El erudito al llegar enseguida hablo—El emperador los espera, pueden subir—ordeno.
Al escuchar la orden, Xiao Ba, Mein Yin Wong Chuye y Zhao Chen, se postraron rostro a tierra como agradecimiento, se levantaron y procedieron a caminar detrás del erudito Thao, en cambio, las piernas de Xiao Ba estaban muy adoloridas a la hora de levantarse y seguir a pie ya que se había lastimado no solo la espalda, por lo que tal dolor hacia que cada paso que daba fuera una tortura para este joven noble. Al entrar en el palacio el erudito los llevo a una de las grandes habitaciones de reunión del emperador.
Mientras caminaban por los largos y estrechos pasillos se encontraron con Jin Xiao, Tercer hijo del emperador y aparte muy buen amigo de Yin, ante la presencia del joven Xiao cuarto príncipe los tres chicos hicieron una reverencia como era de costumbre sin embargo Xiao los detuvo.
—Vamos somos amigos no tienen que inclinarse cada vez que me ven ya se los he dicho.
—He… disculpe alteza. —interrumpió el erudito. -Su padre los convoco con urgencia asique ellos no lo pueden quedarse a charlar, espero que entienda.
—Ya veo… —agacho la cabeza.
—Con permiso su alteza. —hablo el erudito mientras hacia una reverencia.
Los chicos en cambio no habían dicho ni una sola palabra y es que no se les permitía dirigírselas a los príncipes una vez que eran convocados para ver al emperador; aunque ellos no eran de seguir las reglas al pie de la letra, justo en ese momento se encontraban con un erudito, y no cualquier erudito, era Thao, el encargado de estar siempre a la orden del emperador, y con el tiempo se había conseguido su favor.
Asique por más que ellos quisieran, debían mostrar su postura delante de este erudito de alto rango que siempre los estaba observando. Llegaron ante la presencia del emperador y el erudito rápidamente procedió a postrarse, acto seguido hicieron los chicos una vez que entraron detrás del Thao.
El emperador levanto la vista y le hizo señas a Thao que se retirar, el hombre obedeció, se levantó y procedió a retirarse sin dar la espalda a su majestad, los chicos levantaron la cabeza mas no la vista y quedaron sentados sobre sus rodillas aun manteniendo sus manos extendidas al frente y su mirada puesta en el piso.
Apenas Thao salió, el emperador le dio órdenes a los que estaban con él en el salón que también salieran a lo cual todos obedecieron sin dar objeciones. Cuando así lo hicieron el emperador siguió mirando sus asuntos encima de su escritorio, después de unos minutos muy cortos levanto la vista y los observo en completo silencio, casi expresándoles lo que ellos temían segundos antes, al parecer todo parecía ir mal para estos chicos, el silencio tenebroso e inquietante cubría todo el salón rojo con adornos dorados, los chicos ya estaba algo cansados de estar arrodillados, sus piernas ya se estaban cansando y las de Xiao Ba temblaban y luchaban para mantenerse en pie y sus manos sudaban de la incomodidad, lo único que podían hacer era esperar en silencio.
—Xiao Ba ¿qué te sucedió en tu cuerpo?. —Pregunto el emperador interrumpiendo el tenebroso silencio.
—He… no se preocupe alteza, solo fue un leve accidente, nada que unas cuantas medicinas no curen.
El emperador entendió y por lo dicho de su sobrino no siguió preocupándose, asique siguió con su asunto.—¿Puedes darme el informe del mes?
Mientras el emperador daba sus instrucciones volvió su mirada hacia sus trabajos en la mesa. —Yin.
Mein Yin reacciono ante el llamado. —¿Si alteza?
—Ven hacer un poco de tinta para mí. —contesto el emperador a lo cual Yin solo asintió, se levantó poco a poco y antes de acercarse al Emperador dio media reverencia. —Con su permiso Alteza.
Una vez cerca se sentó en uno de los asientos al lado de su tío y comenzó a hacer tinta negra, por supuesto esto no era uno de los trabajos que a Yin le encantaban, pero por su posición y estatus y circunstancias no tenía opción.
—Alteza le presento mi informe. —contesto Xiao Ba- llegaron a la capital 300 sacos de trigo, 50 en cada carruaje y fueron entregados a la casa Zhou quien a su vez los distribuyo a los diferentes puntos de venta de la ciudad, también llegaron los siguientes pedidos: arroz y aceites, y fueron entregados al almacén quien a su vez el general Song se encargó de su repartición. El estado Chu cumplió con sus obligaciones y entrego su pedido de plata y abrigos y medicinas, una vez entregados fueron enviados a la aldea más cercana afectada por la inundación como usted ordeno y fueron repartidos según cada familia según el censo del registro- sin embargo alteza en los siguientes 10 días me han llegado quejas de los ciudadanos de la capital que el arroz está escaseando, no solo el arroz si no también algunos suplementos de primera necesidad, los ciudadanos exigen equilibrio para su majestad y que no se olvide de su gente, por lo que esperan una pronta respuesta respecto a sus recientes quejas.
Al terminar de dar su informe Xiao Ba acomodo mejor su postura guardo silencio, un minuto después el emperador ordeno que ya se podían retirar, ordenó venir a una de sus sirvientas para que ocupara el lugar de Yin, y así los cuatro chicos se retiraron del lugar.
—Ahhh, por los dioses creí que nos iba a castigar o algo por el estilo, creo que si duraba un minuto más arrodillado mis heridas empeorarían más…
—Jaja Xiao Ba estaba que se mojaba encima.
—¡Oye no exageres! —mientras Chuye se burlaba de Xiao Ba, este dirigió su mirada asía Yin, que desde que salió de aquel salón no dijo ninguna palabra. —Oye Yin ¿qué te pasa?, desde que salimos no has dicho nada.
Sin embargo Mei Yin estaba sumergida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando su amigo la estaba llamando. —Oye Yin… ¡Yin reacciona!
—¡Ah, que!
—¿Oye que te pasa? No has dicho ni media palabra desde que salimos, ¿te sientes bien?