ESTRELLA
Las palabras de mi papá me retumban en mi cabeza haciéndome un eco en el fondo de mi corazón, no puedo creer lo que escuché decir de sus labios que siempre han estado llenos de amor y sabiduría, ahora sé lo que realmente piensa de mí, no soy más que una vergüenza para la familia, lo supe desde el primer momento en el que corrí con la mala suerte aquél día.
— ¡No voy a casarme con Eliseo y tampoco voy a perder a mi bebé para darle gusto a usted ni a nadie!
Sin pensarlo dos veces y con lo único que traigo puesto salgo de mi casa sin saber a dónde ir, tengo miedo y frío, pero quedarme no es una opción.
JUAN
Mi hija se ha ido, mi Estrellita, y lo peor es que no puedo salir a buscarla, pues si lo hago jamás podré cambiar su terrible destino en manos de Eliseo, espero que algún día me perdone.
— ¡Juan! ¡Juan, ándale! Vamos a buscar a la niña — dice María insistente
— No, mujer, nosotros no podemos hacer eso
— Ándale, no dejes que tu orgullo machista nos destruya la vida a todos, mira cómo estamos con todo ésto
— ¡Que no María, entiende!
— Pero apá — insiste Changel
— Yo sé que para todos ustedes yo no soy más que un viejo orgulloso y egoísta, pero déjenme decirles algo, el destino de nuestra Estrellita ya está escrito y aunque no era la manera correcta, ya no hay vuelta atrás, ella tenía que irse del pueblo para salvarse de…
— Ay, Juan, ¿Pues qué tanto viste?
— Un terrible destino que no podía permitir, por eso, aunque me odien, aunque yo mismo me odie por eso, tengo que dejarla ir.
— ¿Pero y si le pasa algo, apá?
— Pregunta Sofía
— Mejor no me llenen la cabeza de ideas que me ponen más nervioso
— Apá, mire, si encontramos a Estrella podremos irnos todos con ella a la ciudad y allá empezar de cero, la Sofía también podría tener una mejor vida, apá, educación de verdad y mejores oportunidades de trabajo, ándele, pá, déjeme salir a buscarla
— Pero y si don Arnoldo se da cuenta de que huimos, sabrá Dios lo que nos haga, mijo
— No, apá, allá en la ciudad es difícil que nos encuentren, además, allá podemos juntar más dinero para pagarle todo lo que le debemos, sólo confíe en mí apá…
Mi familia insiste y yo estoy de acuerdo con que me apresuré a tomar la decisión yo sólo, debí consultarles antes como debe ser y ahora Estrella estaría en un lugar seguro y feliz.
— Pos vamos a buscarla, Changel, Sofía y María se quedan aquí por si regresa, le dicen que me espere pa’pedirle perdón de rodillas.
Salimos mi muchacho y yo, cada uno por su lado, pero la oscuridad no nos deja ver mucho y será difícil encontrarla en estás condiciones.
ELISEO
Dos días es mucho tiempo para una respuesta que a lo mejor no me conviene otra vez, no sé lo que tenga que hacer, pero Estrellita tiene que ser para ti y sólo para mí, si tan sólo supiera cuánto la quiero, debo demostrárselo, ¿Pero cómo?
— Hijo, ya te ví que andas muy pensativo, muchacho — dice mi papá
— Ay, apá, pues es que no puedo dejar de pensar en la Estrellita
— Mira mijo, será mejor que te vayas olvidando de ella porque no creo que cambie de opinión
— No me diga eso, apá, que yo tengo todas mis ilusiones puestas en ella
— Lo estuve pensando, hijo, y si ella no cambia de parecer, pues te vas a la ciudad aunque sea unos días para que te distraigas, a lo mejor allá encuentras algo mejorcito, ¿No crees?
— No sé adelante, todavía faltan esos dos días y algo me dice que la Estrella sí puede cambiar de opinión y llegar a quererme tanto como yo a ella
— Nomás no te me vengas abajo si eso no pasa, mijo
— Ta bueno, pues, apá, nos esperamos esos dos días y luego ya vemos a dónde me mandas
— Trato hecho, hijo.
Yo no puedo irme sin la Estrella, algo tengo hacer.
Ciudad de Buenaventura…
IGNACIO
Invité a Marbella a cenar a un restaurante, ya que no quiero que Lili le haga pasar un mal momento, la conozco y sé que tiene un plan para molestar a mi novia, esque mi hermanita me quiere tanto que no soporta la idea de compartirme con otra mujer, es muy gracioso lo que pretende, pero conozco a Marbella y sé no se tomará nada bien las bromas que Lili podría hacerle y mucho menos cuando está de mal humor.
