«La noche parecía ser perfecta, demasiado, estaba en calma y solo se podían escuchar las respiraciones de nosotros dos, o eso era lo único a lo que yo le prestaba atención, a nada más. No había tiempo para distracciones. Fue agradable ver que ella sonreía y me di cuenta, a pesar de no tener una clara forma de su cara, que esa sonrisa era hermosa. Sentí el impulso se abrazarla y eso hice. Esta noche me tenía que dejar llevar, porque llevaba meses sin vivir y hoy me sentía así, vivo. Había olvidado esa sensación, lo agradable que era, lo bien que se sentía. Lo había olvidado. Pero justo ahora mi corazón latía muy rápido, como si quisiera compensar el tiempo que había perdido sumido en mi tristeza, en esa pérdida. No sentía dolor, no sentía angustia. Estaba en calma, fue algo que a