HENRY
Melisa juró guardar mi secreto, pero me hizo prometerle que dejaría de besarme con Molly y dejaría de estar a solas con ella, porque estábamos creciendo y entrando a la pubertad y nuestros cuerpos reaccionan de maneras que no eran correctas.
Al comienzo no la entendí del todo, hasta que tuve una conversación similar con papá.
Allí entendí entonces que a pesar de lo salvaje e intrépida que podía llegar a ser Melisa, también era bastante madura para nuestra edad y tenía razón.
Platicando sobre chicas con mis amigos, sin entrar en detalles de mi vida personal claramente, me di cuenta de que la mayoría había comenzado a experimentar cambios en su cuerpo, el más alarmante para la mayoría era la aparición de erecciones y poluciones nocturnas involuntarias, además de que comenzaban a ver porno.
Comenzaban a gustarles las chicas con curvas, principalmente las chicas de segundo y tercero. Pero a mi no me gustaba ninguna.
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Después de al menos un mes de estar evitando la cercanía de Molly, ella me confrontó.
— Richard Henry Lewis ¿Que sucede contigo?
Me has estado evitando como si tuviera la peste. ¿Es por Melissa cierto?
— No, no es por Melissa. Es por ti Molly.
— ¿Qué quieres decir con eso?—
Decía con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
— Es ...ya sabes..lo de los besos. Eso no está bien Molly. Tienes 12 y yo acabo de cumplir 13 y...somos familia.
— ¿Es porque ella te lo dijo?— Sonaba molesta.
— No es solo por ella, cualquiera lo sabe Molly. Yo...ya no puedo dejar que lo sigas haciendo.
— ¿Acaso no te gusta?
— Si, me gusta ...y eso es lo malo. No debería hacerlo...no contigo.
— ¿Por qué?
— Porque somos familia Molly.— Me jalé el cabello en desesperación. ¿ Que acaso esta niña está mal de la cabeza o yo hablo en otro idioma?
Ella bufó molesta. No la entendía.
¿Por qué se obsesionaba de esa forma conmigo? Ella sabía que esto estaba mal, ¿Porque seguir haciéndolo?
Además, ¿Que no es muy joven para estar pensando en estas cosas?
— Molly, sabes que esto no está bien, ¿Porque seguirlo haciendo?
— Porque me gustas Henry...me gustas.
— Yo te quiero Molly, pero...no así. O no lo sé. Me confundes. Por eso debemos dejar de hacer esto. No está bien.
Ella suspiró resignada.
— Está bien, no lo haré más por ahora.
— ¿Qué quieres decir con "por ahora"?
— No te prometo nada Henry. Trataré de no hacerte sentir incomodo, porque por lo que veo, eso es lo que sucede, pero realmente siento que no puedo estar lejos de ti, te necesito cerca ... .todo el tiempo.
Sin ti no me siento completa, pero lamento si crees que te asfixio con eso.
Ella salió de la habitación.
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Los días siguientes a ese, nos mantuvimos a raya. Ella iba a mi casa y seguíamos haciendo tareas juntos, pero al despedirse, sólo salía diciendo adiós desde la puerta.
Era un tanto fría conmigo.
No lo negaré, fue extraño para mi esto.
Incluso una parte de mi la entrañaba, pero debía mantenerme firme.
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Sin darnos cuenta, el tiempo pasó tan rápido, la primavera estaba terminando, y el verano se aproximaba, y con ella, los planes familiares de viajes vacacionales, que a veces incluían a las tías Sam y Lex y por consiguiente a Molly.
Viajamos a Florida con nuestras familias en el mismo avión, pero íbamos un poco separados.
Yo iba leyendo cómics, mientras tenía puestos mis audífonos.
— Henry cariño. ¿Está todo bien? Hace algún tiempo que noto que Molly y tu ya no están tan unidos como siempre ¿Sucede algo?— Preguntó mi mamá
— Estamos bien mamá. Solo...estamos creciendo.
— Entiendo.
No, no entendía.
