—¿Cómo llevas la situación con tus hermanos? —Pregunta ahora el chico de ojos azules, queriendo llevar el tema hacia otra cosa que no fuera él, mientras toma un sorbo de la botella de agua en estos momentos, Rossy en su lugar suspira, le duele un poco la cabeza cada que piensa en lo que desean hacer sus hermanos, en especial Alessandro.
—Siguen con la idea de querer casarme, no entiendo que les pasa, pareciera que quieren dirigir mi vida, otras veces se ponen como locos, quiero decir, ¿Acaso creen que dejare que esto ocurra? No sé cuánto tiempo más tendré que aparentar ser una niña mimada, padre dice que esto es bueno, ellos no sospechan nada de nada. —Rossy se encoje de hombros, Axel ha soltado una pequeña risa, mientras que ella lo mira con una mueca. —¿Qué? Te apuesto que no aguantarías un solo día en mis zapatos. —Le dice ella mientras también toma un sorbo de su botella de agua, ahora mismo, solo desea que sus hermanos dejen de ser un poco escandalosos, para colmo, ni su padre Frederick ni su madre Viena estaban ahí para mantener a raya a los 8 hermanos que tiene Rossy. día en mis zapatos. —Le dice ella.
—No deseo estar en tu lugar, princesa italiana, ya tengo mucho con que lidiar actualmente. —Responde Axel sin dejar de mirar a Rossy a su lado. —Si tuviera una hermana menor…Creo que también actuaria de la misma manera, es solo que ellos son muchos, con opiniones e ideas diferentes, todos parecen querer hacer un gran problema de todo esto. —Axel se encoje de hombros, claramente él tenía un punto de vista diferente, hasta el momento, era hijo único y no parece que su padre quiera darle un hermano o hermana, por ahora, claro.
—Ellos te estarán observando durante un tiempo, creen que eres mi novio o algo así. —La idea le da escalofríos, ambos eran jóvenes, pero, no se veían como nada más que amigos. —Juro que si sugieren que me case contigo cuando seamos mayores, explotare. —Gruñe Rossy en su lugar, Axel la mira divertida.
—Podría ser peor, seguro querrán casarte con uno de los gemelos o peor…Con Fausto Abbey. —Rossy hace una mueca de asco al mismo tiempo que los escalofríos de terror la invaden por la imagen que ha dicho Axel, Fausto Abbey era completamente arrogante y no cree que ellos se lleven bien, ni ahora, ni nunca. —Si yo fuera tu esposo, no trataría de controlar tu vida, jamás, eres demasiado ruda para ser una chica. —Suelta Axel sin pensar, cosa que casi nunca ocurría, ya que, él pensaba mucho en sus palabras, solo que con Rossy, esto no sucedía, su lado oculto aparecía y entonces, no había nada más que hacer.
—No esperes que sea una esposa encantadora y dócil, mi futuro debe ser distinto a lo que quiere Alessandro, debo ser más que una princesa, deseo ser la reina. —Los bellos ojos de Rossy parecen brillar de manera soñadora, cosa que nunca tenía la costumbre de suceder, para Axel, era algo nuevo que, esperaba siempre ver, él también se aseguraría de desear que su mejor amiga fuera algún día, la dueña de su propio destino, el suyo por lo contrario estaba escrito, al cumplir los 30 años, seria jefe de la casa Kahler y líder de la mafia alemana, no habían hermanos que lo protegieran o lo cuidaran, ni nadie que deseara tomar su lugar con el fin de que él pudiera tener una vida normal de un joven adolescente.
De alguna manera, sentía un poco de celos de Rossy, ella tenía hermanos que la cuidaban, pero, que también la subestimaban por ser mujer.
—Sigues siendo encantadora, aunque trates de ocultarlo, está en tu naturaleza. —Murmura Axel hacia su mejor amiga, quien rueda los ojos. —Tengamos un combate cuerpo a cuerpo, seguro que, no te molestara ya que tienes energía aun, ¿No es así, princesa italiana? —Rossy levanta una ceja y tanto como puede, se levanta, en guardia hacia Axel.
—Puedes tomarlo como un sí, mocoso. —Axel niega con la cabeza, y también se pone en posición de guardia, ella solo necesitaba derrumbarlo, cuando el joven heredero de la mafia alemana salta con intención de derribarla, Rossy logra tomar su brazo y con esto tomar el impulso necesario para tumbarlo, Axel parpadea, su amiga ya ha ganado. —Listo, ahora podemos tomar un baño y comer deliciosa fruta. —Sonríe ella, quien había quedado arriba, Rossy se encuentra mirando a Axel desde abajo, arrodillada en una sola rodilla, pero luego, solo se sienta, mientras que Axel ha decido quedarse en el frio suelo de la sala.
—Diría que hiciste trampa, pero, no ha pasado eso, felicidades. —Rossy niega con la cabeza, y por alguna extraña razón, su mano se mueve sola hacia el rostro de su mejor amigo, ¿Axel siempre ha tenido aquellos hermosos ojos azules? Los mismo parecen tan profundos, como un abismo sin fin, por el lado de Axel, siempre supo que los encantadores ojos de su mejor amiga serian la perdición de cualquiera que siquiera se atreva a subestimarla, pero ahora, al sentir su suave mano sobre su rostro, no puede evitar posar su mirada en los labios de ella.
Ellos guardan silencio, estando solos en la sala de entrenamiento forrada con paredes de espejos, ambos se observan con atención, y estando en aquella situación, se van acercando lentamente, sin prisas, se toman su tiempo, y antes de que se dieran cuenta, sus labios chocan, la sensación sin duda es extraña, pero, continuaron una vez más, no tenía nada de raro, ellos eran mejores amigos, y los mejores amigos aprendían cosas nuevas juntos, entonces, estaba bien. ¿No?
Ese día, en la sala de entrenamientos justo cuando el sol descendía para ocultarse, Rossy, única hija de la casa Felicce y Axel, futuro jefe de la casa Kahler y la mafia alemana, dieron su primer beso a la curiosa edad de 13 años, como los mejores amigos que son, esto sería un secreto que solo ellos, podrían conocer.