Al final Elena no había podido ir a la cita médica con mamá, dado que había decidido tomar un trabajo, cosa que era muy buena, pues había estado muy baja de ánimos, entre lo del embarazo y el resto de cosas que ya habían pasado. Habían sido unas semanas muy tranquilas sin ella aquí. Ya estaba de regreso. Esperaba en el aeropuerto por ella, su vuelo ya había aterrizado y solo era cuestión de tiempo para verla salir. La vi soltar su maleta y correr hacia mí, traía una hermosa sonrisa, feliz de verme, feliz de regresar. Sus manos rodearon mi cuello y aquel beso se sintió muy bien, tocó todo mi rostro y siguió sonriente. —¡Osito! Te extrañé tanto.—ponía esa expresión tierna, era igual cada vez que durábamos tanto sin vernos. Algunas veces se llevaba bien la distancia, pero en la mayo