De regreso a Madrid.

2232 Words
Saco una copa de vino junto con mi celular, ignoró las notificaciones, cuando me entra una llamada de Mario. —Hola— escucho un grito y me hace sonreír inmediatamente —Querida ¿Cómo estás?— me pregunta —Más feliz que nunca— le contestó sin dejar de sonreír —Tienes que darme las medidas de ese hombrecito, tengo que hacerle un traje— le tomó a mi vino —No preguntarás nada— le digo —No tengo que hacerlo, si no nos contaste o dijiste algo más, es por algo con que seas feliz y me mandes sus medidas, yo soy feliz— sonrió más antes sus palabras —Gracias por ser tan encantador y comprender todo algún día lo diré— se ríe —El 21 de marzo presentaré mi primera colección de primavera, ¿modelarías para mí?. —Siempre modelaré para ti, es en un mes aproximadamente, iré en dos semanas a Madrid, qué te parece si te hablo cuando llegue y nos ponemos de acuerdo ¿u ocupas que este antes?. —Lilith, en la compañía con la que estoy trabajando ahora mismo, la modelo— lo interrumpo —Es Matu-— escucho como se ahoga —Si, pero insisten en que ella sea la modelo principal, ¿aun así quieres participar? Prometo hacerte brillar, tú has sido parte importante en mi carrera, después del evento de inauguración esta empresa se interesó en mí y te lo debo— suspiro —No te preocupes, yo solo ayudo, además me convenciste desde que dijiste que le diseñaras algo a mi niño— se ríe —Ahora creo que lo amo aún más, ¿cómo dijiste que se llama?— miro hacia el colecho —Alberto, Alberto Adams, deja que lo conozcas, le gusta conocer personas, no es nada tímido y es un coqueto— se ríe —Entonces en una semana te veo bueno si puedes, quiero tomarte medidas, quiero iniciar desde cero en un nuevo diseño especial para ti. —Si en una semana está bien, te aviso cuando salga para Madrid, adiós, mi niño se levantó, tiene un horario de comida estricto— se ríe —Nos vemos pronto. Cuelga y pongo el celular en la cama y cargo a Alberto. —Como durmió el bebe de mama, vamos a darte de comer— le digo Me da los brazos y lo cargo, le cambio el pañal y le pongo un mameluco, después de eso lo cargo otra vez. —Vamos a darte papilla, tu tío mor preparo tu favorita. Lo siento en la periquera mientras caliento su papilla, le sirvo su vasito de agua y se lo doy, él toma agua mientras pongo la papilla en su platito, le doy de comer. Juego con él y como si supiera camina agarrándose de los muebles y se para cerca de la puerta emocionada, escucho cuando se abre la puerta y Alberto grita emocionado, Morningstar corre y lo carga. —Mor, mor— le dice Y él prácticamente lo llena de besos y Alberto se ríe. —Nunca me voy a cansar de escucharlo reír— le digo a Morningstar Le hago la seña que se siente y lo hace aún con Alberto cargado. —Vamos a Madrid— le digo a Morningstar —Pero tu viaje era dentro de unas semanas. —Lo era, pero modelaré para Mario nuevamente y necesito reunirme, además se acopla para dejar la papelería. Alza una ceja y me mira fijamente, se dio cuenta. —¿Qué no me estás diciendo?. Cruza los brazos y Alberto la mira haciendo lo mismo, no puedo evitar reírme ante eso, se ve tan hermoso. —Morningstar ve lo que haces— lo señalo —Ma, ma— cruzo brazos —Alberto— le digo y él abre los ojos y se lanza a mis brazos lo cargo —Matu es la modelo principal— bajo la mirada —¿Cómo te sientes ante eso?. Subo los hombros y después los bajo, en realidad no quiero pensar en eso… —No sé, me alegro de que sea feliz con lo que haga, es lo único que se sobre como sentirme— me acomodo —Como sea yo, aprovecharé que tengo que ir a la escuela y coincide con el modelaje, ¿entonces quieres venir?