VIII. Secreto inesperado

1330 Words
Habían pasado varios días desde la muerte de su madre, Natasha estaba más tranquila, seguía ocultando algo que temía revelar. Alex seguía sintiéndose culpable, pero ahora por dos, por lastimar a Natasha y por herir a la mujer que amaba. Al mirar a su hijo encontraba paz y sabía que todo lo que había hecho había sido por él, valía la pena cualquier decisión tomada en favor del bienestar de su pequeño. Natasha sabía por lo que estaba pasando Alex y lo que menos deseaba era causarle más daño, no estaba enojada por su amor hacia Nathalya, al contrario, le pediría que luchara por su perdón, pero estaba enojada consigo misma por no haber hablado con la verdad desde un principio, si lo hubiera hecho antes se hubieran evitado muchas desdichas, sobre todo para su amiga. Entonces, pensó en armarse de valor para hablar con su esposo. El día marchaba bien, ella había pedido a su suegro que se encargara del niño para preparar una comida especial en la que pretendía hablar con Alex, pero las cosas nunca suceden como uno quiere. Al llegar a casa de su suegro, Maximiliano, el hermano mayor de Alex, estaba de regreso, él había estado viviendo en Estados Unidos desde la boda, pero su padre le había contado los problemas que tenían Natasha y Alex y él había llegado para quedarse. Natasha y él tenían mucho de qué hablar, así que fueron a casa de Natasha mientras llegaba Alex. Resulta que ellos se habían enamorado tiempo atrás, cuando Alex presentó a Natasha a su familia, ellos empezaron a convivir y sucedió, intentaron ocultar su amor por un tiempo y luego, cuando se comprometieron, Natasha había decidido terminar su relación con él para estar con Max, pero sucedieron muchas cosas que se lo impidieron. Ocurrió que su padre estaba muy orgulloso de su hija por su compromiso con Alex y ella no quería disgustarlo por ningún motivo, por lo que en un principio ni siquiera intentó terminar su relación, pero luego de que su padre falleciera, su madre la presionó a continuar con la boda, a base de chantajes emocionales y jugando con su salud lo logró, luego ella descubrió que estaba embarazada y Max ya se había decepcionado de ella, su madre y su hermana no la apoyarían en nada si no se casaba con Alex, mucho menos para ser madre soltera o para cambiar a Alex por el hermano y estar en boca de todos. Y ese era su secreto, Max no sabía que el hijo que su hermano había criado con tanto amor, en realidad era de él y ahora, Natasha tenía que decir la verdad. Sería un golpe muy duro para Alex, pero ya estaba decidido. No hubo tiempo de nada, Alex llegó de repente y los vió besándose apasionadamente, él no podía creer lo que estaba viendo y se negaba rotundamente a escuchar, tanto tiempo callando sus sentimientos para ahora descubrir el amorío de su esposa con su hermano. — ¡Alex, por favor, escucha! — Suplicó Natasha — No es necesario, ya vi todo lo que tenía que ver. Tu amiga se sacrificó por ti todo este tiempo, ¡tú la abofeteaste! — Lo sé, no debí, soy una mala amiga, pero, así como ustedes se enamoraron, nosotros también — Hermano, de verdad nunca hubiera querido lastimarte y mucho menos de esta manera — Injirió Max — No quiero saber por cuánto tiempo me han estado engañando — Llegué hoy — ¿Acaso mi papá te dijo que tenía problemas en mi matrimonio? — Sí — ¿Y decidiste venir a consolarla de inmediato? ¿O al fin se decidieron a decirme la verdad y continuar con su fantástica historia de amor? — Por favor, escucha — ¿Dónde está mi hijo? — En casa de tu papá — respondió ella — Iré por él. — Escúchame, Alexander, ¡te lo suplico! — insistió ella — ¡No, Natasha, no quiero! ¡Y no me esperes por que