Tal cual ha prometido Frederick, Rossy crecía cada año, tras año, cada vez más y más, y mientras lo hacía, el jefe de la mafia italiana podía ver con claridad, como su dulce niña tenía un fuerte carácter, aprendía rápido en todas sus clases y mejoraba en sí, sabe bien que, su hija no es débil, lo sabe porque sabe reconocer este don en las personas. Rossy crece y tanto como lo hace sus facciones van cambiando, y es que ha heredado el cabello de su madre, el cual es un tono precioso, rojizo, sin embargo, su hija también, pero con la diferencia que este era tan rojo como la sangre, su piel tan pálida y ojos color verde esmeralda —herencia de Frederick— Su hija crece en habilidades, fuerza y belleza. Siendo un misterio para el mundo, la constante mención de la última y única hija de Frederick Felicce, era imposible no querer descubrir aquella belleza y carácter tan digno de los Felicce, pero claro, el jefe de la mafia italiana tenía que ser cuidadoso, no todos eran sus amigos, los enemigos los rodeaban, ellos no sabían que, el punto débil del jefe, era su hija.
En la actualidad, Frederick se encargó de recopilar nueva información sobre sus socios, debe hacer esto, sabe que ellos también lo hacen, después de todo, ¿Había alguna mejor manera de conocer bien a tus aliados aparte de estudiarlos con mucha meticulosidad?
Johann Kahler: El jefe de la mafia alemana paso por la viudes, en una noche sin que nadie se diera cuenta, el enemigo principal de la casa Kahler ataco llevándose consigo a la esposa de Johann, sobre todo, dejando al hijo del jefe de la mafia sin su madre, el hijo de Johann tomara el lugar de su padre algún día, como jefe de la casa Kahler. Unos años más tarde, el jefe de la mafia alemana volvió a casarse, se le nota más vivo, pero, sigue manteniendo aquel característico color blanco en sus trajes.
Benjamín Abbey: El jefe de la casa Abbey actualmente se encuentra nuevamente casado con una mujer más joven, la cual no para de decir que debe darle a su esposo una basta descendencia. Actualmente teniendo 4 hijos, dos hombres y dos mujeres, el mayor de todos será algún día, la cara de la familia Abbey, de lo contrario, su hermano y segundo, tomaría este lugar.
Dimitri Novicokv: El jefe de la mafia rusa, espero la llegada de sus hijos, los cuales llegaron en un solo par de gemelos, los cuales hasta el momento no han tomado la decisión de quien sería el jefe de la mafia rusa, hay mucha unidad en los hermanos, Dimitri no planea elegir a alguno de ellos como su sucesor, será algo que tendrán que decidir los gemelos por su cuenta.
Por el momento, esta era toda la información que poseía, junto con la anterior, de hace tantos años atrás.
Mediante los años fueron pasando, Rossy se dio cuenta de la existencia de más personas en su hogar, su madre le hizo saber que tenía hermanos, muchos hermanos, los cuales, estaban encargados de cuidarla y protegerla, sobre todo, de amarla, los Felicce debían ser unidos, y si había algo que podría destruir a las familias era el desacuerdo, que lentamente, se albergaba en los corazones de todos, creando caos. Rossy supo también que, todos sus hermanos tenían un claro orden, el cual tuvo que aprender desde una edad muy temprana, no era nada fácil para una niña saber que ocho hermanos mayores se involucrarían en su vida, con tal de protegerlas.
Alessandro: Es el hermano mayor, el primer retoño de la familia Felicce, también, es quien heredaría el puesto de jefe de la mafia italiana, poseyendo un fuerte carácter y ruda personalidad, Alessandro es el que tiene la última palabra, después de su padre, paso años aprendiendo todo lo necesario para ser el jefe, una vez que el actual jefe deje este mundo, Alessandro se hará cargo de la familia, llevando a lo alto el apellido Felicce. En el instante que el mayor de los hermanos supo que el menor resulto ser una ella, no supo cómo reaccionar, él sabe que las mujeres son débiles por naturaleza, y esto, causaría problemas.