Quizá solo pensó que nuestros intereses estaban cambiando por la pubertad, sin embargo, lo que realmente sucedía era más complejo que eso.
Mi cuerpo reaccionaba de una forma diferente con solo tener a Molly cerca y supongo que ella sentía lo mismo.
Era mejor estar alejados por nuestro propio bien.
Estábamos atravesando un periodo de cambios en nuestros cuerpos y en nuestra forma de pensar.
Pero era una lucha silenciosa que teníamos los dos, sin que nuestros padres tuvieran idea.
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Mis miedos incrementaron al llegar a Florida.
Compartimos la misma camioneta tipo Van con mis tías y Molly.
Bueno, compartir el transporte no fue un problema en lo absoluto, había espacio de sobra.
El problema fue llegar a la casa de playa donde nos hospedamos.
El lugar era bonito con una increíble vista al mar, pero tenía solo tres habitaciones disponibles.
¿Adivinen quienes tenían que compartir habitación? Exacto.
— Mamá, ya no somos unos niños. No creo que sea bueno que Molly y yo compartamos cama.— Le dije a mi madre a solas-
— ¿Henry, qué es lo que sucede? Dime la verdad hijo, siempre has sido unido con tu prima.
— Sobrina querrás decir.
— Como sea, sabes que ese no es el punto.
Di un suspiro largo
— Mamá, mi cuerpo esta ...a veces se me para durmiendo.— Me pongo sumamente colorado de contarle esto a mamá
— Oh, cariño. Lo siento. — Mamá me abrazó— No pensé que te llegaría la pubertad tan pronto.
Parece que fue ayer cuando te vi dando tus primeros pasos.
Mira mi amor, por ahora no hay más cuartos disponibles y las camas son King size en todos los cuartos, la solución que puedo darte por hoy, es que pongas muchas almohadas entre Molly y tu para delimitar sus espacios y que no te sientas incómodo.
Prometo que mañana te compraré una colchoneta lo suficientemente cómoda para que duermas aparte. ¿De acuerdo?
— Está bien mamá, esa idea me parece mejor.
— De acuerdo cariño. Lo hablaré con tu padre a solas más tarde, mientras, puedes ir a instalarte a la habitación y cambiarte.
— De acuerdo mamá.
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Al entrar a la habitación, Molly ya estaba ahí y tenía todas sus cosas desparramadas en la cama.
— Hey, enana debemos compartir cuarto, así que quita tus cosas de la mitad de la cama.
— Podrías decir "por favor"— Dijo rodando los ojos
— Como sea. Por favor desocupa MI lado de la cama.
— ¿Y ese cual es?¿El de la derecha o el de la izquierda?
— Izquierda
Dicho esto, abrí mi maleta en el piso y saque unos shorts y una playera, además de sandalias para baño y un boxer.
Miré de reojo y vi a Molly acomodando sus cosas en el tocador, desocupando mi lado de la cama.
Tomé una toalla y me dirigí al baño a darme una ducha.
Cuando termine de ducharme, me vestí en el baño y cogí mi celular al escuchar una notificación.
— Te deseo lo mejor. Debes tener mucho autocontrol para no volver a caer amigo.
Te quiero y te extraño.
Era un mensaje de Melissa. Ella era la única que sabía mi secreto, así que decidí contestarle.
— Necesitaré más que suerte y fuerza de voluntad. Debemos compartir habitación y cama.— Le respondí seguido de emojis de cáritas sufriendo
— Eso es malo. ¿No puedes cambiar de habitación?
— Solo si duermo con mis padres, pero eso implicaría contarles y no estoy listo para que lo sepan.
— Bien, dejale las cosas en claro, se firme y coloca muchas almohadas entre los dos.
— Eso haré. Gracias por todo Mel...nos vemos.
Me despedí de Melissa y salí del baño, encontrando a una Molly sentada en la orilla de la cama con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
— ¿Por qué demoraste tanto?
— No es de tu incumbencia Molly. Últimamente eres demasiado molesta.
