Pasé el domingo solo en casa, mañana regresaba Elena y yo solo estaba deseando que fuera lunes, para ver a Valeria. Mi mente seguía centrado en ella y yo no era capaz de hacer nada, estar solo era peor, porque los recuerdos parecían cobrar vida y la noche anterior se reflejaba ante mis ojos, recreando cada momento y centrándome en los detalles, los magníficos detalles. Aquella noche, desnudo sobre mi cama, solo pensaba en ella y aquella erección que llevaba un rato sin calmarse. La mañana del lunes, yo estaba despierto dos horas antes de que sonara la alarma, me puse una camiseta y salí al patio para hacer un poco de ejercicio, era mejor invertir mi tiempo en eso, que con pensamientos absurdos y excitantes. ¿Qué? ¿Me iba a masturbar con ella en la mente? ¡Un poco de autocontrol, Ad