Caminé por los pasillos de la empresa con mis manos en los bolsillos, era la presentación de la propuesta de publicidad para el nuevo proyecto. Esto solo traía a mi mente a una sola persona. Valeria. Ella era la mejor en eso. Y se notaba su ausencia en el puesto. Darío estaba raro, llevaba raro unas semanas, había evitado que yo viniera a visitar la empresa, dándome excusas muy baratas, poco creíbles y demasiado cuestionables, pero al fin yo estaba aquí. Me paseé por todos los pasillos, era un lugar tranquilo, agradable y silencioso, no se escuchaban los murmullos de los demás empleados y los pasillos estaban sin una sola alma. —Adrien.—la voz de Darío sonó detrás de mí. Sus pasos se escucharon en todo el lugar hasta alcanzarme.—¿Ya, señor inspector?—solté una risa al ver que lo