— Ignacio, pero qué bello lugar
— Sabía que te encantaría, mi amor
— ¿Y puedo saber porqué me trajiste aquí? ¿Acaso celebramos algo?
— Sólo la dicha de tenernos uno al otro
— Eres tan romántico
— Y tú tan linda que te mereces todo lo mejor.
PUEBLO DE ANDALUCÍA
ESTRELLA
Llorando, he caminado hacia la salida del pueblo, yo no sé cómo pero tengo que llegar hasta la ciudad, no me voy a quedar aquí donde nadie me quiere, donde todos me juzgan por un destino que yo no me busqué, yo no sé cómo, pero yo te voy a sacar adelante, hijito, me acaricio la panza y sigo mi camino. A lo lejos, veo unas luces de auto, ¿Será que mi papá me perdonó y viene a buscarme? El auto se acerca a mí.
— ¡Estrellita! ¿Pero qué haces aquí? — es Eliseo
— Nada
— ¿Cómo nada? Ya es muy tarde, anda, sube y te llevo a tu casa
— No, gracias
— No seas necia, te puede pasar algo, a estas horas anda mucho barbaján por aquí.
El terrible recuerdo de aquella vez, viene a mi mente, aunque no creo que deba regresar.
— Está bien, gracias.
ELISEO
La suerte está de mi lado, ahora tengo la oportunidad de quedar bien con Estrellita o de quedármela para siempre.
— Déjame nomás le aviso a mi papá que voy a llevarte a tu casa, ya sabes cómo es de gruñón y luego la agarra contra mí
— Está bien.
Bajo del auto y pienso muy bien lo que haré, porque claro que no la dejaré volver a su casa.
— Listo, Estrellita, Pero dime, ¿Qué haces afuera de tu casa a estas horas?
— Nada, sólo caminaba
— ¿Hacia la ciudad? Digo porque estabas en la salida, aunque no creo que caminando vayas a llegar
— Eso es muy tonto, claro que no iba a caminar hasta allá.
Es obvio que miente, ¿Por qué se habrá escapado de su casa? Quizá pueda usar esa información a mi favor, lástima que no me tiene confianza.
— Buenos pues, yo no sé lo que pasó con tu familia, pero si no quieres regresar, puedes quedarte aquí
— ¿Aquí?
— Sí, claro, mi papá me dijo que te ofreciera hospedaje ya que nos sentimos culpables de que hayas discutido con tu familia, a lo mejor por mi propuesta de matrimonio
— Ah, no, no te preocupes, no fue por eso
— De todos modos, ahora tengo la obligación de ayudarte a resolver ésto, no quiero que don Juan siga teniendo problemas contigo
— No, eso no pasará
— Entonces, ¿Te llevo a tu casa o te quedas aquí? Claro que dormirás en una habitación aparte, ni creas que conmigo, eso no es correcto
— Te lo agradezco mucho, quizá debería regresar a casa.
— Muy bien, Estrellita, nada más quiero que sepas una cosa, que yo te quiero bien y que si me ofrecí a casarme contigo fue para salvarte de los planes de don Juan
— ¿Los planes de mi papá?
— Pos, sí, es que desde que empezaron los rumores en el pueblo sobre tu desgracia, don Juan se la ha pasado buscándote marido, mi papá me dijo que ya hasta tenía trato con un fulano del otro pueblo, un usurero
— ¿Mi papá hizo eso?
— Pos sí, y yo pues la verdad no te imagino con un viejo de esos, son tan violentos y…
— No me digas más, no quiero saber
— Y pues casarme contigo fue lo único que se me ocurrió para protegerte porque de verdad te quiero mucho, Estrellita, ninguna mujer en este pueblo es como tú y yo no puedo permitir que algo malo te pase
— Te agradezco mucho Eliseo, pero la verdad yo no puedo casarme con nadie
— Bueno, no nos casemos pues, pero ahora que sabes la verdad, ¿Qué es lo que quieres hacer?
— Bueno, pues — suspira — es obvio que no puedo quedarme con mi familia, ya no puedo volver con ellos nunca más, así será mejor que me vaya del pueblo
— Sabía que planeabas irte, pero no tienes porqué irte caminando ni correr peligros, yo te llevo, ¿Sí?