" Un error del paso, arruina el presente para avanzar al futuro"

3687 Words
He llegado a la conclusión de que Thomás no se va a ir del bufete así que puedo evitarlo, es mi socio así que voy a tratarlo como uno de esos compañeros de trabajo que se tratan por cortesía. Me armó de valor, guardo lo que sea que ahora siento por ese cretino, me visto con un vestido n***o con perlas azuladas, ceñido al cuerpo, cabello ondulado, zapatos de tacones beige con un bléiser del mismo color además de que es un poco más largo que mi vestido y me voy directo a la oficina. Cuando llego veo a Ana nerviosa en su asiento. - ¿Qué te pasa, porque tan arreglada? - le pregunto. - Vale, pensé que irías al juzgado primero antes de venir. - No, voy mañana hoy adelantaré todos los pendientes y aun no me contestas - camino a mi oficina y Ana va detrás de mí. - Valeria, el nuevo socio es Thomas Godoy. - ¿Eso ya no lo habíamos hablado?, tengo un lapso mental. - le digo. - Mmmm no sé, no me acuerdo, pero voy a tener que dividirme en dos - la miro con curiosidad. - resulta que seré tu asistente y la de él. - ¡¿Qué?!, ¿a quién se le ocurrió eso? por supuesto que no. Si quieres irte con él es tú decisión, pero avísame para poder buscar nueva asistente - lo que me faltaba tener que compartir mi secretaria. - ¡Oye!, no te molestes conmigo solo te informo - respiro profundo porque sé que no tiene la culpa de mis impulsos de rabieta. - Quiero una respuesta. - Voy a hacer tú asistente por muy guapo que él sea, mejor malo conocido que bueno por conocer dice el dicho. - Ya, mejor concentrémonos en el caso de Rocketh que me tiene pensativa ¿quieres? Averigua quien los defiende y alguien que nos sirva de testigo. - Así será- cuando va a salir veo el cuarto que esta diagonal al mío todo equipado y arreglado. - ¡Ana!, ¿porque esa habitación esta arreglada? - Va a ser la oficina del señor Thomas - me impresiona escuchar eso - pensé que te lo había dicho. - ¿Va a estar aquí?,¿a mi lado?, eso es...es... ¡Ah! - mi rabia sube a cada momento, cuando escucho. - Buenos días, señoritas- alzo la mirada y veo a Thomas con su traje gris, elegante y sexy mi corazón quiere salirse del pecho, ¿cómo es que uno puede sentirse de esta manera por alguien que te hizo daño?, esto es masoquismo, pero es difícil no evitarlo. - ¿sucede algo? - Buenos días, señor Godoy - le contesta Ana - soy la asistente de la señorita Valeria y no sucede nada o eso creo - dirige su mirada a mí. - ¿Seguro?, escuche un grito hace un momento - pregunta Thomás con su mirada en mí, Dios esa mirada que me desarma, odio que provoque esta sensación en mí. - No pasa nada, Ana ve hacer lo que te pedí por favor. - sale de mi oficina Le doy la espalda mientras me quito el bléiser y lo pongo en un perchero en la esquina puedo sentir como me mira, al voltear me dirijo a mi escritorio y veo como sigue parado en la puerta. - ¿Se te ofrece algo o te vas a quedar obstaculizando mi puerta? - le digo sin nada de amabilidad. - ¿La secretaria que acaba de salir va a trabajar para los dos? - Por supuesto que no, es mi asistente así que búscate una y deja la mía en paz. - Que carácter - veo como niega con la cabeza- hay cosas que no cambian; es muy temprano para tener ese genio tan dulce fierecita. - lo miro molesta, se da vuelta con una sonrisa. Es un estúpido engreído. -*- Horas más tardes después de reuniones y de actualizar a Thomás sobre algunos casos del bufete se hizo hora de almuerzo, fue la mañana más larga de mí vida créanme que tener a Thomas en el mismo lugar que yo después de tanto tiempo no es fácil mucho más cuando su mirada esta encima de mí, es molesto, incomodo, me trastorna. - Valeria, te llamo tú madre que cuando puedas le devuelvas la llamada - me dice Ana - por cierto, busque