Amber Boh. —Estoy perdida, amiga —me tiro de espaldas a la cama y suspiro profundamente. —No sé por qué te hice caso, esto es una locura. Vivi, también acostada en la cama, me mira con una mueca chistosa en la cara. —No pensé que me fueras a hacer caso. Sé que estas algo loca, pero creí que al menos lo pensarías, más teniendo en cuenta lo cascarrabias que ese man. Ríe, y la odio por eso. Si ella no me hubiera insistido tanto con darle mi numero al “Señor perfecto”, no lo hubiese hecho, ¿para qué? aquí todos sabemos que no me va a llamar. —No te va a llamar —intercede Maxi desde el sofá confirmando mis pensamientos —Si se nota lo arrogante que es, es más, podría jurar que lo tiró en algún basurero apenas salió de la cafetería. Y agradece si no lo escupió y pisoteó antes. Lo peor es q