Después de un mes las cosas con Matu se sienten más tensas, un poco más, a veces cuando estoy sola ella se acerca, me besa y después se aleja dejándome como si nada.
—¿Entonces Lilith que opinas?.
Vuelvo a la conversación después de perderme en esos pensamientos.
—Perdón sobre que, me perdí— les sonrió
—Mario, mi amigo quiere que tú y Matu participen en el desfile que hará a finales de la semana siguiente, presentara su colección para examen final, pero como muchos también tienen exámenes, nadie quiere ayudar.
Entonces me pregunto y le dije que tú tienes tiempo porque eres lista y esas cosas y Matu también entonces que dices— le sonrió
—Si no hay problema dale mi número— ella sonríe
—Esperaba que digieras eso, porque le dije que si y nos está esperando en el estudio ahorita— se levanta y me da mis cosas
—Vamos— tomo las cosas y me levanto siguiéndola
Mi mente dice no, no le preguntes, pero como a veces no es muy coherente, lo hago.
—Puedo hacerte una pregunta Rebe— se para y me mira
—Es sobre Matu verdad— sigo caminando cuando ella lo hace
—¿Por qué me tortura de esa manera? No sabe que es lo que siente, me besa de la nada, después se aleja y me trata mal— nos sentamos en una banca
—Tal vez no puede aceptar el hecho de que le guste una mujer, he visto como te ve e incluso le he dicho que deje de tratarte así, ella solo responde que no puede complacer tú gustos y huye de mí— respiro profundo
—Yo no tengo sexo con Elijah, desde que nos conocimos hace unos meses nunca me acosté con él, si me da con la fusta en ocasiones otras solamente comemos, pero bueno, vamos, nos están esperando.
—Es difícil entenderla, nunca la había visto asi.
Seguimos caminando hasta que llegamos.
—Mario, querido, te traje a mi pelirroja favorita— se acerca y la abraza fuertemente
—En serio no quieres participar mira esas piernas querida— miramos las piernas de Rebeca
—Tiene razón, tienes unas piernas geniales— le digo y se ríe
—Tengo mucha tarea, cuídala mucho, no la trates mal que es peligrosa.
Se despide de nosotros y se va, dejándome con Mario.
—Soy Mario, muchas gracias por ayudarme— me da la mano
—Lilith, no te preocupes, es divertido— estrechamos manos
—Tienes una gran figura, déjame medirte— me acerco a donde me indica
—No soy la típica talla XS o S, soy M y L así espero estar en el rango de medida— me mide en silencio
—Bueno querida, mi colección es libre de estereotipos, así que mis modelos no son huesos, tengo de todo— me lanza una sonrisa
—¿Puedo ver tus diseños?— se para y saca una carpeta
—Esta es la colección que presentaré— la miro impresionada
—Wow, tienes un talento grandioso, después de que termine puedes hacerme unos diseños puedo comprar el material, digamos que para una apertura de un hotel y uno que otro sexy con corsé un poco de todo el precio no es un problema— veo como le brillan los ojos
—Me gustaría en serio, ¿tienes un color favorito o un estilo fijo?— saco mi celular y le enseño mis fotos de i********:
—Mira, estos son lo que uso en mis negocios o salidas de diario— le entrego el celular para que las mire con detenimiento —Uso rojo casi siempre, me gusta un color poderoso, el color blanco no me gusta— sigue mirando el i********:
—Puedo notarlo, usas colores vivos, ame este diseño rojo se ve hermoso, no se hicieron muy pocos en el mundo.
—Si tuve la suerte de encontrarlo, lo ame, fue amor a primera puesta— se suelta riendo
—Bueno, querida prepararé unos diseños, pero antes necesito que te pongas el diseño para la pasarela, a señas me dijo las medidas tuyas, así que prepare algo.
Se va y saca un diseño en tonos azul cielo y hielo, aún no está terminado, pero es hermoso.
—Puedes ponértelo, atrás está el probador.
Me lo entrega y hago lo que me dice, puedo notar que me queda grande de la cintura y un poco apretado del pecho, salgo del probador.
—Oh querida, tienes más pecho de lo me hablo Rebeca y menos cintura, déjame ajustarlos.
Los ajusta y me pide que me quite el saco para tomar la medida de la blusa, hago lo que me dice.
—¿Qué fue lo que te paso? ¿Te gusta el b**m o algo así?— me rio?
—Sí.
