Capítulo 8 "Aquí estoy... viéndote y escuchándote"

413 Words
Un sonido le avisa a Jake que MC estaba en línea. Corrió de inmediato hasta su portátil y allí pudo verla, triste y desconsolada. Le dolía el corazón por lo que le había hecho, pero en su mente él creía que la protegía, que nada malo le pasaría. Por los altavoces, podía escuchar su llanto y eso le rompía el alma. De pronto un sonido y una imagen lo asusto a él también. Escucho los golpes en la puerta. La expresión en la cara de MC le mostró que esa visita no era esperada. Quería saber más pero ella cerro su laptop y al apagarla corto la comunicación. De inmediato fue a la configuración de su móvil. La cámara no mostró nada y el micrófono no distinguía lo que se hablaba. Seguramente estaría tapado por alguna cosa y eso no le permitiría oír. Permaneció allí por un rato y nada claro se escuchaba. Con mucha impotencia comenzó a deambular por la habitación. De a ratos se sentaba en la ventana y se fumaba un cigarrillo, volvía a intentar hacer conexión y nada. Al cabo de un rato, el ruido de un auto en movimiento hizo eco en sus altavoces. Enchufando los auriculares, se los coloco de inmediato y era todo lo que oía, luego de unos minutos una puerta cerrarse y ahí la voz de hombre que le decía: "Acompáñame". ¿Acompañarlo? ¿A donde? ¿Con quién estaba? ¿Era la gente que lo perseguía? ¿Estaba con alguien mas? Pisadas sobre un suelo de piedras y nuevamente una puerta abrirse y cerrarse. Voces de varias personas, no reconocía a ninguna y otra puerta abrirse. Desconocido: Pasa, te traeré algo de beber. ¿Café está bien? La voz de MC. MC: Sí, claro. Eres muy amable. La escucho corriendo una silla y luego un largo suspiro. Al cabo de unos minutos, otra vez la puerta, el ruido de una taza apoyada en una mesa. Desconocido: ¿Con azúcar o solo? MC: Con azúcar, gracias. Inquietud, eso es lo que tenia del otro lado del micrófono. Parecía que la habitación del hotel lo sofocaba. Sudaba, estaba nervioso, quería correr hacía ella. MC: Disculpa apagare el móvil para que nada nos interrumpa. Y en ese preciso momento, silencio. Otra vez el maldito silencio, de cualquiera de los dispositivos nada. Jake: ¡No mi amor! ¿Por qué lo haces? Y estrello un florero contra la pared. Se sintió miserable, con el corazón hecho pedazos.
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