Todo estaba en calma por aquí, menos yo. Estaba junto a Elena, la mujer a la que amaba, pero…creo que tener a Valeria trabajando en el mismo lugar que yo, lograba afectar mi mente, confundirme. Tenía que ser eso. Porque solo pensaba en ella, desde que llegaba al trabajo, hasta que me iba, como si sus hechizos lograran traspasar toda barrera, toda pared y golpearan mi mente. Salí de la junta con un poco de dolor de cabeza. Esta semana había sido de mucho trabajo y en todos estos días no había vuelto a ver a Valeria, en ningún lado. No pretendía ir a su oficina a verla, eso no se podía repetir, ¿para qué? Ella solo me sacaba de quicio. Aquel viernes salí un poco tarde, porque ya había salido unos minutos temprano el jueves y no me encontré con ella, pero ahora, incluso saliendo tarde,