quienes son nuestros oponentes en el caso de Rocketh y... - Alguna vez has sentido esas ganas de - hago gesto de ahorcar a alguien- a alguien, pero al mismo tiempo quieres... Ya sabes. Olvídalo no me hagas caso no sé qué digo. Después hablamos de rocketh ahora solo quiero estar sola sí. Asiente y me deja sola, pensar en Thomás, tenerlo cerca e ignorarlo no va a ser tan fácil como creí que iba ser, porque simplemente cuando uno decide olvidar a alguien lo hace y ya fin del asunto y si te he visto ni me acuerdo, sería tan fácil no existiría gente loca, dramática, amargada y rencorosa en la vida. No, el mundo quiere que uno sufra, así que si quieres olvidar a alguien primero tienes que sufrir, llorar y cuando crees que por fin lo has logrado viene el sádico, masoquista mundo y te lo pone al frente para que sepas que tu intento de borrar casete no fue un éxito. Suena mi teléfono sacándome de mi proceso de autocompasión. - Alo... - ¡Hola Mami! ...- escucho la voz de mis dos amores. - Hola mis terremotos, ¿cómo les fue con los abuelos?, ¿se portaron bien? - Si mami, nos llevaron al zoológico, sabias que las tortugas pueden vivir cien años y hasta más...- me responde mi gran genio, mi pequeño celoso. - Algo escuche de eso. - Mami tienen leones y tigres son como gatos, pero grandes, la abuela dijo que cuando se pelea con el abuelo quiere lanzarlo en sus jaulas, eso no lo debe hacer. - me dice Mía toda asustada. - No lo hará amor, veo que la pasaron muy bien, me muero por verlos y comérmelos a besos. - Mami no nos puedes comer, no somos comida - me dice mi muñeca. - ¿Oye mami, me extrañaste? - me pregunta Edwin - Claro que te extraño es más voy a irme temprano solo para ir a verte acurrucarme contigo y no voy a soltarte por horas. - ¿Y a mí también? - me dice Mía. - Claro que sí. De repente los escucho discutir entre ambos para ver a quien abrazo primero, a quien quiero más, estos hijos míos son una novedad, a veces me imagino que así nos veíamos su padre y yo, cuando giro mi silla veo a Thomas parado frente a mí escritorio, pero qué diablos, ni siquiera lo escuche entrar y me mira con una cara de malos amigos... ¿será que me escuchó, sabrá lo de los niños?, ay, Dios. - Tengo que colgar, nos vemos en casa. - ¡Te amo Mami! - me gritan los dos. - Yo también te amo. Cuelgo y lo miro tratando de descifrar su mirada. - ¿Y bien, se te olvido tocar la puerta antes de entrar? Porque es mi oficina y no me gusta que entren sin ser anunciados - le digo. - Si no te gusta deberías cerrar la puerta así no se te interrumpe sobre todo no se escucha llamadas personales con sabrá dios quien. Ahhh, ¿esta celoso?, tienes ese gesto, la mirada, la mandíbula tensa y respira con calma haciendo pausa, como solía hacer cada vez que un chico se me acercaba en la universidad o mi exnovio me molestaba, aunque su paciencia no era tanta cuando se trataba de él. - Bueno en ese caso, te das la vuelta y no escuchas lo que no quieres oír en vez de quedarte ahí parado como estatua. ¿Qué quieres? - Hablar de un caso que en la reunión no se mencionó y como eres socia debes saber del tema - se sienta con todo esa fuerza y arrogancia que lo caracteriza. - Si no lo mencionamos ha de ser por algo, pero veo que ya te instalaste y si te conozco como creo no vas a irte hasta hablar de él, así que habla. - Quiero saber del caso de rocketh Lo miro extrañada, sé que es un caso interesante y ha estado en la prensa por su fama, pero me da curiosidad que pregunte por él. - Se que es un caso interesante que lleva el bufete y que el gerente que llevaba la sucursal que se quemó pidió los servicios de este bufete después que lo despidieron por incompetente. - No fue incompetencia ocasionaron el incendio y en vez de retribuirlo por casi morir adentro