Capítulo 6: Confesiones

983 Words
IG:@s.dalsanto17 Después de haber pagado por un cuarto en este motel en efectivo para no dejar ningún rastro de nuestra presencia aquí, entramos a la habitación —Siéntense en esa silla, le curare la herida— Indico y ella me mira con dudas. —No es una silla, es un sillón, y no sé si sabe para lo que sirve ¿no había otro lugar para ir que no sea un motel como este?— Me pregunta y respiro profundo. —¿Quiere que la lleve con su novio para que la mate? Y si, sé para lo que sirve ese sillón, pero no se preocupe, no lo vamos a usar para eso— Explico sarcástico y apoyo las mochilas sobre la cama para buscar en la mía el alcohol y las vendas. Estoy muy concentrado preparándolo todo cuando escucho que está llorando y por dentro empiezo a preguntarme en qué clase de problemas me metí. Camino hacia ella con las cosas en mis manos y me siento del lado que esta la herida —¿Por qué me hizo eso?— Pregunta entre lágrimas. —¿Dispararle?— Inquiero con dudas. —Engañarme— Explica. —No lo sé ¿puede quitarse la blusa o levantarse la manga por favor?— Le pido ya que no puedo ver la herida de esta manera. Ella sin dudarlo lleva su mano al final de su camiseta y se quita con dificultad quedando frente a mí en sujetador. Trato de no mirar lo perfecta que es, y solo me concentro en su brazo y en la herida —Me disparo— Pronuncia sin siquiera quejarse del dolor que le puede causar el alcohol en la herida. —Tuvo suerte de que tuvieran mala puntería— Comento. —Me hubiera matado mejor porque ahora no sé qué hacer— Habla de pronto y me la quedo mirando. —¿De verdad prefería que la matara?— Cuestiono y ella voltea su rostro para verme. Sus ojos se cristalizan todavía más —Ayer me entere que estoy embarazada de ese hijo de puta, y por si fuera poco estoy comprometida con alguien más, ¿cree que no tengo motivos para quererme morir?— Me confiesa dejándome sin reacción. —¿Qué? ¿Y él lo sabía? ¿Y así todo le disparo?— Pregunto indignado y ella niega. —No lo sabe, me hice la prueba ayer sin que él supiera y dio positiva— Expone. —Perdón, pero ¿de dónde saco la prueba?— Cuestiono y es que no entiendo nada. —La compre a escondidas cuando me llevo al pueblo, pero eso no importa, lo que importa es que ahora espero un hijo de un tipo que engaño ¿lo entiende?— Reitera y asiento. —Lo siento, no sé qué decirle, pero supongo que su padre o su prometido le ayudaran ¿no?— Expongo y es que no sé qué es lo que quiere que haga. Ella niega con la cabeza —No, yo no puedo ir con mi padre, tampoco con Hans, ellos me harán deshacerme del bebé y no quiero— —¿A pesar de lo que le hizo ese tipo?— Pregunto asombrado y ella asiente. —Mi hijo no tiene la culpa de lo imbécil que soy— Susurra y agacha su mirada —No sé cómo pude dejarme engañar así… yo pensando que estaba viviendo la historia más romántica del mundo y solo me estaban utilizando— Continua y de pronto sin que me lo esperé, ella se abraza a mí. —Señorita Ackerman, sé que usted no quiere, pero debo llevarla con su familia— Insisto, pero ella se separa de mí y me mira a la cara. —No, por favor no, si quiere llamo a mi padre, le digo que estoy bien, que necesito un tiempo sola, pero no me lleve con ellos— Me vuelve a pedir. —Su prometido tal vez no tenga problemas con lo del bebé, quizás se casen y sean felices— Sugiero y vuelve a negar. —Por favor no, al menos no tan rápido. No me haga enfrentar todo eso cuando apenas me entere de lo que Damián estaba haciéndome— Suplica y vaya que me está haciendo meter en problemas. Respiro profundo, pienso en el sinfín de cosas que podrían llegar a salir mal con esto, pero al verla una vez más, me doy cuenta de la confusión, el miedo y la decepción que hay en su mirada —Un par de días, pero llame a su padre y dígale que está a salvo— Sentencio y me levanto del sillón para ir por mi celular y luego se lo entrego —Tiene que ser rápido si no quiere que nadie nos rastree— Explico y ella asiente. —¡Gracias!— Exclama y sin que me lo espere, ella se levanta y me abraza haciendo que deba separarla de mi. —No pasa nada, hable delante de mi para luego me pueda ir a duchar ¿sí?— Le pido y simplemente asiente para después llamar a su padre y arreglarlo todo con una simple frase. “Papá, estoy bien, el señor este que enviaste, el de ojos claros, me rescato. Solo llamaba para decirte que no te enfades con él, pero antes de regresar necesito unos días, espero que lo entiendas, te quiero.” Le dice y termina la llamada para darme el teléfono. —Su padre me matara, espero que este contenta con eso. Iré a ducharme, y no se le ocurra cometer ninguna estupidez ¿de acuerdo?— Advierto. —No se preocupe, no tengo fuerzas para eso— Aclara y de inmediato se acuesta en la cama. Solo niego con mi cabeza mientras entro al baño y me pregunta una y otra vez, ¿en qué problema me estoy metiendo?
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