me hable. Solo si es obligatorio estar en reuniones familiares trataré con ella, y si intenta volver a acercarse a mí de otra manera, esta vez no tendré reparo en decirle la verdad a nuestros padres.
— Wow, ahora entiendo su molestia. Perdió el control que ejerce sobre ti. se que es tu sobrina Henry, pero no está de más que te diga que tengas cuidado con ella.
Hay algo en Molly que jamás me ha gustado, pero no te lo había querido decir para no incomodarte. Es tu familia después de todo.
— ¿Qué cosa? ¿Que viste en ella?
— Bueno...veo oscuridad, una bruma negra en su alma. No me malentiendas, no es sólo por las cosas que ha hecho, es así como la percibo.
— No te preocupes, hace algún tiempo que yo mismo me he dado cuenta de esa oscuridad y por eso me siento incomodo con ella cerca, pero luego sucumbo ante ella— Suspiro pesadamente.
— Henry, actúa normal...ahí vienen las amigas de Molly, seguramente a molestar. Así que guarda la calma, ¿Si?
— Vaya, vaya, pero si es la zanahoria gamberra, hoy si te vistieron decente y no como pordiosera.— Espetó una falsa rubia oxigenada perteneciente a las “populares”, chicas bonitas por fuera y huecas por dentro.
— No es de tu incumbencia Amber. Al menos prefiero parecer pordiosera y no una puta.— Soltó Melissa de pronto y yo temí porque se fueran a agarrar del cabello y comenzar una pelea en ese momento.
Y tal como lo pensé, Amber se acercó a Melisa con la intención de abofetearla o tomarla del cabello, pero Melissa sonreía con suficiencia esperando el primer movimiento de la rubia falsa, y antes de que esta hiciera un movimiento, Melissa actuó.
— A dormir— Chasqueo sus dedos y Amber cayó al suelo inconsciente. Las demás chicas que estaban apoyando a la bravucona de Amber se fueron corriendo.
Melissa volteo a verme con una sonrisa.
— Descuida Henry. No es ilegal usar mis poderes. Solo la puse a dormir para evitar problemas mayores, apuesto que el director entenderá.
Me asombraba la calma con la que lo decía. Y eso me gustaba de ella.
Por si no lo sabían ya (si no leyeron primero la historia de mis padres) en nuestro mundo existen personas con habilidades especiales a las que se les llama neo.(neo humanos}
Estas personas nacen con un órgano extra al que se le denominó “órgano particular”, mi madre es una neo, aunque a ella le extirparon su órgano particular para salvarle la vida.
y Melissa también es una neo y eso me gusta, la hace más especial para mi.