Viernes. Otra vez los malditos viernes. No eran mis favoritos y tenía muchas razones para que así fuera. Anoche no dormí nada, unas pocas horas y luego de la nada amaneció. Tomaba una larga ducha, no sé qué tiempo llevaba debajo del agua, pero ya tenía que salir o se me haría tarde. Odiaba llegar tarde. Cuando salí del baño ella estaba poniéndose su vestido blanco. Tenía mucho trabajo para hoy y entre eso estaba un almuerzo el día de hoy con Darío. Sin mencionar todos los documentos que me esperaban en mi escritorio, los correos, llamadas… ¡Odiaba los viernes! Elena se acercó, levantó su rostro y besó mis labios al levantar su rostro, alcanzándolo perfectamente. Mi mirada se fue hacia sus pies y los noté descalzos, pero ella alcanzó muy bien mis labios y…siempre había sido así, s