En eso entra alguien al lugar cuando me giro para verlo veo a un muchacho guapo
—Mario no sabía que estabas ocupado, me dijiste que llegara a esta hora para las medidas— me mira y le sonrió, él me sonríe de vuelta
—Quédate ya casi término con Lilith— él se sienta en el sillón y espera —¿Entonces tardarán en sanar?— señala las marcas
—No y no te preocupes por las futuras— le guiño el ojo
—Usarás una blusa con el escote profundo en la espalda y no quiero que te sea incómodo— sigue poniendo alfileres
—No me avergüenza, me gustan, pero entiendo créeme— noto la mirada del muchacho —¿Rebeca te dio mis datos? Miro a Mario por el espejo
—No, pero puedes dármelo, Carlos, puedes anotar su número— veo que saca el celular
—Es un número temporal, me iré en un mes más para la graduación, puedo darte los dos números por los diseños— Mario dice que si —Te daré el temporal primero— le dicto los números y los guarda
—Listo querida, te marco cuando sea el ensayo o si necesito que te lo midas, ah por cierto me tome el atrevimiento de seguirme en i********:.
Me rio y me bajo del estante camino al probador y me quito la ropa con cuidado, después me pongo el vestido, salgo entregándole el pantalón
—Aquí tienes Mario, entonces cualquier cosa me hablas, no tengo problemas con lo demás de las clases, a por cierto sábados y domingos, no estoy tan disponible, tengo sesiones— Mario se ríe
—Entiendo no te preocupes muchas gracias por tu ayuda— le sonrió y me despido, saco el celular para ver las llamadas
—Hola mor que pasa— me paro en la puerta —Espera, no tengo donde anotarlo— me giro —Mario, ¿tendrías pluma y papel? Para anotar unas cosas rápidas— me las entrega
—Lilith ya casi terminas las clases, es horrible estar solo y más construir un hotel— me suelto riendo
—Yo supervisé la construcción de mi casa sola y pude si con ayuda de alcohol, pero ya pues dime— pongo el cuaderno
—Ok son cuatro millones para amueblar el hotel, encontré un especialista famoso en donde estás— continuo escribiendo la información que me dicta y cuelgo, arranco la hoja
—Muchas gracias por todo.
Miro al muchacho sin camisa y le sonrió, después salgo del lugar y camino unos minutos cuando escucho que me hablan.
—¡Lilith!, ¡Lilith espera!— me paro y después volteo y miro a Carlos
—Dime— llega después de ver corrido
—Caminas rápido— me rio
—Oh, eres muy lento— pone la mano detrás de su cabeza luciendo un poco nervioso
—Me agradas, quieres ir a comer, preparo un buen cocido Madrileño— lo miro
—Nunca había escuchado de eso, pero suena bien— lo miro —Sé que tienes otras intenciones— se ríe aún más nervioso
—Directa eh, me atraes te vi y dije wow— lo interrumpo
—¿Quieres coger conmigo?— me acomodo el cabello
—No lo diría de esa forma, pero si quiero que follemos, sin embargo, mi intención sobre el cocido es primordial— me rio
—Tienes mi número, mándame un mensaje, pero iré solo porque se escucha rico el cocido del que hablas, me tengo que ir, tengo un compromiso— en eso suena mi celular
—Hola Elijah— miro a Carlos sonriéndome
—¿Lilith quieres que nos veamos?— suspiro
—Ahora mismo o más tarde— veo mi reloj
—Puedo ahora mismo, ando cercas del campus puedo pasar por ti.
—Claro, te mando mi ubicación en segundos — cuelgo y le mando la ubicación —Entonces Carlos, ¿eres estudiante aquí?— sonríe
—No soy amigo de Mario, nos conocemos desde niños— parece como si viera recordado algo he tenido esa mirada
—Parece que tienes buenos recuerdos, esas tardes de aventuras— él se ríe de manera encantadora —Me gusta tu risa, es encantadora y alegre, ya llegaron por mí, pero sin duda espero probar ese cocido.
Le doy un beso en la mejilla y me despido de él con una sonrisa, abro la puerta del carro y me subo, saludo a Elijah, a mi querido dador de orgasmos Elijah.
—Oye, ¿qué es el Cocido Madrileño?— se ríe
—Es un platillo con garbanzos, tocino, morcilla, es un plato típico de Madrid, creo que te gustara— me mira —¿Por qué el chico te invito a comer?— me estiro y pongo mi mano en su pierna
—Si, pero en estos momentos quiero que me cojas duro— le digo y me mira con un deseo
—Sabes que desde la primera noche te he deseado.
