Capítulo 6

1746 Words
Me quedé mirando el papel lleno de fórmulas matemáticas mientras pensaba en la llamada que recibí el día anterior, no podía concentrarme en lo absoluto y Carl lo había notado. Siempre fue un chico muy observador, por eso creía que seguro estudiaría algo relacionado a la rama de la psicología, pero en realidad estudiaría una ingeniería. Era un chico bastante inteligente y capaz, el partido perfecto para un futuro esposo con mucho dinero, aunque para mí era un chico aburrido y no se me hacía necesario en mi vida, además de ser mi tutor académico. Ese día en el cual no dejaba de pensar, me di cuenta que nunca pregunté mucho sobre su vida. —¿A qué colegio asistes? —le pregunté porque tuve la repentina curiosidad de si iba al mismo lugar que Owen, luego recordé que igual no sabía el nombre del colegio al que él asistía. —¿A qué se debe el súbito interés? —Curiosidad. Bajo su intensivo escrutinio no tuve más remedio que regresar mi atención a la tarea que había dejado para mí, hasta que él cedió y me dijo el nombre del lugar. Intenté actuar como si fuera un gran descubrimiento, aunque ya no tenía tanto interés en ello. Luego, no pude evitar hacer otra pregunta, porque quería ver el punto de vista de un extraño. —¿Conoces un chico llamado Owen? —Conozco como tres. —¿Tres? —Sí, Owen Sanders, Owen Beck y Owen Michaels... ¿Alguno de ellos llama tu atención? —preguntó. —No. Seguí con el trabajo de matemáticas y me sentí tonta al pensar que el lugar era lo suficientemente pequeño como para que los dos chicos se conocieran de algún modo, francamente mucha gente vivía allí y obviamente no todos se conocían. —Hey, Carl —alguien saludo al chico mientras resolvía uno de los problemas —. Rossy. Levanté la mirada y vi que se trataba de Marco, o tal vez era Polo. Como no estaba segura de ello preferí dar un simple saludo sin mencionar su nombre, y él me miró con gran sospecha. Entonces, al darme cuenta que se conocían de algún modo, presentí que tal vez se había olvidado de Owen Anderson. Al mismo tiempo, di unas cuantas miradas alrededor en caso de que estuviera allí, no quería que me tomara por sorpresa como la última vez en el estacionamiento. —Él no está aquí —murmuró el chico, y Carl nos miró con curiosidad. —No sabía que se conocían —le dijo Carl y él procedió a contarle sobre nuestra relación. —Recuerdas a mi amigo Owen, bueno, él nos presentó —dijo mientras le hacía ciertas señas con la mirada que Carl pareció entender, luego sus ojos se abrieron un poco en sorpresa y me miró. —Entiendo, bueno, estamos ocupados ahora así que hablamos después —le dijo Carl, él se tomaba muy en serio su rol de profesor. El otro chico simplemente se rio y prosiguió en su búsqueda de no sé qué libro de historia, así volvimos a estar solos en el cubículo —. Entonces, Owen Anderson, lo había olvidado... No asistimos al mismo instituto. Escuché que es... Amigable, no sé mucho de él. ¿Te gusta? —Olvidemos que lo mencioné —le dijo con la mirada fija en los problemas de matemáticas, así no veía cuan avergonzada estaba. —No creo que pueda, es una situación bastante graciosa si lo ves desde mi punto de vista —dijo sin ocultar su diversión. —No lo es. —Es que eres un misterio Rossy, y por primera vez siento que he descubierto algo de ti —explicó, y lo miré sorprendida por lo que pensaba de mí —. Nunca hablas de ti, no me malinterpretes, no estoy diciendo que sea algo malo, pero la mayoría de las chicas con las que he trabajado siempre quieren hablar de sus problemas o sus metas, así que de alguna forma termino sabiendo cosas de su vida sin pedirlo. Ciertamente, yo nunca hablaba de más, y todo lo que él sabía de mí era gracias a mi tía Mags. Solamente en ese momento tuve curiosidad sobre qué era lo que aquel chico pensaba de mí, me di cuenta que no era totalmente un extraño porque era una de las pocas personas con las que más interactuaban allí. —Hoy solamente me has probado que eres una adolescente como todos nosotros —dijo con superioridad. —¿Qué creías que era? ¿Un alien? —Tal vez —se burló —. Por cierto, la última fórmula está mal... —Es porque no la entiendo —le dije y él procedió a explicarla desde el principio —. Sobre Stanford, hay visitas guiadas para la próxima semana, te traje un folleto —mencionó cuando terminó la explicación del problema y me entregó el folleto. —¿Te lo dijo Mags? —le pregunté, porque nunca le mencioné a dónde planeaba aplicar. —Sí, dijo que te llamaron, un poco extraño a mi parecer, asegúrate de que no sea una estafa —, nunca explicó porque le había parecido extraño, y no me atreví a preguntar