—Señor Mckenzie, hasta donde a mí me consta, estamos separados, aún casados, pero separados.—aquello fue un puñal por la espalda, dejándome agonizante, aún cuando lo esperaba.—Me gusta mi apellido, úselo por favor al dirigirse a mi. Temo que aunque regrese para hacer este proyecto con mi antiguo equipo, han pasado meses desde que no trabajamos juntos y podríamos no tener una buena coordinación. Insisto, déjenos hacer los cambios que usted sugiera, dele otra oportunidad a mi equipo, son personas competentes, tal vez solo no captamos lo que usted quería, pero si nos aporta algunas de las ideas que tenga en la empresa, a lo mejor saber un poco mas de ella, podríamos hacer y dar nuestro mejor esfuerzo. —¿Te niegas a trabajar con el equipo que antes tenías y que por lógica está más especializa