bc

Doctora Sonrisa

book_age16+
8.1K
FOLLOW
69.8K
READ
billionaire
opposites attract
second chance
sensitive
brave
dare to love and hate
doctor
bxg
illness
lonely
like
intro-logo
Blurb

Mark Wilson está entre la espada y la pared.

Su hija de apenas 4 años de edad sufre de un tumor maligno en la cabeza y desea salvarla a toda costa, pero su ego se convierte en su mayor enemigo.

Quince años de experiencia como el Empresario Hotelero más exitoso de toda América, no lo prepararon en absoluto para los 3 meses más agotadores y decisivos de su vida.

¿Qué pasa cuando te resistes a confiar en la única persona capaz de dar un poco de luz a tu oscura y monótona vida? Pues… todo se vuelve un caos.

Con Amber Boh, más conocida como La Doctora Sonrisa, este caos adquiere proporciones inimaginables, convirtiendo la estructurada y perfecta vida del Empresario en vivencias más coloridas y movidas, que él se niega rotundamente a aceptar.

Es así como ambos se dan cuenta que no pueden lidiar el uno con el otro; son exactamente como el agua y el aceite, como el día y la noche, como el verano y el invierno, pero conscientes de que están obligados a convivir por un bien común porque el tiempo se agota rápidamente.

A veces solo nos hace falta un ramalazo de locura para cambiar el rumbo de nuestras vidas.

¿Qué tanto cambiará Amber la vida de Mark o de lo contrario éste la arrastrará al suyo?

Nada está dicho hasta que… se dice.