lo despiden después de años de trabajo. - Si, pero estamos hablando de una empresa reconocida, con muchos conocidos y no creo que este caso sea bueno para el bufete, es caso perdido. - ¿Caso perdido?, ¿qué sabes tú del caso? - No sé por qué, pero desconfió de su interés por él y quiero escuchar su idea si en algo es bueno es ser más preciso que yo en el trabajo. - Se que estamos hablando de una empresa famosa encargada de transportar varios productos de grandes marcas, que su fama los precede, que uno de sus almacenes de embarque fue quemado donde perdieron mucho dinero y despidieron a su gerente y que este los amenazó con desprestigiarlos. - Mmm, puede ser, pero me llama la tensión que aun después de veinte años de trabajo sin cometer un error donde la mayoría de los trabajadores lo respetan cometa un error tan grande, en vez de discutirlo le despiden sin aviso y no lo retribuyen como se debe, le pagaron una miseria, ¿té parece eso bien? - El dinero que se perdió en ese almacén es mucho más de lo que le puede corresponder en tantos años de servicio, es lo que van a decir en el juzgado su responsabilidad era mantener ese almacén y todo lo que ocurre. - Ay pruebas que demuestran que fue provocado nada tiene que ver con su trabajo. - Pruebas que desaparecerán tienen dinero para eso, ¿quién lleva el caso de todos los abogados que tenemos aquí? - ¿Por qué te interesa saber? - Porque no me gusta perder y lo sabes, este caso está perdido. - Si sé muy bien que no te gusta perder y no importa llevarte a quien sea por delante, no lo sabré yo. - Hablas como si fuera culpa mía lo que sucedió entre nosotros y te recuerdo... Lo interrumpo antes de entrar al tema - ¡no importa!, ya eso quedo en el pasado y ya no nos une nada. - -Solo el trabajo... - Así es, ahora si no tienes más nada que hacer, busca algo porque yo si tengo planes. - Si, lo que se tienes que ir acurrucarte con alguien. – nos reímos - si no lo conociera diría que no le importa, pero como no es el caso sé que se está aguantando para no explotar. - Exactamente, me esperan en casa y no tengo tiempo mucho menos para perderlo contigo. Así que cierra la puerta al salir. Se para todo furioso - Te entiendo bien hay personas con quien uno desea pasarla mejor, no lo sabré yo. - sale de mi despacho y para el colmo deja la puerta abierta. Idiota, estúpido, arrogante tal vez lo dirá por su prometida o sus mil mujeres, pero no le voy a dar el gusto, no te importa, no sientes nada por él, lo odias Valeria, recuérdalo. Cuando voy saliendo veo al muy cretino hablando por teléfono con todo el descaro y picardía del mundo, idiota. Sigo mi camino al ascensor y cuando esta por cerrar veo un maletín evitando que se cierre, este vuelve abrir y aparece Thomás con su sexy sonrisa, lo ignoro y este viaje se hace más largo, de repente el ascensor hace un ruido y ese movimiento que indica que nos quedamos encerrado; Dios no puede ser tan malo conmigo no ahora. Thomas aprieta varios botones incluyendo la alarma yo estoy en shock no solo porque estoy encerrada con el hombre más sexy que he conocido si no porque le tengo pavor a los ascensores y si agarro esté es porque las oficinas quedan en el último piso y subir veintinueve pisos en tacones no es muy cómodo. - ¡Valeria!, ¡Valeria!, respira - esta frente a mí con esos ojos tan maravilloso - todo va a estar bien, ya van a venir a sacarnos. No se en qué momento termino con sus manos en mis brazos frotándolo de arriba abajo, ¿es lógico que aun teniendo el bléiser sienta que me quema? - Valeria respira, estas pálida. Creo que tu cita va a esperar - bien, eso era el detonante para dejar la damisela atrás. - ¡Estoy bien! - me retiró sus manos - solo quiero salir de aquí rápido - me aparto y vuelvo a tocar la alarma