Capitulo 6

1184 Words
Amber Boh. No necesito mucho para caer rendida en mi cama apenas llego a casa. Escucho que la puerta se abre, pero mis ojos pesan y mi cerebro ya entra en estado de reposo. La cama se hunde a mi lado y gruño en respuesta, sé que es el bobo de mi hermano porque su olor es único. Nuevamente esta sudado, sin bañarse luego de volver de su trabajo. Pronto un beso sonoro se oye en mi cachete, y luego otro y otro y un apretujón que me saca el aliento. —Estoy muy cansada —susurro, pero conociendo a Tiago, no me va a dejar hasta que le haga caso. —Mami preparó un baño tibio para ti antes de ir al supermercado —dice poniendo su cara en mi cuello. —Hoy Vivi y yo queremos desayunar contigo. —No me quiero bañar, tampoco desayunar, solo quiero dormir —me quejo acomodándome en su pecho como una niña chiquita, pero ya mi hermano testarudo me estira y me obliga a levantarme. —Tenemos una noticia que darte, así que apúrate. Lo maldigo mentalmente cuando sale de mi habitación y nuevamente me tiro a la cama, pero esta vez con los ojos abiertos mirando el techo, pensando. Miro el reloj de pared y son poco más de las 7:40hs, estoy agotada, fueron las 24hs más intensas de mi vida, no tuve tiempo ni de alimentarme correctamente, pero estoy viva y de cierto modo ansiosa. Los recuerdos de todo lo vivido con mi señor perfecto y su hija se resuelven en mi mente. Me desconozco a mí misma, esto no me había pasado antes, pero algo se movió dentro de mí al conocerlos, por alguna razón siento la necesidad de ayudarlos, a pesar de que el señor no finge para nada su descontento conmigo. Exhalo bruscamente tocando mi nariz lastimada, aun duele, es más todo mi cuerpo me duele, pero eso parece ser el menor de mis problemas ahora mismo. «No debí trasnochar» pienso recordando la fiesta de la noche anterior y caminando como zombi recién convertido hacia el baño. Después de un baño largo, me pongo un piyama liviano y bajo con los pies descalzos hasta el comedor. El piso parquet recién encerado cruje ante mis pies y el aroma a chocolate recién hecho me hace babear. La casa es demasiado grande y silenciosa cuando mi mamá no está, pero siempre se asegura de dejar mucha comida a sus chanchitos llamados hijos. Las risitas en la cocina me indican que mi hermano y mi amiga están allí. —¡Guáchala! — exclamo cuando los encuentro besándose encima de la mesada como si no hubiera un mañana. —¡Qué asquerosos! ¿No hay habitaciones en esta casa? No quiero sus fluidos en mi comida. Doña Rosa, ríe, y yo la acompaño, pero para mi hermano no es muy chistoso. —¿Cómo estuvo tu guardia amiga? —Vivi me pasa mi súper taza de chocolate con muchos masmelos y chispas de chocolate blanco. —Estuvo bien —respondo tomando mi bebida favorita. Un solo sorbo me hace gemir. Está perfecta, calentita, cremosa, muy dulce; el único tipo de orgasmo que puedo tener. Me lamo los labios con ganas, disfrutando al máximo. —Porque no tienes novio —mi hermano me saca de mi transe. «Maldito, no tienes que recordármelo» pienso. —Estoy bien así —me encojo de hombros. —Nadie me molesta, hago lo que quiero. El amor es lo más estresante del mundo. Me niego a volver a enamorarme, no, no y no. Sola estoy mejor. —Esperemos que no llegue alguien inesperado y te mueva el piso y te haga tragar tus palabras —ambos ríen cuando mi amiga me da un golpe bajo verbal —No quiero verte en mi boda intercambiando saliva con alguien. —Ja ja ja —rio sarcástica. —Muy chisto… «Esperen un rato… ¿dijo… boda?» me levanto bruscamente. Literalmente estoy hiperventilando, ¿Cómo que boda? ¿Cuál boda? —Nos vamos a casar —tira mi hermano de pronto y juro que empiezo a toser como loca desquiciada. «¿Qué mierda acaba de decir?» —Dentro de un mes —completa emocionada mi ex mejor amiga, mirando a mi ex mejor hermano. Los odio. —¿Por qué tan pronto? —intento sonar normal, pero es imposible, o sea nunca, no puedo. —Estamos embarazados, amiga, de tres meses, tu hermano y yo vamos a tener un bebé, vas a ser tía. «Oh Mi Dios» ahora si veo todo n***o y me desmayo. —¿Un bebé? ¿Cómo? O sea, sí sé cómo, pero, ¿Por qué no me lo dijeron antes? ¿No soy importante para ustedes? ¿Por qué soy la última en saberlo? No quiero perderlos, me quedaré sola y… y… La doctora dramática fluye lentamente. Ambos se levantan y me abrazan, saben que los amo, a los dos, pero también los quiero para mí, si se casan, se irán y si tienen un bebé yo ya no seré la pequeña de Tiago. —Siempre serás mi hermana favorita —dice entre risas mi ex hermano. ¡Claro soy la única! —Y no te dejaremos sola, estaremos aquí mientras nuestra casa está lista. Ve el lado positivo, ahora seremos más en esta casa tan grande, además un niño jugando y correteando por aquí nos animará a todos. Mi amiga asiente acariciando mi cabello —¿No te imaginas a un pequeño rubio corriendo a recibirte cuando llegas del hospital? ¿Qué te llame tía Amber y juegue con tus osos? «¡Ay no, eso sí que no! ¡Mis osos, no!» me alejo bruscamente de ellos como si estuvieran contagiados de una enfermedad mortal. Con mis osos de peluche nadie se mete y menos un escuincle recién llegado. —Disculpa por no haberte contado antes, hermana, pero no estábamos seguros de la fecha y preferimos tenerlo todo listo antes de anunciártelo. Mi ex hermano me abraza, aunque le correspondo y me acuno en su pecho como si me estuviera aferrando a la vida, no puedo olvidar su traición. —Ayer dijiste que ya no me querías aquí —levanta mi rostro con sus dedos para fijar nuestras miradas. —Lo recuerdo bien. Hasta mencionaste que la casa estaría más tranquila sin mí. «¿Yo dije eso? No lo recuerdo» me encojo de hombros. —No dije eso, ¿Ok? Quizás lo entendiste mal. Me alejo nuevamente y tomo mi taza para sentarme. Ahora que miro a mi amiga me doy cuenta que efectivamente se ve más llenita y la panza le salta. ¿Cómo no pude darme cuenta antes? Soy una doctora. Ambos se abrazan y se besan con tanta ternura que creo que lloverá piruletas de corazones en cualquier momento. Se aman, de eso no hay duda y los envidio. ¿Será que el amor no se hizo para mí? ¿Será que el destino tiene planeado algún tipo de amor igual a los de las telenovelas mexicanas o definitivamente moriré solterona? En fin…
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