Conduce más rápido y llegamos a su casa, desde que nos bajamos él toma mi mano y con urgencia me lleva a su casa, después a su cuarto.
Me quito el vestido rápidamente y él se lanza contra mí besándome con una urgencia que me hace querer más, le quito la camisa casi arrancándosela, toma mis manos y las esposa, apretándolas lo suficiente para que cause el placer que tanto me gusta.
—A la cama ahora— me ordena
Hago lo que me dice, él se quita el pantalón llevándose la ropa interior con el cuándo lo veo, no puedo evitar gemir, eso no me lo veía venir.
—Casi nunca traes sujetador— yo me rio, él me besa poniendo mis manos sobre mi cabeza —No las muevas si lo haces paro.
Pongo las manos sobre en la cabeza, él baja besándome de poco a poco, se vuelve loco con mis pechos, yo no dejo de gemir una y otra vez.
—Me excitas tanto— me dice
Se pone el condón y me gira poniéndome en cuatro, alzo mi cadera bajo mi pecho, ala cama poniendo mis brazos firmes sobre mi cabeza, después siento como me penetra sin dejar que me acostumbre a su tamaño, se mueve.
—Mierda te sientes tan bien.
Gime conforme se mueve aumenta el ritmo una y otra vez sus embestidas me vuelven loca, gimo cada vez más y de repente me da una, dos o tal vez tres nalgadas haciéndome gritar por el placer.
—Cuenta por mí.
Su ritmo no para…
—Si señor— contesto entre jadeos
Aumenta su ritmo y recibo el primer golpe
—Uno, señor— da otro golpe —Dos, señor— gimo más fuerte —Tres, señor— me da otro —Dios, cuatro, señor— el placer crece más —Cinco, señor— siento como se tensa y aprieta con fuerza mis caderas. —Señor— siento sus uñas encajarse en mi cadera —¡Elijah! Joder más por favor— él hace lo mismo
—Lilith córrete por mí— aprieta más fuerte y después llego al punto máximo, él sigue penetrándome
—¡Elijah!— grito su nombre al sentir un segundo orgasmo
—¡Lilith!.
Él hace lo mismo, grita mi nombre con fuerza, con gran fuerza que siento como las vibraciones de su voz resuenan en mi cuerpo, él se deja caer a mi lado y respiramos fuertemente para recuperar el aliento.
—Tengo hambre Elí— él se suelta riendo
—Eres todo un caso, mujer, pizza, ¿te parece bien?— me volteo y le entrego las esposas
—Pizza me parece bien— él toma las esposas, sorprendido
—Alguna vez me dirás como lo haces— me rio
—Eli una dama nunca revela sus secretos— le digo sonriendo —¿Puedo tomar un baño?— me siento a la orilla de la cama
—Claro, aún conservó tus cosas, por mientras yo pido la pizza que quieres de tomar— se levanta y se para frente a mi
—Coca cola, por favor que esté lo más helada posible— se ríe y me ayuda a levantarme
—Perfecto.
Caminamos y yo me desvió al baño tardo unos minutos en darme el baño rápidamente y me cambio cuando salgo del baño busco a Elijah.
Pasamos la tarde asi como parte de la noche platicando y riéndonos, un tiempo después nos despedimos.
Cuando llego a la habitación me mira Lucia y Rebeca, ¿Las asaltaron de nuevo?.
—Entonces, ¿cómo te fue? Supimos que conociste a Carlos— camino a mi lugar para cambiarme de ropa
—¿cómo es que se enteran tan rápido de las cosas?— me siento en la silla y prendo la laptop
—Somos amigas de Carlos y no perdió el tiempo en preguntarnos sobre ti— se sueltan riendo en complicidad
—¿Debo de preocuparme por lo que salió de sus bocas?.
Me quito los zapatos y me quito el vestido, poniéndome un short y una blusa de seda azul.
—Le dijimos que te gusta follar duro— me rio de lo que dijo Rebeca
—Azotes, látigos y todo tipo de cosas— confirma Lucia
—¡Oh por dios, eso no es siempre! También cojo lento, romántico, o sea vainilla— saco una copa y me sirvo un poco de vino —No siempre tiene que ver con el b**m, ya les he dicho que esto me ayuda a olvidarme de cosas.
So estoy completamente en ese mundo, si quiero puedo alejarme no es que no pueda vivir sin ello— le tomo a mi copa —Nunca se han preguntado que pasaría si intento esto o si hago aquello— suspiro.