porque temí que eso me pusiera en una situación incómoda. —¿Debería hacer el siguiente problema? —le pregunté. —No, ya casi termina nuestra sesión, en su lugar debemos renovar tu material de lectura —me dijo y se levantó de su asiento mientras yo guardaba mi cuaderno, computadora y demás materiales en mi bolso. Luego, me entregó un pedazo de papel con algunos títulos a buscar, él dijo que me ayudaría a buscar otros dos en otra sección. Así que fue hacia los estantes llenos de libros de la parte derecha del lugar, Carl se fue a la izquierda. Ingresé en uno de los corredores y caminé lentamente mientras mis dedos se deslizaban por los lomos de los libros, leí los títulos con atención hasta encontrar el que buscaba, y luego arrastré el libro fuera del estante y me encontré con sus ojos. Verlo allí me asustó de tal modo que el libro cayó fuera de mi mano, y di un paso atrás que me dejó un poco desequilibrada. —No soy un fantasma —me dijo el chico, y rodeó el estante para encontrarse conmigo, durante su corta caminata recogí el libro del suelo y me recompuse —. ¿Ya me recuerdas? —No —le dije —. ¿Debería? —Perdón por asustarte —dijo y me miró con fingido arrepentimiento. —Te perdono —dije, y continué mi búsqueda para terminar la conversación, pero él me siguió con calma. —He escuchado muchas cosas sobre ti —me dijo mientras merodeaba a mi alrededor —. Mira, que interesante se ve este libro —, me entregó un libro sobre criminales buscados, intentaba conseguir mi atención de cualquier modo. —No está en mi lista de lectura mensual —le dije de forma cordial, y regresé el libro a sus manos. —Sé muy bien que esto es un acto, porque vi los folletos de Stanford y... Ambos sabemos que no te aceptarán, cuando pongan tu nombre en el sistema no les gustará ver tu historial criminal —murmuró, al mismo tiempo se puso a jugar con el libro en sus manos. —Tengo cosas que hacer —dije en un tono de voz desafiante, el chico me estaba molestando de todas las formas posibles. —Rossy, ¿está todo bien? —dijo Carl, apareció de la nada detrás de mi, y le dirigió al extraño una mirada de advertencia. —Rossy —él dijo mi nombre con gran burla, y regresó el libro al lugar donde lo encontró —, fue un placer verte de nuevo. Preferí no despedirme del chico, simplemente lo vi marcharse y me aseguré que realmente saliera por la puerta y se dirigiera al exterior. Tenía miedo de que se ocultara en algún rincón oscuro de la biblioteca, no quería ser tomada por sorpresa de nuevo. —¿Quién es? —me preguntó Carl en voz baja, tenía el ceño fruncido mientras veía al chico alejarse. —No lo sé, hizo una compra en la tienda el otro día, nunca lo había visto en mi vida. —Ten cuidado, hay gente extraña en todos lados, ¿llevas gas pimienta contigo? —me preguntó, estaba preocupado por mi seguridad. —Sí, no te preocupes, estaré bien. Carl no olvidó ese incidente, porque sirvió como testigo y afirmó que el chico podría ser mi acosador. Nunca mencionó la conversación que tuvimos, por lo tanto siempre tuve la duda sobre qué tanto pudo haber escuchado. Sin embargo, él nunca mencionó el asunto de nuevo, aunque sí se aseguró de caminar conmigo hasta la estación de buses para velar por mi seguridad. El chico podía ser bastante serio y callado, pero la forma protectora en la que actuó conmigo ese día me conmovió, y no pude evitar verlo como un hermano mayor. —¿Tienes otras opciones en mente además de Stanford? —me preguntó en el camino —. Tienes muchas opciones, no te quedes solamente con una. Lo miré sin decir nada con la sensación de que realmente había escuchado más de lo debido, y me pregunté qué debería hacer con él. —Mags está preocupada, deberías hacerle saber de otras aplicaciones —se explicó un poco más, y decidí creer que hablábamos de algo que mi tía le había comentado —. No olvides que aún tenemos que ajustar el calendario, cancelamos la clase del lunes y necesitamos reponerla. —Lo sé. —¿Qué hiciste ese día? —me preguntó, algo que no era muy propio de él. —Tomé una caminata —le dije y él no preguntó más. —¿Y qué vas a hacer con el otro chico? —me preguntó, y al mirarlo vi que sonreía, Carl me estaba preguntando sobre Owen —Nada, tengo demasiado sobre mi plato. —No te presiones tanto. —Ahí viene el autobús, gracias por la clase de hoy —dije rápidamente y me apresuré hacia la puerta de la máquina. Mi camino a casa fue largo y aburrido como siempre, así que tomé una siesta para relajarme un poco. Luego revisé los folletos que Carl me dio, en ese momento decidí que la visita a la universidad ya no podía esperar.
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