El mismo día Veliko, Bulgaria Castillo Tarnovo Tepes La ayuda inesperada de Aytos era solo una pieza más en el juego en que estaba sumergido, porque el hecho de emboscar a la Zarina para ser recibido no significaba que accedería a honrar el pacto, lo había demostrado con sus actos. Ante todo, mi preocupación latente era conocer los detalles de su viaje, ¿Consiguió algún aliado para socavar mis planes? ¿Se desataría la guerra entre nosotros? ¿Buscaría negociar sin llegar al matrimonio? O en el mejor de los casos podrían concebir la idea de nuestra unión, pero no tenía certezas de nada, sino un sinnúmero de especulaciones caminando entre las sombras de la incertidumbre, pues por lo poco que dejó entrever Aytos, la muchacha era terca, obstinada y rebelde, más que todo tenía una manía de d