— me mira preocupado —¿Estás segura de querer eso?. —Lo estoy solo si vienes conmigo. Me sonríe y yo le sonrió a él Paso casi una semana convenciéndolo para que venga al viaje hasta que accedió con la idea de que fuéramos a Madrid si Lucia iba. Unos días después, al final de todo, rentamos un avión privado para que Alberto viaje con comodidad y porque era muy costoso pagar por equipaje extra. —¿Cuánto duraremos en Madrid?— miro a Morningstar nervioso —Como un mes, tú y Lucia viajaran casi como una luna de miel— les digo Me suelto riendo al ver la tensión de Morningstar y la alegría de Lucia, el piloto nos indica que abrochemos el cinturón y lo hacemos. —Aprovecharé que Alberto se durmió y me dormiré un poco— les digo —Si está bien— me dice Lucia, cierro los ojos quedándome dormida. Unas horas después, me despierto y le doy comida a Alberto justo antes de aterrizar. —Entonces yo iré con Mario y ustedes al hotel, me dicen el número de la habitación por mensaje. Saco la carriola y acuesto Alberto, cuelgo su pañalera y lo necesario —Cualquier cosa me dices por favor— me lo dice Morningstar preocupado —Si cualquier cosa te hablo, disfruta la ciudad adiós. Camino lo suficiente para ir al estacionamiento, pongo a Alberto en su silla para coche, guardo las cosas en la cajuela, me subo, pongo la dirección que me mando Mario en el GPS; conduzco por 45 minutos hasta que llego a la dirección, me estaciono saco la carriola y pongo a Alberto en ella, abro la puerta del local y veo que su tienda de ropa es hermosa y sus diseños aún más. —Buenos días en que podemos ayudarle. Salto del susto no me di cuenta de que había alguien. —Tengo una cita con Mario, bueno me dijo que pasara cuando llegara y digiera mi nombre, Lilith Adams— cuando escucha mi nombre abre los ojos —Pensé que su llegada seria días después— mira a Alberto —Si es un problema, puedo regresar después. —No, claro que no, ya le aviso, es solo que el coche para el bebe no pasara hay cosas en el piso, pero puedo guardarlo— me dice sin dejar de ver a Alberto —Está de coqueto verdad— se ríe —Algo así— me contesta riéndose Saco a Alberto de la carriola y lo cargo. —Aquí tienes— le doy la carriola y ella la pone detrás del mostrador —Síganme. Nos guía en la parte de atrás de la tienda y veo el piso con rollos de tela, hilos, etc. cuando alzo la vista veo que hay unas personas rodeando a Mario, miro un cuerpo conocido, su silueta, cabello, altura y todo lo demás lo conozco en un instante Matu. Mi corazón late sin control, mierda. —Mario tienes unas visitas— le dice la empleada Cuando alza la mirada de la persona que le está tomando las medidas o algo así, sale corriendo. —Cariño, no te esperaba ahora. Mueve los ojos señalando a Matu, pero en cuanto ve a Alberto cambia de postura. —Él es— se acerca más y lo mira de cerca —Alberto no es hermoso— Alberto me mira —Ma-ma— lo acerco más a mi cara y le doy un beso —¿Estás ocupado? Puedo regresar después. En eso se acerca Matu y siento la tensión en mi estómago. —Hola Lilith, ¿quién es él?— mira a Alberto —Él es mi hijo— trato de sonreírle, pero la tensión que existe entre nosotros es terrible —¿Qué edad tiene?— me pregunta y Mario solo toma mi mano —Va a cumplir ocho meses, bueno regresaré después— le digo a Mario Intento darme la vuelta, pero no me suelta. —Ya estas aquí ven te tomaré las medidas— me jala con cuidado y me pone en un banquillo —¿De casualidad eres Lilith Adams?— me pregunta un muchacho Pongo a Alberto en una silla y lo aseguro para que no se mueva y con una mirada Alberto sabe que no se debe de mover, saco su peluche y se lo doy cuando me levanto, me doy cuenta de que no conteste la pregunta, no quiero parecer grosera. —Perdón, si, si soy Lilith Adams. Mario comienza a tomar y siento la mirada de todos como si fuera un animal en un zoológico. —¿Por qué me miran así?