—¡Siempre te lo dije!—fueron las primera palabras de mamá cuando le conté la situación actual con respecto a la Elena y todo lo que sabía hasta ahora, cuando recién mis dudas eran confirmadas.—No me gustó desde el inicio y eso era por algo. Ni ella, ni su familia tan patética. Ese tipo de persona no me agrada. Y Elena siempre tuvo una mirada muy altiva, solo era sumisa cuando más le convenía, sabía jugar muy bien su papel, siempre la detesté por eso. Es el tipo de mujer que no sabes con qué truco te va a salir. ¡Y Elena tenía muchos trucos! Me enorgullece nunca haber caído en sus falsos encantos. —Estaba enamorado, ¿cómo querías que viera algún defecto en ella? Todo para mí era perfecto, todo para mí tenía un perfecto sentido. No podría decir que desconfié de ella jamás, hasta hace poco.