La misma noche Palacio San Petersburgo, Rusia Anastasia Dicen que la prudencia es un don, una cualidad que pocos poseen, pero ante todo es necesaria en nuestra vida para protegernos del peligro, es como llevar una armadura ante una amenaza en un entorno desconocido. No puedes ni debes ser impulsivo, o puedes vivir una situación peculiar y arriesgada. Sin embargo, al corazón no puedes ponerle candado ni encerrarlo en una jaula; es independiente y bastante terco, siendo quien gobierna nuestros actos, nos arrastra como la corriente de un río hacia lo desconocido. En lo personal, nunca me encontré en una situación tan extraña y debo confesar que las miradas profundas de Radu me descolocaron, pero ese fue solo el inicio de un calvario. No podía dejarme arrastrar por mi curiosidad ni por m