sin respuesta, saco mi celular y veo la hora y voy tarde. - ¿Tu cita va a irse o el miedo a los ascensores te tiene nerviosa o yo? - lo miro con prepotencia ¿quién se cree? - Mi cita no se va a ir porque vive conmigo y no estoy nerviosa mucho menos por ti. Solo quiero salir de aquí. Llamo a casa después de media hora de encierro y no se ve rastro de sacarnos de aquí. - Aló, - contesta mi madre. - Hola, te estamos esperando ¿qué sucede que no llegas? -responde mi madre. - Lo sé, pero me quede encerrada en el ascensor de la oficina y quedaron en venir abrir, pero aún no llega nadie. - Ay dios, ¿pero estas sola?, respira no te vayas asustar. - sé que lo dice por mí miedo a los ascensores. - No estoy sola, quede encerrada con otra persona. - ¡Tengo nombre fierecita! - grita Thomas solo espero que mamá no lo reconozca, le tire un cepillo que tenía a la mano y señas de silencio. El me mira molesto - ¿Hija quién era ese? - Un compañero de trabajo, voy a llegar tarde y por favor que no me esperen despiertos si vez que se hace tarde y no he llegado. - Está bien hija, aunque conociendo a Edwin es difícil sabes que no se duerme si no te ve y le cuesta quedarse dormido cuando no estas. - Lo sé, pero dijeron que venían dentro de un rato tal vez buscan la manera de sacarnos de aquí. Con las mismas cierro la llamada me levanto del piso y toco todo las botones frustradas cuando siento un hormigueo en mi nuca. - -Deja de golpear los botones no va a hacer que nos rescaten más rápido- me susurra al oído, respira Valeria que no se note los nervios. - No tienes que acercarte tanto para decirme algo que es evidente ya ¡que son unos ineptos! Les grito a quien sea que me escuche, me quito el bléiser del calor si soy sincera no si es por el encierro o por tener a Thomas cerca. Me recuesto sobre la pared lo más lejos de el que pueda lo escucho reírse mientras me ve con esa picardía seductora. - ¿Se puede saber que es tan gracioso?, porque no veo nada aquí que me de risa. - Estoy recordando la vez que me entere que le tenías terror a los ascensores, te montaste con toda la seguridad que te caracteriza como ahora y cuando nos quedamos encerrados estabas pálida, sudando parecía que te ibas a desmayar. - recuerdo ese momento me sentía estúpida y aterrada pensando que el me vería como una tonta que le tiene miedo a una caja que se mueve. - No veo la parte graciosa estaba asustada sin contar que no había luz odie ese momento. - Cierto, pero para mí fue uno de mis mejores días - ¿es enserio? se burla de Mí- no me mires así si no lo recuerdas estabas tan asustada que empezaste a hiperventilar luego me acerque a ti - camina hacia mí y se exactamente lo que me va a decir es imposible olvidarlo. - Te dije que me miraras a los ojos que iba a buscar la manera de que olvidaras que estábamos encerrados- pone ambas manos sobre la pared encerrándome entre sus brazos, ay, Dios, calma Valeria - te bese las mejillas, el cuello, tenías un vestido más holgado que el de ahora aunque me gusta más este, resalta más tu figura. - Thomas, aléjate por favor - estaba tan cerca que me quita el aire, pero como típico de él se acerca más. - Recuerdo que usabas ese perfume, el mismo que usas ahora - pone su nariz en mi cuello, su mano en mi cintura y mi corazón esta desbocado, me da un beso detrás de mi oreja. - También recuerdo que besé tus hombros mientras que mi mano viajaba por tus piernas hasta llegar a tu vientre y tus gemidos eran música para mis oídos- me volvió a dar un beso, pero esta vez en mi mejilla - te hice mía en ese momento y te olvidaste que estábamos encerrados luego cuando acabamos estabas angustiada porque alguien pudo vernos por cámara o escuchado. - Estuvimos a minutos que nos atraparan- Thomas me mira directamente a mis