chap-preview
Free preview
Capitulo 1
Amber Boh Esto se siente de maravilla. Inhalo profundamente un par de veces y el aroma a playa y arena mojada inunda mis fosas nasales mientras doy un sorbo largo a mi piña colada y observo el mar desde el camastro donde estoy tumbada. Mi piel está muy dorada, resaltando aún más mi cabellera rubia y mis ojos verdes. Por fin puedo entrenar mi triquini azul con motas fucsias que Vivi me había regalado en mi cumpleaños hace 2 meses. Hasta ahora no puedo creer que me hayan dado las vacaciones que tantas veces he pedido… ¡Ya los merecía! Si mi madre me viera en estas fachas frente a tantos hombres guapos, corpulentos y sexys, definitivamente me castigaría por el resto de mi vida. Miro alrededor y la luz mortecina del atardecer calma mi alborotada cabeza, aunque rodeada de tantos dioses griegos es imposible estar en calma. No soy de piedra ni mucho menos, más bien parezco de azúcar, porque me derrito ante tanta presión. —Mmmm —gimoteo saboreando mi bebida que está helada tal como me gusta, pero en realidad miro al hombretote parado de espaldas a mí con su short verde flúor mojado que me ofrece una vista general de absolutamente toda su esculpida figura. —¡Wow, simplemente delicioso! El tostado espécimen voltea cuando me escucha y me guiña un ojo antes de dedicarme una sonrisa matadora. «¡Me derrito, nuevamente!» Uff, creo que viene hacia mi… «Mierda, mierda, mierda» (...) —¡Amber! Mi niña, despierta, se te hace tarde para ir al hospital. El grito agudo de mi madre retumba fuerte en mis oídos provocando que abra los ojos bruscamente y me siente en la cama, adormilada y aturdida. Por sus gritos, más la forma impetuosa que golpea mi puerta como intentando derribarla a toda costa, de seguro algún vecino ya debe haber llamado a la policía por el escándalo que está armando en plena madrugada. —¡Ya voy! Mi respuesta es de mala gana, francamente no sé por qué debo levantarme a esta hora si no necesito ese sueldo tan miserable que gano allí, y molesta, me tiro boca abajo nuevamente. Solo necesito unos 10 minutitos más para probar los besos de ese guapo. —¡Levántate ahora mismo, Amber Boh! Sabes bien de tus obligaciones, esto no fue lo que acordamos anoche. Bien, bien, aquí vamos de nuevo, siempre destruyendo mis sueños, hermosos y candentes sueños ¿Por qué me tocó una mamá tan cruel? «¡Quiero estar en la playaaaa!» emito un grito mental al recordar mi triste realidad. La mamá buena y cariñosa ha abandonado esta humilde morada para convertirse en mi ogresa personal. Ya era muy bueno para ser real, otro admirador que pierdo por culpa suya. —Ya voy, mami —resoplo mientras me levanto nuevamente he intento despabilarme despeinando mi cabello rubio con ambas manos. Fue una muy mala idea ir a esa despedida anoche, más cuando me toca hacer guardia de 24hs en el hospital, pero ni loca pienso darle la razón, antes muerta que rendida. —Ni divirias ir, tinies qui tribijir miñini—imito la frase de mi mamá haciendo muecas sin sentido al momento en que me pongo de pie, pero el karma me cobra factura rápidamente, y en cuanto doy unos pasos fuera de la cama, tropiezo con un zapato y caigo de bruces contra el piso de mi habitación golpeando mi nariz. —¡Te estoy escuchando, niña! ¡No seas grosera con tu madre! «¡Mierda! ¿Tiene poderes telepáticos o qué? ¿Por qué diosito no me dio una mamá normal?» refunfuño sobando mi nariz que me duele horrores. —¡¿Quién dejó este estúpido zapato aquí?! —pregunto molesta frente al espejo, mirando el moretón enorme que se forma de inmediato. —Es tuyo, hermanita —Tiago, mi hermano mayor entra en mi habitación solo con el bóxer puesto, el cabello revuelto y su cara de desvelo. —Que yo sepa tu eres la única que usa zapatos de tacón aquí, bueno, cuando intentas verte femenina por unos minutos. Empieza a burlarse con ganas antes de tomarme por la cintura y dar vueltas conmigo como un verdadero demente. Bueno, ambos lo somos, pero aquí estoy hablando de él, no de mí. —¡Tiago, suéltame! ¡Estás asqueroso, no te has bañado! —intento alejarlo, pero fallo en el intento, como siempre. Me aprieta más fuerte contra su pecho rozando su cara sudada en mi cuello una y otra vez hasta dejar impregnado su olor en esa parte. Mis gritos de desesperación más sus risas, llenan la habitación. Si, ya lo sé, estamos locos, pero en nuestra defensa, así nacimos. —Acepta que me amas y te dejaré ir —dice aumentando la presión de sus brazos en mi cintura. —Di que soy el único hombre de tu vida, que tu corazón es mío y solamente mío, o nos quedaremos así para siempre. —¡No! —respondo ya mareada. Más risas y gritos se oyen después de mi negativa. Este juego es usual entre los dos, desde niños somos muy apegados; tal vez porque solo llevamos un año de diferencia o porque en el pueblo donde vivíamos solo nos teníamos el uno al otro hasta que nos mudamos aquí y empezamos a conocer más gente y hacer más amigos. Me pregunto, ¿qué será de mi vida sin este grandulón? ¿Qué pasará cuando él se case con su novia y vayan a vivir a su propia casa y tengan sus propios hijos? Supongo que tendré que acostumbrarme a que todo esté ordenado, tranquilo y en silencio como debe estar un hogar normal. Podré dormir tranquila sin que nadie me moleste, no veré a un hermano desnudo caminando por la casa, ni tropezaré con zapatos y ropas tirados en el piso cuando me levante para ir a trabajar… —¡Oye! Esta es tu habitación, no la mía —me enfrenta. «Confirmado: todos son telepáticos en esta casa, menos yo» molesta, pienso. —No lo pensaste, tontita, lo dijiste en voz alta. Mi habitación está más ordenada que la