Pero las que sí se involucraron fueron Judith y Soraya, las amigas más “íntimas” de Claire. La primera era una guapa y joven religiosa, prima de Soraya, a la que sus inclinaciones sexuales lésbicas y el revuelo que, a cuenta de ello, había armado en el convento estuvieron a punto de hacerla cJarar los hábitos aunque, al final, había logrado dejar la congregación a la que pertenecía para entrar a formar parte de otra más “condescendiente”, moderna y menos contemplativa que se dedicaba, entre otros menesteres, a ayudar en sus quehaceres eclesiásticos a algunas iglesias y a cuidar enfermos lo que la permitía entrar y salir a su antojo del convento, eso sí vistiendo el hábito reglamentario. En el desarrollo de su labor como cuidadora de enfermos se la conocía como “Sor Alivio” ya que, con sus