Francesco: El segundo y mano derecha de Alessandro, este es el que tiene un carácter más apacible, y razonable, muy pocas cosas podían alterarlo, y era quien siempre debía ser la voz de la razón, tenía que hacerse cargo de los menores, estar preparado para lo que sea, y si un día algo le sucedía a Alessandro, Francesco estaría ahí para suplirlo. Desde muy joven, el segundo hijo de la familia Felicce tuvo claro cuál era su lugar, a pesar de que su padre amaba a sus hijos de la misma manera, ser el segundo, era la marca en su vida, una que jamás lo abandonaría, siendo también el encargado de las finanzas y manejo de dinero de la mafia italiana, no solo ocupada el lugar de mano derecha. Cuando se enteró de la llegada de Rossy, sucedió algo increíble, su hermano, sonrió hacia la pequeña bebé que tenía en brazos, entonces, él juro protegerla, pase lo que pase.
Franco: Siendo el tercer hijo de la familia Felicce, es quien sigue ciegamente las ordenes de su hermano Alessandro y no se atreve a cuestionar en los absolutos sus palabras, haciendo lo mismo que su modelo a seguir desde muy jóvenes, Franco es quien se encarga de la seguridad en la familia, contratando y entrenando solo a los mejores en su trabajo. Sobre todo, es quien tiene la gran responsabilidad de llevar y transportar a su familia hacia cualquier lado, llevando el bien más preciado, es decir, su padre. Al igual que Alessandro, Franco piensa que una hermana, solo dará problemas.
Giovanni: Teniendo el puesto de cuarto lugar como hijo de los Felicce, tiene el deber de llevar a cabo las negociaciones de su padre y los socios de este, Giovanni es el más callado de los hermanos y el más observador también, no le importa quien tome el cargo como jefe de la mafia italiana, mientras él pueda encargarse de hacer diligentemente su trabajo, y si bien el cuarto de los hermanos no desea ver el mundo arder, quiere mantenerse alejado de este y no ser parte de los que arden por el peso de sus acciones. Al saber que tendría una hermana, no le molesto la idea, pero, es consciente de que, la educación era lo importante para una mujer de su familia, sabe que, no debe subestimar a aun libro por su portada.
Massimo: El quinto hijo de la familia Felicce es todo lo contrario a su hermano Giovanni, el trabajo sucio es su labor más importante, pues, se encarga de hacer recapacitar a las personas que no cumplen con su parte del trato, intimidación, y recapacitación, ese es el negocio del quinto hijo, quien posee una personalidad rebelde, pero no hacia los suyos, es bastante difícil hacerlo cambiar de idea una vez tiene una opinión negativa hacia algo, se deja guiar por las palabras del jefe y el futuro jefe. La noticia de una hermana fue algo que lo puso de mal humor, ya no podría maldecir y hacer lo que se le diera la gana, no la odiaba, pero, sentía que era una carga, aunque esta llevara su sangre.
Orlando: Es el más diplomático de todos sus hermanos, quien se encarga de los asuntos legales a tratar, residencia, propiedades, asuntos y vacíos legales. El sexto hijo de la familia Felicce estudio por muchos años estudio leyes, con el objetivo de defender a capa y espada todos los problemas de su familia. Orlando pasa mucho tiempo fuera, con su hermano mayor Massimo, asegurándose de que este haga su trabajo de manera cuidadosa, y que nadie los descubra. Su reacción ante una hermana menor fue llena de dicha y alegría, él esperaba que su pequeña hermana no se dejara llevar por la crítica hacia las damas, quería enseñarle sobre todas las cosas, que ella también era capaz de hacer grandes impactos no solo en el mundo, sino que también en su familia.
Piero: Siendo el séptimo hijo de la familia Felicce, Piero es el arquitecto de su familia, construyendo y edificando los lugares que pertenecerían a su familia, siendo también el encargado de poner las trampas meticulosamente ocultas para que ninguno de sus enemigos pudiera entrar con facilidad a la casa madre. No pierde el tiempo, siempre se encuentra ocupado, aunque claro, siempre tendrá tiempo para su familia, a pesar de que una niña está creciendo en su hogar, no le toma importancia o alguna relevancia.
Luciano: Era el más joven de todos los hermanos, perdió a su madre a una edad muy temprana, pero, afortunadamente Viena apareció para criarlo como si fuera su propio hijo, al ser el menor de todos los varones, no se le asignaba por el momento un lugar en la casa Felicce, por ahora, los deseos de Frederick para su hijo era que se concentrara en sus estudios, también, Luciano era quien se encargaba de hacer bajar la tensión entre los enfrentamientos de sus hermanos, lo cual era agotador, tanta testosterona junta solo significaba una cosa: peleas y más peleas. La noticia de que tendría una hermanita lo hizo muy feliz, tendría a alguien más joven al cual enseñar.