—En fin eso es lo que hago, aparte no soy tan extrema si supieran lo que he viso una vez estaba uno colgado y entonces había jengibre— en eso me interrumpen
—¡No!, ¡No queremos saber!— gritan, me suelto riendo
—Que bueno porque yo dije lo mismo me di la media vuelta y me fui del lugar— se sueltan riendo
—¿No viste a Matu hoy?— miro a Rebeca
—No Rebe, no está dormida— señalo su cama que tiene una cortina cerrada, me acerco y le hablo —Matu, Matu.
Como no obtengo respuesta abro un poco la cortina y la veo sudando a la vez un poco pálida
—Chicas creo que Matu está enferma.
Abro la cortina completa y me subo en minutos, las chicas se acercan, yo toco su frente y está hirviendo, mierda, mierda.
—Está demasiado caliente— Rebeca alza la mano y la toca
—Es cierto, ¿qué hacemos?.
Lucia regresa con un balde de agua y una toalla pequeña
—Primero a que bajarle la temperatura, pero tenemos que bajarla— ella me mira, sabe que puedo levantarla con mi cualidad
—Rebeca toma mi tarjeta y compra un termómetro, suero y medicamentos para la fiebre— Rebeca corre a mi bolso y saca mi tarjeta
—Ahorita regreso.
Abre la puerta y prácticamente corre cuando se cierra Lucia me mira nuevamente
—¿No puedes curarla o bajarla?— la miro
—Nunca e intentando curar alguien de una enfermedad solo herida, pongamos el colchón y la bajo antes de que se despierte o llegue Rebeca.
Me bajo rápidamente y le ayudo a Lucia a inflar el colchón, ponerle sabanas.
—Ok al bajarla la suspenderé en el aire, pero tú me ayudarás guiando su cuerpo ok.
Lucia asiente, lanzo miles de luces y se sitúan levantando a Matu con cuidado mientras ella se encuentra flotando, la voy bajando y Lucia la guía
—Listo Lilith libérala— me dice
Todas las luces desaparecen, me bajo de la cama mientras que Lucia pone la toalla sobre su frente para bajarle la temperatura, yo pongo una sabana para cubrirla, cuando llega Rebeca con las cosas le tomamos la temperatura
—Tiene 38,7 de temperatura— me enseñan el termómetro
—A que darle el medicamento.
Rebeca se para y como podemos se lo damos, así pasamos toda la noche cuidándola, rotándonos cada cierto tiempo, quedándonos dormidas al su alrededor.
Cuando despierto miro la hora y son las 6 de la mañana tomo el termómetro y le tomo la temperatura, 36, 3 al fin le bajo la temperatura.
—No sé que me pasaría si te pasa algo— le susurro —Si supieras…
La arropo con cuidado, después de eso me cambio rápidamente, agarro mi tarjeta y salgo a comprar 4 desayunos y café, cuando llego con las cosas las encuentro despiertas.
—Buenos días, supuse que necesitaríamos café y para Matu un chocolate, traje donas, así como comida.
Pongo la comida en la mesa y les entrego el café así como el chocolate
—¿Te sientes mejor?— le pregunto
—Si gracias, en serio, gracias por cuidarme— le da un trago al chocolate
—Nos diste un susto muy fuerte Matu.
Pone su mirada triste ante las palabras de Rebeca, sí que no los dio.
—Lo bueno es que mejoraste Matu, ¿tienes fuerzas para levantarte y comer algo?— le pregunta Lucia y todas las miramos
—Creo que si— Se levanta y se tambalea un poco, pero rápidamente le ayuda Rebeca a estabilizarse
—Chicas fui al Carl´s Jr. a Matu le compré LOW CARB CHICKEN CLUB ya saben por el filete de pollo y la lechuga junto a una loncha de queso suizo, bacon, mayonesa y tomate algo saludable— se sueltan riendo
—Dime que me compraste la the big Carl— antes que le conteste a Lucia Rebeca me interrumpe
—Y a mí una doublé western bacon cheese burger— les sonrió
—Si y papas— se sientan y cada una abre sus comidas
—Sabes que esto no cuenta como desayuno es más bien una comida o cena— me suelto riendo
—No me digas Rebe que no se antoja, traje donas también— muevo la caja al medio de la mesa,
—Vamos, sabemos que Lilith tiene razón, yo que estuve dormida toda la noche se me antojaba esto— me defiende Matu.
Terminamos de comer y pasamos el día descansando.