no volveré! — ¡Conseguí la dirección de Nathalya! — Ya es demasiado tarde, ya la perdí — Estoy segura que ella te perdonará, hablaré con ella para aclarar todo — ¿Y seremos felices los cuatro? — Replicó Alex con sarcasmo — ¡No seas idiota, Alexander! — Contestó Max — Tú también puedes ser feliz, por favor, escúchanos y ya luego te vas, si quieres — Alex se sentó para escuchar lo que le tenían que decir y Max comenzó a contar — Bien, escucho. — Cuando la llevaste a casa para presentárnosla, no podía dejar de mirarla, me pareció la mujer más hermosa del mundo, pero no tenía derecho a mirarla siquiera por respeto a ti. Entonces fui grosero con ella todas las veces que teníamos que convivir y hasta tú me lo reclamaste, pero yo sólo intentaba ocultar mis sentimientos. Luego, no sé, la vi llorando porque se habían peleado y me acerqué, no podía dejarla así. — Fue cuando te peleaste con Ángel en la fiesta aquella y yo te reclamé por ello, entonces te enojaste conmigo y me pediste unos minutos para calmarte, te fuiste a terminar de guardar el equipo y yo me quedé allí, sola, llorando. — Continuó Natasha — Sigo escuchando — Siguió sarcástico Alex — Me acerqué para calmarla y comenzamos a platicar, cuando menos pensé ya estábamos hablando puras tonterías, luego me fui. Pero cada vez que tú y ese tal Ángel peleaban, tú discutías con Natasha, tú no te diste cuenta, pero me tocó limpiarle muchas lágrimas por tu culpa. — Y luego, sin pensar, ya me había enamorado de él. Quise decirte, pero no pude, no merecías que te rompiera el corazón, me pediste matrimonio y menos me atreví, luego mi papá... él te adoraba y mi relación con él había mejorado bastante gracias a ti. Entonces Max se decepcionó y se alejó y yo... simplemente continúe contigo. Cuando mi papá murió me sentí desesperada, tú y Nathalya fueron mi único apoyo real, mi madre sabía que yo no te amaba y me chantajeaba, cuando le dije que terminaría contigo casi le da un infarto, hasta tú me acompañaste al médico esa vez, yo tenía mucho miedo. Luego supe que estaba embarazada... — Y aquí estamos — Terminó Alex — No puedo juzgarte — Lo siento mucho, hermano, nunca fue mi intención ocultarte ésto, yo tampoco no debí callar — Lo hecho, hecho está y no se puede regresar el tiempo y cambiar la historia — Respondió Alex ya sereno — Ahora entiendo tu actitud hacia tu familia Natasha, prácticamente te obligaron a casarte conmigo, tú también debiste pasarla muy mal. — No tanto como crees — Dijo Natasha — Has sido un buen marido, te has esforzado mucho y te tengo mucho cariño — Y yo a ti. Tenemos un hijo en común y por él debemos terminar ésto de la mejor manera — Natasha no se atrevió a decirle la verdad con respecto al niño — Ya después hablamos de ello — Como tú quieras, pero yo quiero seguir viendo a mi hijo como hasta ahora, por favor, será difícil lograr el perdón de Nathalya, al menos deja que me acompañe en este proceso. — Está bien, es lo menos que te mereces. — Mañana mismo iré a buscarla y ustedes podrán tener el reencuentro esperado, así que aprovechen el tiempo porque cuando Nathalya me acepté, me la llevaré lejos como de luna de miel. Natasha sabía que debía decirle la verdad completa, pero por el momento había decidido esperar un poco para que Alex estuviera más tranquilo, habían sido muchas emociones para él y no quería que ésto repercutiera en su salud o en su estado mental. Saldría de viaje al día siguiente y quería evitar que condujera alterado, pero pretendía alcanzarlo allá, en la capital, para hablar también con Nathalya y escuchar lo que no había podido hasta ahora, la explicación de su amiga.
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