ojos y a mis labios y después solo sentí sus labios sobre los míos, extrañaba estos besos, la pasión y la fuerza con que me toma, lo sé, soy débil y me dejé llevar así que respondí el beso. Cuando sentimos que el ascensor empezó a moverse y nos separamos. - Salvada por la campana -lo empujo y tomo la compostura que demonios me paso por la mente que idiota, menos mal me iba ser indiferente. Se abren las puertas y están los bomberos. - ¿Están bien?, disculpen la demora, pero era el motor que se recalentó y tuvo que apagarse intentamos lo más rápido que podíamos de sacarlos de ahí. - nos dijo el bombero que me imaginó que era el jefe. - No se preocupe mi socia y yo nos dio tiempo de recordar viejas anécdotas, aunque no termina igual, pero por lo menos no entro en crisis esta vez. - lo miro con ganas de matarlo. - No me gustan los ascensores, encargarse de que quede bien para evitar que estas cosas sucedan y gracias por ayudar. - salgo camino al estacionamiento siento que me siguen. - Te vas corriendo, tenemos que hablar Valeria. - me dice Thomas. - No lo creo, no hay nada que hablar lo que paso fue un error por el shock del momento. - de repente siento que me hala hacia él por la cintura. - ¡Cuidado! - me grita cuando pasa un carro a una velocidad como si estuviera en autopista, si Thomas no me agarra probablemente estaría hecha pedazos camino al hospital. - ¡Ese idiota maneja como si no existiera nada a su alrededor!, imbécil. - Te lanzo el carro Valeria no hizo ni menor intento enfrenar. - me dice con tono preocupado y debo admitir que pensando lo que dijo es verdad, pero ¿quién quisiera matarme? - Bueno, pero no lo hizo ¿así que me devuelves mi cintura?, - lo miro a él y luego hacia su brazo que este alrededor de mí. - ¿Seguro vas a estar bien? - me suelta y camino hacia mi coche y me doy cuenta de que el suyo está en el puesto de al lado. - Val, no me respondiste. ¿Vas estar bien? - Si Thomas soy una niña grande, seguro era un idiota apurado y no se fijó ya déjalo no te hagas ideas. - Mejor te sigo a tú casa y me aseguro de que llegues bien. - ¡No!, ¿estás loco? a ver calma tu don protector. Estoy bien, no tengo un rajuño y no necesito guardaespaldas así que no te atrevas a seguirme. - ¿Por qué?,¿te preocupa que tu noviecito que te espera en casa te vea conmigo?, debería mejor preocuparte que teniéndolo en casa reacciones a mis besos como lo hiciste- mala sea sabía que iba tocar ese punto, eso pasa cuando el cretino es experto en sexología y uno es débil a las tentaciones. - Escucha bien, tú y yo somos un cuento con un final ya escrito así que deja eso en el pasado, lo del ascensor no va a volver a pasar así que mantén tus manos, tú boca y todo tú lejos de mí. ¿Estamos claro? - le digo y con la mirada que tiene ahora sé que si no fuera porque tenemos mi carro de por medio ya me hubiera asaltado, es lo que hacíamos cuando no enojábamos. - Si entendido, pero recuerda que no soy bueno obedeciendo y mucho menos cuando se trata de algo que me gusta. Y si no me quieres tentar no deberías usar esos vestidos me hace imaginarme que tienes abajo y me enloquece porque se lo que voy a encontrar. - me guiña un ojo y me subo en mí coche mientras el sube al suyo. Es que el idiota se da cuenta que esos comentarios fuera de lugar me excitan y por qué el muy ...sabe que a mí también me vuelve loca un nombre con traje y ese carácter tan seductor, odio que me conozca, aunque yo también lo conozco y sé que ahí donde esta va furiosa imaginándome que me voy a ver con alguien mientras que él se va a quedar con las ganas o eso creo, tal vez son ideas mías y le da lo mismo, me dejo llevar por mis sentimientos. ¡Ay, Valeria!, ¿por qué tienes que ser tan débil?
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