— le susurro, él continúa tomando las medidas —Porque no les preguntas— me susurra Volteo a mirar a Alberto para asegurarme que esté bien y quieto. —Entonces… ¿Por qué me están mirando así?, no me quejo, es solo que es raro— se ríen —Es solo que en este medio eres famosa. Me giro como me lo indica Mario quedando al frente de todos. —¿Por qué?. Matu no deja de verme, no disimula ni un poco, me pone nerviosa que me vea asi. —Desapareces después de tu primera pasarela, ignoraste varias agencias de modelaje en todo ese tiempo, después apareces anunciando que tienes un hijo y sigues rechazando agencias y contratos con marcas; pero cuando Mario te invita a modelar dices que si, prácticamente eres alguien que todos quieren tener, cosa que uses o recomiendes se agota. —Querida tienes las mismas medidas, es sorprendente— las anota y cargo a Alberto —Bueno, cuando tienes un bebe debes de tomarte tu tiempo para cuidarlo y protegerlo, pero si te preguntas por qué rechace todos los demás no crearías mi respuesta— me rio —Entonces dila— me dice Matu molesta —Me desconecte de todo lo innecesario, solo quería estar con mi bebe, apague la computadora celular y los guarde; ahora porque acepte a estar en el desfile de Mario, es porque es él y tenía una venida para acá, mi correo mandaba todo a spam así que no mire ninguna oferta. En eso suena mi celular y contesto, gracias quien seas. —Hola— contesto —¡Lilith, estás en Madrid!— me retiro el celular y miro el número —¿Elijah?, si como supiste. Mario me hace la seña de que si puede cargar a Alberto y se lo entrego. —No has visto tus redes, todos saben que estás aquí para el desfile de Mario— miro a la pared —En serio tan así, también vine a otras cosas, sabes— se ríe —Maestría, algo así escuché, así que… —¿Quieres que nos reunamos?— le pregunto —Claro, ¿en dónde?— contesta —Te mando la dirección del hotel más tarde— le digo mirando al piso —Ok adiós— y cuelga Abro ** y veo todas las publicaciones, me acerco a Mario impactada. —Debo irme— cargo a Alberto, tomo la pañalera y salgo para la recepción —Lilith, háblame— dice Mario, salgo cubriendo a Alberto y lo pongo en el coche y me subo —Ma-ma, ma-ma— dice Alberto y señala a Mario —Sube no te secuestraré— se sube al asiento del copiloto —¿Qué pasa?— me dice preocupado —Me están usando, ¿vistes las r************* ?— saco mi celular y le enseño las publicaciones? —Vas a firmar con la empresa, ¿por eso aceptaste desfilar para mí?— lo miro c¡Claro que no! Por eso me molesta, dicen que mi viaje es solo por eso, pero yo tengo otros planes, el modelaje es solo diversión y porque eres tú— suspiro —Es solo que me desacostumbre a estar si la redes y solo vivir normal— se ríe —Cariño, tú eres todo menos normal, a lo mejor, te sientes agobiada por los recuerdos y Matu, tu la vez tranquila, pero cuando supo que participarás estaba nerviosa, ¿aún la quieres?— me pregunta —Siempre la voy a amar, pero no puedo obligarla a que sienta algo por mí— le sonrió —Ma-ma, ma-ma, ma-ma— dice Alberto una y otra vez —Entra aún no le tomo la medida a este hombrecito— salgo y cargo a Alberto —Ma-ma, ma-ma— me mira y pone las manos en mi cara —¿Qué paso mi niño?— él sigue con sus manos en mi rostro —¿Cuándo aprendió a decir mama?— pregunta Mario —Cuando hablamos por teléfono estaba regañando a Morningstar y dijo mama, él y su tío son un desastre, cuando se juntan prácticamente hace lo mismo que él, si él cruza los brazos él hace lo mismo, si Morningstar me dice Lilith, Alberto dice mama. Sin darme cuenta ya estamos en el taller y todos estaban poniendo atención a lo que platicaba, ¿Cuándo paso esto? Tan distraída soy.
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