La misma noche Estambul En las calles Burcu Es verdad que me gustan los retos y las espinas, pero también existen realidades inalcanzables e imposibles, o es lo que no dicen siempre para obligarnos a seguir los protocolos y tradiciones establecidas, porque necesitamos ser valientes para romper los obstáculos que el destino nos ha puesto. Aunque en mi caso, la valentía se opone a la sensatez, es una mala elección que me sigue atormentando, obligándome a enfrentar la cruda realidad al apartar el velo que oculta mi situación. Sin embargo, el terco de mi corazón reina cada uno de mis actos por más que conozca las consecuencias, también recordándome que sin mi persa las noches se convertirían en más oscuras y solitarias. Lo sé, es refugiarme y esperanzarme a vivir un imposible, pero ¿Cómo