— ¿Molesta, yo? Ja...deberías mirarte. Eres insoportable Henry. Desde que Me-li-ssa llegó has cambiado mucho conmigo.
— Ella solo me ha ayudado a entender lo que está mal.— Dije con seguridad
Iba a salir de la habitación cuando ella me detuvo.
— Henry…¿Vas a seguir siendo un cabrón conmigo?
— No te estoy haciendo nada, solo estoy tratando de mantener mi distancia.
— Tampoco es para que seas tan cortante conmigo. Te prometí que intentaría respetar tu espacio, pero como ves ...nos toco dormir muy juntitos.
— Lo resolveré
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Tía Alexa tocó a la puerta para hacernos saber que la cena estaba lista.
Así que salí primero de la habitación y después Molly.
— ¿Han estado peleando? Últimamente ambos tienen cara de pocos amigos.— Preguntó mi tía Samantha
— No tía, sólo que ahora quiero mi espacio y Molly no parece entenderlo.
— Te has vuelto un amargado.— Espetó Molly con los brazos cruzados mirando hacía otro lado
— Niños no peleen en la mesa. Intenten llevarse bien, como antes. Se que están atravesando cambios en sus cuerpos y en su forma de pensar, pronto serán adolescentes, pero no dejen que esto destruya la relación fraterna que han tenido siempre.— Contestó mi papá
No tienes una idea de lo que dices papá— Pensé.
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La cena transcurrió sin más pormenores, mis tías y mis padres platicaban amenamente como si nada, el ambiente era tenso solo para Molly y yo.
Finalmente la hora de dormir nuestra primera noche fuera de casa había llegado
Molly fue la primera en entrar a la habitación con el pretexto de ducharse y arreglarse para dormir y yo debía esperar.
Así que mientras esperaba, papá me llamó aparte, supongo que mamá debió decirle lo del colchón inflable.
— Hijo, tu mamá me contó sobre tu ... asunto.
Entiendo que te sientas incómodo, pero es tu sobrina, estoy seguro que no pensarás ni soñaras cosas de esa naturaleza con tu sobrina a escasos centímetros de tí. Confío en ti campeón.
—Si supieras papá...—
Pero te prometo que mañana iremos al centro comercial y te compraré la mejor cama inflable que tengan.
La idea es que estés cómodo las dos semanas que estaremos aquí.
— Está bien, te lo agradecería mucho papá.
— De nada, hijo. No quiero que la estancia de los dos sea incómoda. A veces olvidamos que ustedes están creciendo. Molly se está convirtiendo en una señorita y tú en un muchacho.
Parece que fue ayer cuando intentabas dar tus primeros pasos y Molly estaba tan pequeña.
— Lo se papá, mamá me dijo lo mismo en la tarde— Rodé los ojos
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Finalmente cuando Molly me dejó entrar a la habitación, fui directo a la ducha.
Ella estaba acomodando unas almohadas en medio de la cama para delimitar nuestro espacio personal.
Después de una media hora, cuando salí del baño, las luces ya estaban apagadas, por lo que intuí que ella ya se había dormido.
Así que traté de hacer el menor ruido posible y me acosté lentamente en mi lado de la cama.
No era tan incómodo salvo porque hubiera preferido tener todo ese espacio para mi solo.
Estaba quedándome dormido cuando sentí un cosquilleo en mis labios, con pesar abrí los ojos y la ví, lo más pegada que podía a las almohadas, tanto, que estando frente a frente, podía sentir su aliento en mis labios y mi corazón palpitaba rápidamente.
Intenté girarme y darle la espalda, pero en ese momento ella me abrazó y yo me quedé quieto. Lo más que pude, pero mis manos tenían mente propia y estaban tocando suavemente su cara, delineando sus labios.
No lo resistí….
La besé mientras dormía y sólo pude oírla suspirar.
Molly 1
Henry 0
Perdí, no tenía fuerza de voluntad. No podía estar lejos de Molly, pero al mismo tiempo, la cara de decepción de Melisa se posó en mi mente, le fallé…...me fallé.