Aquella era la anotación que poseía Rossy sobre todos sus hermanos, siempre manteniéndose a una prudente distancia, ella solo quería observarlos y saber, cuáles eran los gustos, disgustos y puntos débiles de cada uno, ella jamás permitiría que la subestimaran, aunque claro, antes, debía mantener las apariencias de su realidad.
En el presente…
Actualmente, Rossy tiene 19 años, termina con sus tareas y decide bajar, y es que hay un gran escándalo en su hogar, nada fuera de lo común cuando tienes 8 hermanos varones que solo saben gritar e insultar si estas en desacuerdo con ellos. Sus hermanos aman a su única hermana y ella los ama, está de más decirlo, pero ella es la favorita, pase a que se crea que es solo una niña mimada, sus hermanos conocen a la chica únicamente hasta donde ella lo permite y si eso es lo que creen que es, es mejor que sigan en la ignorancia.
Rossy llega a la sala principal, nota de inmediato como sus hermanos discuten entre ellos, su padre está al final de la mesa en medio de todos, sentado mientras tiene sus manos enlazadas y con expresión de fastidio, los gritos no lo vuelven mejor. Todos se han dado cuenta de la presencia de la chica y deciden callar inmediatamente, en sus lugares desde el mayor hasta el último.
—Rossy, mi hermosa hija, por favor toma asiento a mi derecha. —Encantado con la presencia de su única hija, Frederick quiere que esté a su lado en esta reunión tan importante, Rossy hace caso a las palabras de su padre, quien, debe decir, ha pasado mucho tiempo siendo la cabeza de la familia Felicce.
—Pero padre, yo soy el mayor, mi lugar está a su derecha. — Alessandro es el primogénito de Frederick Felicce, el primero y único sucesor para ser el siguiente jefe de la casa Felice. Saber que su hermana menor, muy menor, estará en su lugar, hace que este apriete las manos hasta volverlas puños, se sabe que, el primer hijo no es conocido por su paciencia precisamente.
— Hoy quiero que mi hija esté a mi lado, ahora se un caballero, Alessandro y cede su lugar a tu hermana. —Inmediatamente este obedece —muy a la fuerza—, y es que, nunca le fascino tener una hermana sabiendo que sería la adoración de su padre, pero él era su primogénito y mano derecha en el mundo de la mafia, no tenía de qué preocuparse. ¿Verdad?
— Gracias, Alessandro, y buenos días a todos. — Tan encantadora como siempre sus hermanos medianamente sonríen ante el saludo, la chica toma lugar al lado de su padre quien no espera para besar su frente y acariciar su rojiza cabellera.—Ahora que todos están reunidos, quiero hablarles de algo importante, como saben cada día envejezco más, la casa Felicce necesita un nuevo jefe ya que me veo inútil para continuar con la tarea. —Pronto las palabras en reproche no se hacen esperar, y si bien era cierto que el jefe de la mafia italiana envejecía, decir esto en voz alta era un insulto.
— ¡Padre! ¿Cómo puede decir esas cosas? esta fuerte y sano como un toro. —Luciano el último de los varones es quien dice esto, y los demás le dan toda la razón, en cambio, Frederick levanta las manos, queriendo algo de paz en la mesa.
—Yo sé que estoy viejo, hijos míos, claro que lo sé…Pero no estoy aquí para hablar de mí. —El silencio se propaga por todo el comedor, en donde toda la familia Felicce se encuentra presente. —He pensado por aproximadamente 19 años esto, y finalmente, he decido quien tomara mi lugar como jefe de la casa Felicce, después de que yo muera. —Todos los hijos de Frederick lo observan aun en silencio, no saben que decir o hacer.
—¿Padre? ¿Qué es lo que quieres decir con todo esto? —Alessandro es quien rompe el silencio, quizás su padre se encuentra delirando, ¿Qué ha decidido el lugar de su sucesor? ¿No se suponía que él era el que debería tener ese lugar? Después de todo, Alessandro es el mayor de todos.
—Quiero decir, que, mi querida Rossy, ella tomara el lugar como jefa de la casa Felicce, y jefa de la mafia italiana. —Frederick apunta hacia su hija, quien le mira con una clara expresión de impacto, sorpresa, no sabe que decir, pero sus labios se abren dejándola sin habla.