Pasamos en resto de la noche que nos quedaba con nuestro padre hasta que la hora de cada quien se retirarse a sus habitaciones había llegado, las esclavas ya habían arreglado nuestras habitaciones y por ultimo nuestro baño y la puerta de la mansión ya se habían cerrado.
“ Toc toc”—toque la puerta de la habitación de Xiao Ba muy sigilosamente para no llamar la atención de los guardias que custodiaban la casa por dentro, Xiao Ba abrió la puerta y me dejo pasar para luego volverla a cerrar con el mismo cuido con que la abrió no sin antes revisar a las afueras.
—¿Tomates tu baño?
—¿Cómo crees? Ni siquiera puedo desvestirme sin lastimarme.
En mis manos traía una caja no muy grande y adentro había medicina. — ¡Arg!, ¡no entiendo porque lo tengo que hacer yo, esto es trabajo de las esclavas no mío!— fanfarronee
—¡Estás loca!, ¡quieres que mande a traer a una de las esclavas a mi habitación estas hora! —exalto Xiao Ba.
—¡Pero shuuu, o te van a oír! —advertí, mientras me sentaba en el borde de su cama
—Bueno veamos que tenemos aquí… —abrí la caja y no vi nada familiar, por supuesto, no soy aprendiz de medicina, sin embargo recuerdo que mi madre limpiaba las heridas de mi padre después de cada batalla con cierto frasco que por casualidad se encontraba ahí, asique según como lo hacía mi madre iba entendiendo como lo tenía que hacer.
—Bueno quítate la ropa. —dije mientras acomodaba los implementos sobre la mesa que había puesto a mi lado
—¿He?—respondió Xiao Ba confundido y algo nervioso. —Oye… ¿cómo me pides que haga tal cosa? —las mejillas de Xiao Ba ya estaban enrojecidas y lentamente se cubría lo que quedaba de su ropa interior la parte de su pecho que aún estaba descubierto creyendo que alguien vendría y se aprovecharía de el.
Lo mire también confundida y luego caí en cuenta. —No seas tonto Xiao Ba como crees que te limpiare tus heridas ¿ah? Anda apurate y quitate la parte de arriba.
Xiao Ba me miro algo incómodo. —Oye… s - se supone que eso debes hacerlo tu ¿no?
Lo mire a los ojos sin saber a qué se refería. — ¿Pero qué dices?
—Bueno ya sabes, cuando una mujer le ayuda a limpiar las heridas a un hombre pues es ella quien hace todo el trabajo de quitarle la ropa, además ¿cómo lo hare yo si estoy herido?—respondió Xiao Ba.
Me quede parada enfrente de el pensado como rayos lo haría, nunca antes tuve que hacer esto, cuando mi padre tenía alguna herida mi madre era quien se encargaba de eso, y cuando mis hermanos también se lastimaban eran las esclavas quienes se encargaban, nunca tuve que hacer algo similar, ni siquiera sé qué tipo de medicina tengo que aplicar. Mientras pensaba mirando a mí alrededor teniendo a Xiao Ba aun sentado en su cama como un niño regañado, buscaba algo que me fuera familiar con lo cual trabajar.
Mientras buscaba me di cuenta que Xiao Ba tenia los demás suplementos a un lado de su cama, en un apoyo tenía una taza llena de agua tibia, unos pañuelos y unas cuantas vendas, inmediatamente me llego un recuerdo fugaz de una bandeja de taza de plata con agua tibia y pañuelos blancos manchados de sangre sumergidos en ella y a los lado ciertas medicinas con orígenes caseros, Seguí divagando sobre aquel vago recuerdo y fue ahí cuando recordé como lo hacía en el Clan.
Busque en la caja para ver si encontraba aquellas medicinas y no las halle, pero si encontré algunas que otras para mezclar y así poder usarlas, me acerque aquella bandeja de agua junto a los otros implementos para mi comodidad mientras me acomodaba detrás de mi hermano, Xiao Ba también se acomodó dándome la espalda, extendí mis brazos hasta llegar a la altura de sus hombros y tome el pliegue de su vestidura para retirarla poco a poco para que no rosaran mucho las heridas.
Las retire hasta llegar a la mitad de su tonificada espalda toda rasgada, al parecer aquella caída no fue tan sencilla, mas debajo de sus hombros también tenía varias heridas y algunas más profundas que otras, asique opte por quitar por completo su vestidura de la parte de arriba, descubriendo así sus brazos y su torso por completo luego aparte su cabello n***o a un lado por encima de sus hombros.
Tome un pañuelo delgado y lo moje con aquella agua y procedí a dar pequeños leves toques en unas de sus heridas, comencé a tratar una por una, en el proceso escuchaba como Xiao Ba se quejaba de dolor mientras trataba de apartar sutilmente su cuerpo para que no siguiera, sin embargo trate de ser paciente y ser más amable. —Xiao Ba podrías quedarte quieto, si te mueves te seguirá doliendo.
—Como pides que me quede quieto, a estas alturas mis heridas se habrán secado y luego me pasas justo ahí un pañuelo con agua Fría, ¡eso duele Yin!
Ante su demanda respire profundo y trate de calmarme —>—me repetía en silencio para al menos no cometer una locura y no lastimarlo debido a que mi paciencia se estaba acabando.
Después de unos minutos la mayor parte de sus heridas estaban limpias y su cuerpo se había adaptado poco a poco al leve dolor del roce del pañuelo mojado en sus heridas y se relajó, después de limpiar cada herida, tome un pequeño frasco vacío y comencé a mezclar algunas medicinas, las unte y tome otro pañuelo para depositar ahí mi pequeña mezcla para luego cubrirlas
—La mezcla que te estoy echando debes ponértela mañana también, después del día de mañana veras mejorías inmediatamente.
Xiao Ba presto atención a lo que le dije y asintió.
Después de unos minutos necesitaba algo para no aburrirme ya que el ambiente de aquella noche estaba muy tranquilo, por ende le pregunte a Xiao Ba lo primero que se me ocurrió. —Xiao Ba ¿porque seguiste corriendo si adelante estaba el puente?
—No lo sé, ¿te digo la verdad? No vi el puente enfrente de mí, mientras más corría más sentía esa necesidad por ganar que mi juicio se nublo, ¿nunca antes te sentiste así?
> de repente millones de recuerdos llegaron a mi cabeza de forma brusca acompañados de pequeñas voces convertidas en llantos y dolor, todas voces mínimas como se tratarán de niños pero tan fuertes y letales como si se trataran de leoncillos tratando de sobrevivir, el roce de las espadas con el crujido de la carne siendo incrustada aun vivían en mi cabeza, minimice una risa sarcástica sin exagerar en la expresión y pose mi fría mirada sobre aquella herida en su espalda donde estaba humedeciendo mediante el pañuelo ya manchado.
— Por supuesto, cuando era niña y estaba en el campo de entrenamiento. Allí mi juicio se nublaba por esa necesidad a ganar, pero… no era esa necesidad de sentirme satisfecha por lograrlo, sino era la necesidad de sentirme segura, en mi entrenamiento si no ganaba moría, y cada vez que ganaba una batalla mi juicio volvía y me arrepentía de mis actos, porque al igual que yo ellos también estaban ahí luchando por sobrevivir. Pero luego llegaba la noche y me sentía algo aliviada porque al menos podía admirar la hermosa luna que siempre se posaba en una de mis ventanas una noche más. —respondí algo melancólica
—Entiendo…—respondió Xiao Ba— ¿oye Yin?
—Si dime. —respondí sin apartar la mirada de su espalda.
—¿No tienes miedo de ser descubierta?