tuya, para que lo sepas. Me quedo allí mirando su ceja arqueada y su sonrisa lobuna esperando que le conteste, pero no lo haré, porque tiene razón. El desquiciado de mi hermano por primera vez tiene razón. Aun me sigo preguntando como alguien como Vivi pudo fijarse en él. Definitivamente necesita lentes o muchas terapias psicológicas para soportarlo. Suspiro y niego con la cabeza antes de bajarme de sus brazos. Me da un beso sonoro antes de salir de mi habitación y yo me dirijo a la ducha. —Debo apurarme, o mamá me castigará de nuevo —digo entre risitas recordando lo sobreprotectora que puede llegar a ser con nosotros. O sea, tengo 27 años, ya podría decidir por mí misma sobre si salir con amigos o no, trasnochar, pasar la noche fuera de casa, divertirme, pero nada de eso es negociable con ella, al menos no cuando viva bajo su techo y sea ella quien me prepare el desayuno, y me arregle este tiradero, y me despierte en las mañanas, y… «Amber, enfócate, o llegaremos tarde de nuevo» hasta mi mente está en contra mía. Después de una corta pero relajante ducha, me visto en un jean blanco sencillo, una blusa fresca color verde aguamarina con estampado de girasoles, mis zapatillas deportivas blancas, hago un rodete sencillo con mi cabello mojado e intento ocultar mi moretón con una vendita, coloco mis lentes y ¡Lista! Guardo mi uniforme en mi bolso y todo lo necesario para mi guardia y ya estoy preparada para enfrentar un nuevo día. —Buenos días, mami —deposito un largo beso en su cachete cuando bajo al comedor. El olor a huevos revueltos con panceta me cambia el humor por completo. Ella sí tiene la fórmula perfecta para hacerme sentir bien. —Siéntate y desayuna, tienes pocos minutos antes de que el autobús del hospital pase. Hago lo que me dice, de todos modos, no tengo ganas de replicar; el hoyo n***o en mi estómago me exige atención inmediata y sus huevos con pan tostado son la combinación exacta para hacerlo. —¿Cómo estuvo la fiesta anoche? —pregunta sentándose a mi lado con su taza de café n***o. —Todos los vecinos no hacen más que hablar del despilfarro que hubo por parte de los padres del novio. —Estuvo interesante y movido. Mi respuesta es sencilla, aunque sé que intenta hacerme plática para saber si Thomas y su nueva novia estaban en la fiesta. —¿Y cómo te sentiste? ¿No pasó algo que me quieras contar? Niego con la cabeza. No quiero empezar el día amargándome por lo que ese innombrable hizo para hacerme sentir mal, desde el mismo momento en que lo encontré con aquella mujer, juré que no volvería a sufrir por algún hombre, menos por alguien que no lo merece en absoluto. No puedo negar que me dolió verlo tan íntimo con la peli teñida esa, pero sobreviviré, lo he hecho todos estos meses, es solo un mal recuerdo que se irá cuando encuentre el verdadero amor. En pocos minutos llega el móvil y para hacer más ameno mi viaje, coloco mis audífonos y escucho a Romeo Santos, no me pregunten por qué, solo sé que me encanta escuchar sus canciones. Aspiro una cantidad de veces para tomar todas las fuerzas necesarias para lo que me espera en el hospital. Soy médico pediatra en el área de oncología desde hace 3años; desde que me especialicé y recibí mi título, no he hecho otra cosa que dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a esos pequeños, igual que mi padre lo hacía en el pasado antes de fallecer. Todo mi amor hacia la profesión lo he aprendido de él, así como las ganas de encontrar una luz de esperanza para los familiares de aquellos pequeños pacientes que sufren tanto o más que ellos. Muchos de los colegas hacen el mismo viaje, y siempre que nos toca guardia de fines de semana sabemos que el trabajo será demandante y sobretodo agotador, por eso optamos por el viaje de ida y vuelta. —¿Y qué cuentas, doctora sonrisa? —Maxi, uno de los enfermeros se sienta a mi lado. Chocamos los puños a modo de saludo antes de empezar a platicar. Los demás pasan a mi lado y nos saludamos del mismo modo. —¿Cómo estuvo la fiesta de despedida de solteros del ricachón? Escuché que fue un éxito full, con toda la banda sonora y otros artistas ¡Lástima que no pude asistir! —Estuvo bueno —respondo haciendo muecas de “no era para tanto” —Para mi gusto fue mucho despilfarro, pero cada quien festeja como quiere, especialmente cuando está a días de echarse la soga al cuello. Luego nos matamos de risas contándonos algunas anécdotas durante lo que falta del trayecto. Maxi es uno de mis mejores amigos, igual que Vivi, que aparte de ser la novia de mi hermano, fue mi compañera en la universidad donde nos conocimos y ahora ambas trabajamos en el mismo hospital en la misma área. Aunque todos los que trabajamos en este hospital somos de clase media y nos apoyamos en todo, sabemos que los que acuden allí son en su mayoría pacientes de recursos superiores al resto de la población normal y eso en muchas ocasiones resulta ser contraproducente, por la prepotencia y arrogancia con el que muchos nos tratan. Mi padre me ha inculcado que no hay mejor remedio para un cuerpo enfermo y un alma atormentada que una sonrisa sincera, y eso me mantiene en pie, con la frente en alto, buscando dar lo mejor de mí a quienes lo necesitan.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Navidad con mi ex

read
10.4K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
62.5K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
91.4K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
189.3K
bc

Bajo acuerdo

read
26.0K
bc

Tras Mi Divorcio

read
533.5K
bc

Yo, no soy él

read
90.9K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook